Espa?a (a¨²n) es diferente
El fot¨®grafo Jordi Bernad¨® retrata las contradicciones de la era del ladrillo, de un pa¨ªs que se crey¨® pr¨®spero y ultramoderno y despert¨® igual a s¨ª mismo
"Nunca manipulo la realidad, ni toco nada de lo que fotograf¨ªo; la cosa m¨¢s rara que se pueda encontrar estaba realmente all¨ª y no la mov¨ª ni un cent¨ªmetro, porque a m¨ª lo que me gusta es la realidad". Jordi Bernad¨® (Lleida, 1966) considera que la realidad es mucho m¨¢s sorprendente que la ficci¨®n. Lo prueba su ¨²ltimo libro, Welcome TO ESPAI?... (Actar), un gran fresco moral, el ¨¢lbum de cromos de la triunfante Espa?a del ladrillo que se crey¨® pr¨®spera y ultramoderna y despert¨® igual a s¨ª misma.
Bernad¨® lo define como "una galer¨ªa de retratos" nacida de un trabajo que realiza para un banco que le encarga un paisaje de todos los lugares donde tiene sucursal. "Me di cuenta de que mirando a un lado pod¨ªa encontrar paisajes maravillosos y mirando al otro estaba este pa¨ªs", explica.
"La cosa m¨¢s rara que se pueda encontrar estaba realmente all¨ª"
"Necesito que el espectador se fije en el detalle, en el absurdo"
Bernad¨® es un fot¨®grafo at¨ªpico que trabaja ¨²nicamente en gran formato con una c¨¢mara de placas anal¨®gica, lo que en la era digital le obliga a comprar la pel¨ªcula en Nueva York. Entr¨® en la fotograf¨ªa en 1993 porque gan¨® la beca Fotopress y se compr¨® una Cambo con un objetivo 58 de gran formato, equivalente a un gran angular. "Ni he cambiado ni tengo necesidad de hacerlo", asegura.
Define su forma de trabajar como "muy ortodoxa: cierta frontalidad, un poco a la manera de la escuela alemana, son como retratos". Lo ¨²nico que no encaja en la ortodoxia es el objeto fotografiado, que es esperp¨¦ntico. "De todos modos, la fotograf¨ªa siempre acaba enga?ando a los sentidos", reconoce, "desde el mismo momento en que escoges un encuadre o das un paso adelante, est¨¢s construyendo un relato y no otro".
Bernad¨® se presenta en los lugares m¨¢s imposibles del planeta con su gran artilugio y su tela negra y pide respetuosamente al individuo que est¨¢ en plaza si puede fotografiarle. Y ¨¦ste no solo acepta, sino que acaba explic¨¢ndole su vida. Otras veces no hay nadie que cuente la historia, pero las im¨¢genes son tan intrigantes que abren la puerta a cualquier relato. Admite que, de entrada, mucha gente no se cree la Espa?a que retrata y piensa que se trata de alg¨²n lugar del Caribe.
"Necesito que el espectador se fije en el detalle, en el absurdo" "Pero no, est¨¢ justo al lado de casa", a?ade. Su trabajo, apunta, necesita de "una mirada lenta que permita al espectador fijarse en el absurdo". "Se puede fotografiar con la misma seriedad la sala del Museo del Prado de Las Meninas, que el estudio de unos pintores para turistas en Las Ramblas de Barcelona".
El libro, que cuenta con textos de Giovanna Calvenzi y Juan Jos¨¦ Lahuerta, ha sido construido de manera que muchas de las fotograf¨ªas van por parejas y se miran entre s¨ª; la platea del Liceu vista desde el escenario frente a un puticlub de lujo, o la plaza de toros Monumental de Barcelona con Jos¨¦ Tom¨¢s antes de entrar a matar y despu¨¦s de hacerlo con el delirio colectivo.
Como tesis de fondo, confiesa Bernad¨®, siempre ha tenido presente el Celtiberia show de Luis Carandell, el legendario cat¨¢logo de banales cosas extraordinarias que recogi¨® el gran periodista. "En resumen", explica, "este libro viene a decir que, para bien o para mal, esto es lo que hay: provoca una cierta sonrisa y otro tanto de incomodidad; habla mucho de la muerte porque hay muchas cosas falsas, huecas, de cera o disecadas, tambi¨¦n mucha sangre, lugares en desuso o con un uso pervertido, y mucho absurdo". Y muestra la inquietante foto de un aparcamiento donde una se?al indica: "Salida", junto a la intrigante imagen de un peat¨®n y la de un pollo. Bernad¨® explica: "Le pregunt¨¦ al vigilante por el pollo y me respondi¨® secamente: 'Este pollo siempre ha estado aqu¨ª".
Babelia
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