'Burbujas' seguras, crecimiento incierto
El panorama de la econom¨ªa europea tiene algo de primavera incipiente, brillante, pero lleno de nubes. Las pol¨ªticas monetarias y fiscales han presentado en 2009 un perfil expansivo en el ¨¢mbito de la Uni¨®n Europea. El protagonismo se ha desplazado hacia la pol¨ªtica monetaria, cuyo papel impulsor ha facilitado aumentos notables en los precios de numerosos activos, sobre todo los burs¨¢tiles. Mientras tanto, el comportamiento del cr¨¦dito y de la actividad en la UE ha sido mediocre durante la mayor parte del a?o. Esta evoluci¨®n se ha dejado sentir en la econom¨ªa espa?ola, donde lo m¨¢s negativo ha sido la persistencia de un ritmo significativo de destrucci¨®n de empleos.
Los indicadores de los ¨²ltimos meses de 2009 han registrado una tendencia titubeante, llena de altibajos. La econom¨ªa de EE UU ha presentado algo m¨¢s de dinamismo, como parece confirmar el mayor rebrote inflacionista. Los precios de consumo de EE UU aumentaron un 1,8% en noviembre sobre el mismo mes del pasado a?o, frente al 0,5% de la eurozona.
Unas tasas positivas de crecimiento en alg¨²n trimestre no implicar¨¢n necesariamente una recuperaci¨®n
Tras un inicial protagonismo del gasto p¨²blico al inicio de la crisis, sobre todo en lo relativo a ayudas a las entidades bancarias con problemas, en 2009 el n¨²cleo central de la estrategia anticrisis ha sido la pol¨ªtica monetaria abiertamente expansiva seguida por los bancos centrales. Junto al mantenimiento de unos tipos de inter¨¦s situados en niveles hist¨®ricamente reducidos, se ha impulsado una pol¨ªtica no convencional, el alivio cuantitativo, que ha llevado a multiplicar por varios d¨ªgitos los balances de los bancos centrales.
Junto a los importantes aumentos de dichos balances y de la base monetaria han tenido lugar cambios profundos en la composici¨®n de los mismos. El casi nulo aumento de los saldos de cr¨¦dito al sector privado por parte de las entidades bancarias refleja la realidad de un multiplicador monetario cero o negativo. Los bancos centrales han financiado parte de los d¨¦ficit p¨²blicos de forma directa (EE UU) o indirecta (Banco Central Europeo).
Los Gobiernos han valorado las ventajas de dicha pol¨ªtica monetaria no convencional, pues supone una fuerte reducci¨®n del coste al que tiene que tomar dinero prestado del p¨²blico para financiar su propio gasto. Sin embargo, todo apunta a que se llegar¨¢ a pedir mayor retribuci¨®n conforme se acumulen las nuevas emisiones de deuda p¨²blica (R. Skidelsky, El regreso de Keynes, Cr¨ªtica, 2009; p¨¢gina 41).
La anunciada continuidad de dichas pol¨ªticas cuantitativas en 2010, aunque algo atenuadas, implica que al final de 2009 los bancos todav¨ªa no pueden funcionar sin la liquidez subvencionada de los bancos centrales. La situaci¨®n ser¨ªa distinta si se reactivase plenamente el mercado mayorista de dinero entre las propias entidades de cr¨¦dito. Resultan evidentes los riesgos de abandonar la pol¨ªtica de est¨ªmulo citada antes de tiempo, pero tambi¨¦n se considera que de dicha pol¨ªtica habr¨¢ que salir antes de que se manifiesten las consecuencias inflacionarias de la misma.
Las estrategias anticrisis adoptadas han permitido superar los principales momentos de dificultad sufridos desde el comienzo de la crisis. Sin embargo, se est¨¢ lejos de conseguir unos ritmos de crecimiento algo m¨¢s satisfactorios por parte de las econom¨ªas. Se est¨¢n superando las consecuencias de la nefasta burbuja inmobiliaria pasada provocando nuevas burbujas. El mecanismo seguido resulta algo as¨ª como lo de "la mancha de la mora con otra verde se quita", que dec¨ªa un cante muy popular en Espa?a hace algunos a?os.
Como se ha indicado en el Informe econ¨®mico del presidente, la acusada restricci¨®n crediticia y el sobredimensionamiento previo del subsector inmobiliario han sido las claves de la crisis en el caso de Espa?a. A la vez que las tasas de crecimiento de dicha econom¨ªa han sido cada vez menos negativas en el segundo semestre de 2009, todav¨ªa ha sido importante el ritmo de descenso del empleo y el aumento de la tasa de paro en dicho periodo. Desde el inicio de la crisis, los apoyos al sistema financiero, los cr¨¦ditos ICO (al fin, en 2010 prestar¨¢ directamente el ICO, m¨¢s vale tarde que nunca) y los dos Fondos Estatales, de inversi¨®n local y de est¨ªmulo a la econom¨ªa, han sido las piezas m¨¢s relevantes de la pol¨ªtica anticrisis desarrollada. Esta ¨²ltima ha incluido un amplio espectro de medidas escasamente justificadas.
En los tiempos de la transici¨®n se pas¨® por una situaci¨®n econ¨®mica dif¨ªcil, derivada del segundo shock del petr¨®leo. Desde los Gobiernos de Su¨¢rez se divulgaban abundantes cuadros macroecon¨®micos, como forma de presentar las medidas adoptadas. Estas ¨²ltimas parec¨ªan lucir m¨¢s que las abundantes medidas puestas en marcha en la reciente crisis, a las que ha faltado algo de chispa en la presentaci¨®n. A finales de 2009 el Gobierno de Espa?a ha pasado del est¨ªmulo al crecimiento a realizar un mayor esfuerzo de estabilizaci¨®n fiscal. Esto ¨²ltimo ha sucedido cuando los mercados han empezado a preocuparse en serio por los elevados niveles de deuda p¨²blica que saldr¨¢n al mercado en 2010.
Dicho a?o se presenta cargado de problemas que no parecen, sin embargo, irresolubles. La opini¨®n p¨²blica mantiene unas expectativas todav¨ªa poco boyantes. El reciente Eurobar¨®metro ha revelado que el 51% de los europeos considera el desempleo el problema m¨¢s importante existente en su pa¨ªs, muy por encima de la situaci¨®n econ¨®mica (40%).
Unas tasas positivas de crecimiento en alg¨²n trimestre de 2010 no implicar¨¢n necesariamente la llegada de la recuperaci¨®n. Con una tasa reducida de crecimiento en 2010 se estar¨ªa lejos del ritmo medio de aumento del PIB del 3,2% que registr¨® la econom¨ªa espa?ola entre 1997 y 2008. La brecha entre el PIB real y el potencial ser¨¢ negativa en Espa?a durante algunos a?os. La estabilizaci¨®n fiscal se alcanzar¨ªa mejor con una econom¨ªa m¨¢s din¨¢mica, con mayor crecimiento. Los aumentos de la demanda se deber¨ªan cubrir con producci¨®n interna en una proporci¨®n mayor que en los ¨²ltimos a?os, lo que implicar¨ªa una estructura m¨¢s diversificada de la oferta productiva. El necesario reformismo econ¨®mico que se prepara para 2010 requerir¨¢ coraje pol¨ªtico para su implantaci¨®n y, sobre todo, una comunicaci¨®n clara de lo que se pretende lograr. -
Julio Rodr¨ªguez L¨®pez es ex presidente del Banco Hipotecario de Espa?a y de Caja Granada.
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