El largo adi¨®s a la Gran Recesi¨®n
Una fr¨¢gil recuperaci¨®n sucede al mayor desplome econ¨®mico en medio siglo
2009 tiene ya cap¨ªtulo reservado en los libros de historia. La mayor crisis econ¨®mica en m¨¢s de medio siglo explot¨® unos meses antes, con la quiebra del banco Lehman Brothers, pero ha sido este a?o cuando se ha ganado a pulso el nombre con el que se la recordar¨¢, la Gran Recesi¨®n. A su lado, 2010 ser¨¢ mucho menos convulso, menos dram¨¢tico, seg¨²n el vaticinio de los expertos, que apuntan el inicio de una recuperaci¨®n lenta y desigual, incapaz todav¨ªa de taponar la sangr¨ªa de puestos de trabajo.
Es un pron¨®stico resabido, lleno de cautelas y escepticismo, un recordatorio de que casi nadie supo ver lo que se ven¨ªa encima. M¨¢s a¨²n, en los an¨¢lisis sobre 2010 que abundan estos d¨ªas, se dedica casi tanto espacio a describir qu¨¦ har¨¢ crecer de nuevo a la econom¨ªa, como a advertir de las emboscadas que acechan en las revueltas del camino, un desfiladero donde cualquier paso en falso puede precipitar la reca¨ªda.
China y los planes de est¨ªmulo p¨²blico reaniman a la econom¨ªa mundial
Para 2010 se prev¨¦ un crecimiento d¨¦bil, sin empleo y sin cr¨¦dito
El elevado endeudamiento de familias y empresas es un lastre
"No sabemos qu¨¦ cad¨¢veres esconden algunos bancos", advierte un experto
Se teme el efecto de la retirada de los est¨ªmulos fiscales y monetarios
Rogoff anuncia otra crisis por el exceso de deuda p¨²blica; Krugman lo niega
"La recesi¨®n ha acabado, pero parecer¨¢ que sigue aqu¨ª", dice Bernanke
El impacto de lo ocurrido este a?o pesa, y mucho. Hasta hace bien poco, la mayor¨ªa de los economistas daba por hecho que la era de la Gran Moderaci¨®n -las may¨²sculas s¨®lo servir¨¢n esta vez para resaltar un fiasco monumental-, estaba consolidada. Se cre¨ªa que el conocimiento sobre las crisis y los instrumentos de Gobiernos y bancos centrales bastaban para domar los ciclos econ¨®micos. "El problema central de la prevenci¨®n de la depresi¨®n est¨¢ resuelto", sintetiz¨® en 2003 Robert Lucas, premio Nobel de Econom¨ªa.
Prevalec¨ªa la idea de que el explosivo desarrollo de los mercados financieros era positivo, no una fuente de riesgo. En palabras de Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal: "Las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n han expandido de tal manera los mercados que los gobiernos, aun los incr¨¦dulos, no tienen otra alternativa que desregular (...) Los mercados financieros mundiales hoy son sin duda m¨¢s eficientes que nunca".
Y, de golpe y porrazo, la depresi¨®n llam¨® a la puerta.
Porque la ¨²nica referencia v¨¢lida que queda para comparar el descalabro del ¨²ltimo a?o y medio es la Gran Depresi¨®n de 1929. Y, ¨²nicamente si se cumplen los vaticinios de los expertos, y la econom¨ªa empieza a crecer en 2010, este periodo destructivo quedar¨¢ s¨®lo en la mayor recesi¨®n global en 75 a?os.
De hecho, los datos que han recopilado los profesores de Econom¨ªa, Barry Eichengreen (Universidad de Berkeley, California) y Kevin H. O'Rourke, (Trinity College, Dubl¨ªn), muestran que la producci¨®n industrial, los mercados burs¨¢tiles y el comercio mundial han ca¨ªdo con m¨¢s fuerza que en el arranque de la Gran Depresi¨®n. Y, s¨®lo desde el pasado verano, los indicadores han empezado a mejorar (ver gr¨¢fico), aunque la evoluci¨®n del comercio y las Bolsas es a¨²n peor.
En la Gran Depresi¨®n, la producci¨®n industrial mundial cay¨® tres a?os seguidos, y ahora se ha recuperado en doce meses, una diferencia sustancial que abona la idea de que esta etapa destructiva no ser¨¢ tan prolongada como aquella. Pero el profesor O'Rourke apela, otra vez, a la prudencia: "Todav¨ªa no sabemos si la demanda del sector privado mejorar¨¢ lo suficiente. Hasta ahora, la recuperaci¨®n se debe en buena parte a las ayudas de los gobiernos y a la reconstrucci¨®n de los stocks en las empresas, pero nada de eso puede durar para siempre".
Arrojar algunas estad¨ªsticas m¨¢s ayuda a calibrar la profundidad de la sima en la que ha ca¨ªdo la econom¨ªa mundial, y particularmente, la de los pa¨ªses avanzados. Hay que retrotraerse al ¨²ltimo gran conflicto b¨¦lico, la Segunda Guerra Mundial, para encontrar un desplome del PIB de los pa¨ªses industrializados tan acusado (-3,4% este a?o). Y tampoco hay una referencia m¨¢s cercana para el vertiginoso aumento del paro: el pr¨®ximo a?o, las 30 econom¨ªas de la OCDE sumar¨¢n 60 millones de desempleados, casi el doble que al inicio de la crisis. El retrato de los mercados burs¨¢tiles es sombr¨ªo: pese a la remontada de los ¨²ltimos meses, el batacazo que se dieron las Bolsas en el arranque de la crisis har¨¢ de esta d¨¦cada la peor de Wall Street desde 1820, seg¨²n un reciente estudio de la Universidad de Yale.
Hay ya muy pocas dudas de que el epicentro de este formidable maremoto se gest¨® en los mercados financieros, donde el endeudamiento para comprar activos cada vez m¨¢s arriesgados (y que promet¨ªan m¨¢s rendimiento) fue durante a?os una estrategia ganadora entre inversores de todo tipo, incluida buena parte de la banca. La crisis ha volteado de tal manera la percepci¨®n sobre la econom¨ªa, que la resurrecci¨®n del pensamiento de John Maynard Keynes, m¨¢s favorable a la intervenci¨®n estatal y la regulaci¨®n, ha resultado natural.
Al derrumbe de los mercados financieros sigui¨® un severo recuento de da?os en buena parte de la banca estadounidense y europea, la congelaci¨®n del cr¨¦dito privado y el par¨®n de la actividad econ¨®mica, adobado en algunos pa¨ªses con el desmoronamiento del sector inmobiliario. Y, pese a todo, los pa¨ªses industrializados, con las sonoras excepciones de Reino Unido y Espa?a, han salido ya de la recesi¨®n (la tasa trimestral del PIB vuelve a ser positiva). Los expertos coinciden en que la masiva intervenci¨®n p¨²blica y el buen comportamiento de los pa¨ªses emergentes, con China a la cabeza, han sido determinantes para volver a poner en marcha la econom¨ªa.
Los mandatarios de pa¨ªses emergentes y avanzados, que coordinaron sus planes anticrisis en el G-20, y los gobernantes de los principales bancos centrales insisten en atribuir un car¨¢cter hist¨®rico a la intervenci¨®n p¨²blica contra la recesi¨®n. El tiempo dir¨¢ si fue suficiente, pero lo que es indudable es que no tiene precedentes. Los recortes de impuestos, los subsidios a la compra de autom¨®viles o la inversi¨®n en obra p¨²blica han sumado m¨¢s del 2% del PIB mundial, y han contribuido a sostener la demanda y a mantener millones de empleos. Del lado de los bancos centrales, la actuaci¨®n ha sido si cabe m¨¢s espectacular, por heterodoxa. La Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo redujeron los tipos de inter¨¦s a m¨ªnimos hist¨®ricos. Rebajaron sus exigencias sobre las garant¨ªas para prestar miles de millones de euros a la banca privada. Pusieron en marcha programas de compra de activos financieros para reanimar los mercados. Y ayudaron a dise?ar los rescates de las entidades privadas ca¨ªdas.
El m¨¢s activista de los gobernadores de bancos centrales ha sido el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, m¨¢s apremiado tambi¨¦n por los estropicios que ocasionaron los activos t¨®xicos en los balances de la banca de EE UU. La intervenci¨®n en las entidades estadounidenses acab¨® con el modelo de banca de inversi¨®n (con la excepci¨®n de Goldman Sachs) y oblig¨® a recapitalizaciones multimillonarias con dinero p¨²blico. Pero, a¨²n con el paro al alza, la tensi¨®n en los mercados financieros ha remitido (reflejado en un coste del endeudamiento m¨¢s bajo) y la econom¨ªa vuelve a carburar.
Un balance que a Bernanke le ha valido la distinci¨®n de Personaje del A?o, el popular galard¨®n que otorga Time. Es un premio inusual para el gobernador de un banco central, como subraya el arranque del reportaje de la publicaci¨®n estadounidense: "Es un hombre calvo con barba gris y ojos cansados que habla de econom¨ªa en su oficina". Eso s¨ª, la revista destaca que Bernanke tampoco vio venir la crisis y que fue, en su d¨ªa, uno de los promotores de la teor¨ªa de la Gran Moderaci¨®n (de hecho, fue el que populariz¨® su nombre). Y a¨²n as¨ª, lo que es determinante ahora es que Bernanke, un estudioso de la Gran Depresi¨®n, est¨¢ dispuesto a ensayar cualquier medida para reactivar el cr¨¦dito, en contraste con el inmovilismo de los que dirig¨ªan la Reserva Federal en los a?os treinta del siglo pasado.
En un a?o cautivo de la crisis econ¨®mica, no es de extra?ar que quien pujaba con Bernanke por la distinci¨®n de Time fuera "el trabajador chino", as¨ª, en abstracto. Como tampoco lo es que publicaciones espa?olas, como este peri¨®dico, consideren que el Personaje del A?o es el parado. No en vano, Espa?a ha sufrido el mayor aumento del desempleo (1,5 millones de parados m¨¢s en un a?o) entre los pa¨ªses avanzados.
Las escasas buenas noticias que ha dado la econom¨ªa en 2009 han salido casi siempre de Asia. Y todo apunta a que seguir¨¢ as¨ª. "En 2010, cerca del 50% del crecimiento mundial vendr¨¢ de China", aseguran los analistas de Deutsche Bank. "La crisis ha consolidado la tendencia de m¨¢s crecimiento en las econom¨ªas emergentes", suscribe Joachim Fels, de Morgan Stanley, en su ¨²ltimo informe sobre la econom¨ªa mundial. El PIB de China rondar¨¢ un crecimiento del 8,5% este a?o y hay quien pronostica un 10% para el pr¨®ximo. "La reorientaci¨®n hacia un crecimiento basado en la demanda avanza m¨¢s de lo que sugieren las estad¨ªsticas", a?ade Fels.
Junto a China, la mejor evoluci¨®n de otros pa¨ªses asi¨¢ticos y latinoamericanos (con la excepci¨®n de M¨¦xico), confirma que las econom¨ªas emergentes ganan peso. Los garbanzos negros est¨¢n en Europa del Este: "Son pa¨ªses cuyo alto crecimiento antes de la crisis se bas¨® ampliamente en cr¨¦ditos y el notable descenso de los flujos de capital penaliza su recuperaci¨®n", se?ala un reciente informe de Citigroup, que advierte de que el deterioro de las finanzas p¨²blicas dar¨¢ m¨¢s de un quebradero de cabeza a los gobiernos de estos pa¨ªses.
En el bando de los pa¨ªses avanzados, Estados Unidos ha vuelto a hacer bueno el axioma de que es una econom¨ªa flexible que sale antes de las crisis. "Hay indicadores adelantados como la cartera de pedidos de las empresas industriales, el acusado descenso del stock de nuevas viviendas o la menor petici¨®n de subsidios de desempleo, que muestran una reactivaci¨®n s¨®lida", asegura el servicio de estudios de Barclays. Por contraste, de la zona euro los expertos esperan crecimientos muy d¨¦biles, que rondar¨¢n el 2% del PIB en las principales econom¨ªas del ¨¢rea, Alemania y Francia.
El consenso es que las econom¨ªas avanzadas tardar¨¢n entre cuatro y cinco a?os en recuperar el nivel de producci¨®n que exhib¨ªan en 2007. La digesti¨®n de los excesos acumulados, y singularmente el enorme endeudamiento de agentes privados y p¨²blicos en muchas econom¨ªas, apenas deja opci¨®n: con el cr¨¦dito bajo m¨ªnimos, s¨®lo queda someterse a una cura de ahorro para afrontar los pagos de las deudas, lo que lastrar¨¢ el consumo privado y la inversi¨®n, y encoger¨¢ irremediablemente el crecimiento.
"En los a?os anteriores a la crisis, hubo unas condiciones en los mercados financieros totalmente excepcionales, una infravaloraci¨®n del riesgo excesiva, el cr¨¦dito no puede volver a ser como antes", se?ala Rafael Domenech, economista jefe para Europa de BBVA. "Una de las principales inc¨®gnitas para 2010 es si el proceso de desapalancamiento seguir¨¢n siendo tan intenso, si las personas y las empresas volver¨¢n a aumentar el ahorro en detrimento del gasto", agrega Juan Jos¨¦ Toribio, profesor de la escuela de negocios IESE y ex director ejecutivo del FMI.
Para Toribio, los efectos del desapalancamiento de la econom¨ªa es una de las "cuatro inc¨®gnitas fundamentales" que planean sobre el incipiente crecimiento econ¨®mico. La previsible retirada de los est¨ªmulos fiscales de los Gobiernos, la posibilidad de que los bancos centrales limiten algunas de sus medidas excepcionales y las dificultades de un sistema financiero que no acaba de culminar su reconversi¨®n completan el cuadro b¨¢sico de incertidumbres, compartido por todos los analistas. Si se incluyen puntos de vista m¨¢s pol¨¦micos, la lista de las cosas que pueden dar al traste con la recuperaci¨®n se ampl¨ªa.
- ?Otro Lehman Brothers? La primera lecci¨®n de esta crisis fue que dejar quebrar a Lehman Brothers, como hizo la Administraci¨®n Bush, no fue una buena idea. Los gobiernos se han comprometido a actuar, con inyecciones de capital si fuera necesario, para evitar que una entidad financiera relevante vuelva a caer. Y han dado diversas muestras ya de que cumplir¨¢n su palabra (b¨¢sicamente, la banca de Reino Unido est¨¢ nacionalizada). Pero otro susto similar disparar¨ªa de nuevo la tensi¨®n en los mercados financieros y la desconfianza entre los bancos. "Todav¨ªa pueden aguardar sorpresas en el camino, en Estados Unidos y, sobre todo, en Europa, donde las pruebas de esfuerzo que se hicieron a la banca no fueron transparentes", se?ala Domenech. Los problemas en Europa del Este y Grecia han vuelto a poner en el punto de mira a entidades de pa¨ªses centroeuropeos (Austria, Alemania) y n¨®rdicos (Suecia).
- Zombis enredados en una trampa japonesa. Superado a duras penas la amenaza de otra gran depresi¨®n, el temor que prende en las econom¨ªas avanzadas es repetir la salida en falso que experiment¨® Jap¨®n en los a?os noventa, cuyas consecuencias todav¨ªa sufre. "En Jap¨®n tardaron seis meses en empezar a bajar los tipos, cuatro a?os en usar los est¨ªmulos fiscales y diez en afrontar los problemas del sector financiero", replica Jos¨¦ Carlos D¨ªez, economista jefe de Intermoney. Tanto en el frente monetario como en el fiscal, las autoridades han reaccionado esta vez mucho m¨¢s r¨¢pido. Pero, aunque no necesiten un rescate urgente, no est¨¢ claro si las entidades financieras ser¨¢n capaces de aumentar el cr¨¦dito cuando la recuperaci¨®n se consolide. En el caso japon¨¦s, muchos bancos siguieron abiertos como zombis: incapaces de prestar, todo el dinero lo chupaba el agujero creado en sus cuentas por activos devaluados. "No est¨¢ clara la situaci¨®n en la que est¨¢n muchas entidades, con cuentas de resultados peores en 2010 es dif¨ªcil que se reanude un flujo normal de cr¨¦dito", se?ala Toribio. "Hay una enorme heterogeneidad, queda mucho por hacer en la reestructuraci¨®n del sector en toda Europa, puede que nos encontremos m¨¢s de un cad¨¢ver cuando abramos la puerta de los armarios", abunda Domenech.
- China echa el freno. El 8% es la l¨ªnea que marca en el gigante asi¨¢tico la diferencia entre un crecimiento suficiente para reducir la pobreza y hace asumible el ¨¦xodo rural a las ciudades. Es una obsesi¨®n para el Gobierno chino, que supedita todo al baoba ("mantener el ocho"), lema que acompa?a sus decisiones. En 2009 lo ha logrado, pero a costa de un mastod¨®ntico plan de inversiones p¨²blicas (equivalente a m¨¢s del 3% del PIB) y de forzar el grifo de cr¨¦dito de la banca, que ha aumentado a tasas interanuales del 25%, una rareza en medio de esta crisis financiera. No es en absoluto un vaticinio generalizado, pero algunos servicios de estudios, como el de Citigroup, no dejan de se?alar que se est¨¢n dando cr¨¦ditos insolventes y que el exceso de liquidez puede calentar la inflaci¨®n e inflar una burbuja de activos financieros. Una tendencia que obligar¨ªa al banco central chino a elevar los tipos de inter¨¦s y a apreciar la tasa del cambio del renminbi, medidas restrictivas que har¨ªan m¨¢s dif¨ªcil el baoba.
- Una hucha para el consumidor de EE UU. Una de las fuerzas que han impulsado el crecimiento mundial en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha sido el desaforado gasto de los consumidores estadounidenses. Y uno de los primeros indicios de que la recuperaci¨®n est¨¢ aqu¨ª son indicadores tan locales como las cifras de venta de los comercios de EE UU. A fin de cuentas, el consumo de las familias estadounidenses aporta m¨¢s del 15% del PIB mundial. Brian Coulton, analista de la agencia de calificaci¨®n Fitch, ha recopilado algunas de las razones por las que este repunte pod¨ªa ser un canto de cisne: el endeudamiento de los hogares estadounidenses es muy alto y presiona para aumentar el ahorro; el aumento de gasto ha sido alimentado artificialmente por medidas del Gobierno que no se mantendr¨¢n (cheques fiscales y subsidios a la compra de coches) y el desempleo seguir¨¢ subiendo.
- La deuda p¨²blica infla otra burbuja. Es el asunto estrella de los analistas en las ¨²ltimas semanas. La falta de cobertura de Dubai a la empresa estatal que construye sus delirios urban¨ªsticos y, m¨¢s recientemente, el castigo de los mercados a Grecia por su abultado d¨¦ficit p¨²blico, han encendido el debate. "Si los problemas de Grecia se extienden a econom¨ªas m¨¢s grandes, como Espa?a, la credibilidad del euro estar¨¢ en cuesti¨®n", lleg¨® a afirmar esta semana el economista jefe de Goldman Sachs, Jim O?Neill. Lo cierto es que, con la mayor expansi¨®n de deuda p¨²blica en d¨¦cadas, es de esperar que el coste de emisi¨®n para los gobiernos se eleve. Y un repunte en el coste de la deuda p¨²blica implica de forma casi autom¨¢tica un encarecimiento en la financiaci¨®n de las empresas de ese pa¨ªs. La duda estriba en si eso debe llevar a recortes presupuestarios inmediatos para recuperar credibilidad en el mercado.
La cuesti¨®n divide a los te¨®ricos que han descrito con m¨¢s precisi¨®n los mecanismos de la crisis. "Es una amenaza fantasma", reitera cada vez que tiene ocasi¨®n Paul Krugman, Premio Nobel de Econom¨ªa en 2008. "El ritmo al que se est¨¢ acumulando la deuda gubernamental podr¨ªa propiciar f¨¢cilmente una segunda oleada de crisis", escribi¨® hace poco Kenneth Rogoff, profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Harvard. Y Carmen Reinhart, profesora de la Universidad de Maryland, que ha publicado junto a Rogoff la m¨¢s completa radiograf¨ªa de las ¨²ltimas crisis, advierte que hay pa¨ªses con mayores "niveles de intolerancia" a la deuda.
- Los est¨ªmulos fiscales, en desbandada. "?No!", grita el coro de analistas. Entre ellos, muchos de los que avisan del peligro del aumento de la deuda p¨²blica y aconsejan recortes presupuestarios. Domenech matiza: "Hay pa¨ªses como Espa?a, que empezaron antes y con m¨¢s intensidad, y por tanto, deben empezar la consolidaci¨®n fiscal antes. Y otros, como Alemania o Francia, que se gastaron menos al principio, pueden permitirse extender las medidas anticrisis un poco m¨¢s".
- Aqu¨ª viene el petr¨®leo otra vez."?Han aprendido los inversores la lecci¨®n de que una econom¨ªa mundial fr¨¢gil no puede pagar 145 d¨®lares por barril?", se pregunta el servicio de estudios de Merrill Lynch. "Confiamos en que s¨ª, pero no estamos seguros", es la titubeante respuesta. Con la mayor recesi¨®n en medio siglo, el precio del crudo ha bajado desde aquella cumbre que alcanz¨® en julio de 2007. Y, pese a la mayor recesi¨®n medio siglo, el precio se mantiene en los 75 d¨®lares, un nivel hist¨®ricamente alto. "Cuando la recuperaci¨®n se consolide, no hay nada que impida que los mercados de materias primas vuelvan a calentarse". El aviso es, ni m¨¢s ni menos, que de Nouriel Roubini, el profesor dede la Universidad de Nueva York que se ha hecho un hueco medi¨¢tico por haber sido uno de los pocos que predijo el desastre. Y nada lo impide porque los renovados esfuerzos de regulaci¨®n apenas tocan estos mercados, tan sensibles a la especulaci¨®n financiera.
- Los bancos centrales desandan el camino. Si el petr¨®leo vuelve a galopar, la inflaci¨®n subir¨¢ y har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil la vida a los bancos centrales. Pero, salvo sorpresas por ese flanco, el paro y el bajo nivel de utilizaci¨®n de la capacidad de las empresas permiten anticipar incrementos muy tenues de los precios del consumo. Con ese escenario, casi ning¨²n analista pronostica que el BCE toque los tipos de inter¨¦s antes del verano, o que la Reserva Federal lo haga antes de final de 2010. Y, lo m¨¢s probable, es que la retirada de las medidas extraordinarias de liquidez sea muy gradual. Para espantar las dudas, Bernanke ha puesto a la vista en su despacho una foto en blanco y negro, retrato de los gobernadores que se pasaron de prudentes en la Gran Depresi¨®n. "La recesi¨®n, desde un punto de vista t¨¦cnico, se ha acabado, pero parecer¨¢ durante un tiempo que sigue aqu¨ª, sobre todo por el desempleo", afirm¨® en octubre el presidente de la Reserva Federal, que afronta los obst¨¢culos que vendr¨¢n con resignaci¨®n. En el calendario que corona su mesa, cada fecha se encabeza con una variaci¨®n humor¨ªstica de la popular Ley de Murphy: "Todo lo que puede ir mal, ir¨¢ mal". La econom¨ªa mundial agradecer¨ªa que, al menos en 2010, esa peculiar ley se tomara muchos d¨ªas de vacaciones. -
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