Reconquista cat¨®lica

El arzobispado de Madrid y el grupo Camino Neocatecumenal organizaron ayer el tercer encuentro de las familias cristianas, que cont¨® con una intervenci¨®n de Benedicto XVI, en conexi¨®n directa desde la plaza de San Pedro. Los organizadores quisieron dar una dimensi¨®n europea al acto de este a?o, y convocaron para ello a fieles y prelados de Francia, Alemania, Holanda, Austria, Portugal, Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa e Italia, que se desplazaron hasta Madrid. Tambi¨¦n estuvo presente el nuevo nuncio en Espa?a, Renzo Fratini. Del tenor de las palabras pronunciadas a lo largo de la ceremonia parec¨ªa deducirse que monse?or Rouco Varela se propone abanderar desde Espa?a una reconquista de Europa para las posiciones ultraconservadoras de la actual jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, en las que tambi¨¦n milita el Vaticano del papa Ratzinger.

El presidente de la Conferencia Episcopal volvi¨® a desgranar su habitual letan¨ªa contra el divorcio, el aborto y el matrimonio homosexual, formulando profec¨ªas apocal¨ªpticas sobre el futuro de Europa para el caso de que Parlamentos y Gobiernos no se plieguen a las directrices morales de la actual jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, a la que considera portavoz del derecho natural. Como suele ser corriente en sus intervenciones, monse?or Rouco hizo un alarde de insensibilidad, propio de otros tiempos, hacia problemas que afectan a muchos cat¨®licos dentro y fuera de Espa?a. Pronostic¨® que, sin la familia cristiana, Europa se quedar¨¢ sin hijos, deslizando entre l¨ªneas la extravagante idea de que los matrimonios que no se ajustan a la ortodoxia cat¨®lica son mayoritariamente homosexuales. Tambi¨¦n compar¨® la simplificaci¨®n en los tr¨¢mites legales de divorcio con el repudio, corroborando el punto de vista desde el que ¨¦l hablaba y, a trav¨¦s de ¨¦l, la jerarqu¨ªa que hoy dirige la Iglesia cat¨®lica: en las legislaciones arcaicas, el repudio, a diferencia del divorcio, s¨®lo se contemplaba a iniciativa del hombre y contra la mujer.

Monse?or Rouco y la actual jerarqu¨ªa de la Iglesia, tanto en Espa?a como en el Vaticano, no parecen haber comprendido que cuanto m¨¢s se exhiben p¨²blicamente como descarnado grupo de presi¨®n, menos autoridad moral cosechan para defender sus puntos de vista. El encuentro de las familias celebrado ayer no se diferenci¨® en sus formas de otros actos de propaganda que tienen cabida en las sociedades democr¨¢ticas, desde pol¨ªticos hasta deportivos o, simplemente, comerciales. Los cat¨®licos que no comparten los puntos de vista de la actual jerarqu¨ªa tienen razones, sin duda, para sentirse ajenos a una ceremonia como la de ayer, en la que el arzobispado de Madrid apareci¨® codo con codo con un grupo ultraconservador como Camino Neocatecumenal. Tantas razones, al menos, como otros ciudadanos que, sin participar de ninguna fe religiosa pero comprometidos con la libertad de todas, desear¨ªan que los obispos espa?oles no hurtasen su contribuci¨®n a un pa¨ªs mejor y m¨¢s tolerante.