Javier Solana
Ha regresado. Despu¨¦s de una trayectoria internacional de una importancia y extensi¨®n que muy pocos pueden mostrar, Javier Solana est¨¢ de nuevo en Espa?a, de donde en realidad nunca se fue.
Al aproximarnos a su perfil destaca, en primer lugar, la impronta intelectual y moral de una familia culta y abierta; su padre, muerto prematuramente, que marc¨® de forma indeleble la personalidad del joven Javier, y su madre, una mujer fuerte que "impon¨ªa, no se impon¨ªa". Y tambi¨¦n cuenta la parte de la que no suele hablar, seguramente porque a ellos no les agrada la notoriedad: Concha Gim¨¦nez y sus dos hijos.
Pocos pol¨ªticos tienen un curr¨ªculo tan intenso. Ministro de Cultura, en su mandato se lanzaron los programas de rehabilitaci¨®n de teatros, auditorios y mercados que tan buenos resultados dieron en toda Espa?a y, en concreto, en Galicia, comenzando por Santiago de Compostela con la rehabilitaci¨®n del Teatro Principal y la construcci¨®n del Auditorio de Galicia. Portavoz del Gobierno, ministro de Educaci¨®n y Ciencia y de Asuntos Exteriores. Este ¨²ltimo cargo gubernamental ser¨ªa el paso previo a la secretar¨ªa general de la OTAN, un destino donde lo pas¨® mal en la guerra de los Balcanes. Su ideario de hombre de paz entraba en conflicto con lo que deb¨ªa hacerse para conseguirla.
Ser¨ªa un buen embajador de una red global dedicada al intercambio y concordia de los pueblos
El ejercicio de sus cargos europeos ha comportado m¨¢s de quinientas misiones diplom¨¢ticas, en un esfuerzo multiplicador de su presencia en los grandes debates del mundo, sin eludir los conflictos. Su firmeza, siempre tendiendo puentes, lo situ¨® en una posici¨®n desde la que habla con todos los l¨ªderes mundiales, que le tienen una especial consideraci¨®n por su papel como impulsor de las relaciones entre Europa y Norteam¨¦rica, entre Oriente y Occidente.
De su pensamiento subrayar¨ªa que en un PSOE de tendencia tradicionalmente jacobina, es uno de los que mejor han entendido la Espa?a auton¨®mica con su diversidad de culturas y lenguas. Pertenece, como su amigo Felipe Gonz¨¢lez, a la generaci¨®n de pensamiento profundo, formada por el gran momento de constitucionalistas, autonomistas y europe¨ªstas, y quiz¨¢ es, en el d¨ªa de hoy, el pol¨ªtico espa?ol que mejor conoce el mundo global. Por eso no sorprende su ingreso en un centro de estudios sobre econom¨ªa mundial y geopol¨ªtica.
Pero lo que m¨¢s me interesa, sin duda, es su perfil humano. Hombre de amistades, lector y mel¨®mano, ¨¢vido de conversar y, sobre todo, prudente, en p¨²blico y en privado. Comprensivo con la opini¨®n de los dem¨¢s, le gusta hablar de lo positivo, de lo que une a las personas, y siempre evita los comentarios ¨¢cidos. Es, por otra parte, un trabajador exigente consigo mismo y con su entorno, con una energ¨ªa que se sobrepone a las adversidades.
Desde hace muchos a?os Javier Solana ha hecho de Galicia su base de vacaciones, en consonancia con su forma de vivir. En Bueu, siguiendo la iniciativa del director del Teatro Real, Miguel Mu?iz, y la pianista Rosa Torres-Pardo, ha llegado a constituirse un grupo madrile?o-galaico, y desde all¨ª hemos recorrido andando buena parte de Galicia. Guardo un recuerdo especial de la fr¨ªa y soleada ma?ana del 1 de enero de 1999, cuando inauguramos el a?o jubilar entrando en la ciudad por el sudeste, entre los primeros peregrinos que atravesaron la Puerta Santa que se hab¨ªa abierto la v¨ªspera.
En estos momentos en que Europa se esfuerza por remontar el vuelo tras la crisis, Javier Solana, que en 1991 impuls¨® el relanzamiento de Santiago de Compostela como meta de un Camino reconocido como primer itinerario cultural europeo, ser¨ªa un buen embajador de una red global dedicada al entendimiento, el intercambio y la concordia entre los pueblos. Pero esto es solo una idea m¨ªa.
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