"En EE UU hay m¨¢s bibliotecas que McDonald's"
Vive a caballo entre Colorado y Albuquerque (EE UU) por razones laborales, y tiene tres periquitos y dos perros, pero deja claro que no es ninguna fan¨¢tica de la defensa de los animales. Sale a colaci¨®n el tema nada m¨¢s sentarnos a la mesa al llegar el primer entrante: foie. Lo han prohibido en Chicago, comenta Camila Alire. Por el da?o que se causa a los animales al obtenerlo. Desde la organizaci¨®n que preside, la Asociaci¨®n de Bibliotecas Americanas (ALA), esta mujer lucha por otras causas no menos nobles: "Que la comunidad tenga libre acceso a toda la informaci¨®n a trav¨¦s de las bibliotecas". No es su ¨²nico objetivo. Como latina, ha decidido desde que ocup¨® el cargo hace unos meses impulsar la lectura del espa?ol. Su asociaci¨®n agrupa a todas las bibliotecas de Estados Unidos: p¨²blicas, acad¨¦micas, de escuelas, de empresas...
La presidenta de los bliotecarios dice que con la crisis se prestan m¨¢s libros
Los bibliotecarios tienen el poder de decidir lo que se compra. Y ella tiene mucho. Ha sido incluida entre las hispanas m¨¢s influyentes de su pa¨ªs en una de esas listas que tanto gustan a los norteamericanos, en este caso, la de la Hispanic Business Magazine. Explica con orgullo la fuerza que tienen en la defensa de las libertades individuales. Pone un ejemplo relacionado con los menores. "Cuando un ni?o se lleva un libro prestado y sus padres piden que se retire porque no les gusta, no se hace. Est¨¢n por encima los derechos de todos", explica orgullosa. Calcula que al a?o se registran medio millar de peticiones de este tipo. Intenta romper t¨®picos con datos. El primero que lanza es llamativo: "En EE UU hay m¨¢s bibliotecas que McDonald's". Se sabe la cifra: 16.500. Escuch¨¢ndola da la impresi¨®n de que los norteamericanos leen much¨ªsimo. Alire replica que seguramente no m¨¢s que en otras partes, y a?ade que ¨¦sa no es la cuesti¨®n. Es tambi¨¦n interesante el segundo dato: dos tercios de los adultos de EE UU tienen carn¨¦ de biblioteca. Entonces s¨ª entramos en el meollo de la cuesti¨®n: "Los norteamericanos tienen mucha tradici¨®n de coger libros en pr¨¦stamo. Consideran que deben usar las bibliotecas que pagan con sus impuestos".
?Han observado si con la crisis se cogen m¨¢s libros en pr¨¦stamo? "Con la crisis, la gente ha vuelto a la biblioteca, est¨¢ haciendo m¨¢s uso de ella", asegura. Adem¨¢s de ir a por libros, usan los ordenadores ("muchos no tienen Internet en casa") y asisten a los cursos gratuitos que organizan. "Es un concepto muy social de la biblioteca, son centros de encuentro y promueven la equidad", a?ade.
Es su segunda visita a Espa?a. Ha venido a participar en unas jornadas del Instituto Cervantes y ha querido ir a Toledo en busca de sus or¨ªgenes (rastrea sobre todo uno de sus apellidos: "Romero"). En un d¨ªa, apenas le ha dado tiempo. As¨ª que volver¨¢. Lo que s¨ª ha visto ha sido la biblioteca del Alc¨¢zar. Le ha maravillado. El servicio que dan y la "bebeteca", los libros para menores de tres a?os. Le ha hecho mucha gracia el nombre.
Pero ya en el postre, revela uno de sus mejores momentos en Madrid: le han ense?ado un manuscrito de Leonardo Da Vinci, uno de los tesoros de la Biblioteca Nacional. "Escrib¨ªa al rev¨¦s para que no pudieran entenderlo. Yo puedo hacerlo". Pide un boli y escribe con soltura, de derecha a izquierda: "erilA alimaC si eman yM".
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