El Madrid no encuentra la paz

A perro flaco, todo son pulgas. El Madrid encadena derrota tras derrota sin importar rival o pedigr¨ª. Esta vez ni siquiera le acompa?¨® la suerte, pues el partido se fue a la pr¨®rroga gracias a un lanzamiento a la desesperada de Jasen desde casi nueve metros a falta de nueve d¨¦cimas de segundo. En los cinco minutos extras lo volvi¨® a tener en la mano, pero entre un tiro libre fallado por el debutante Jaric (78-80 y 11 segundos por jugarse) y otro triple, esta vez de Clark, la racha negativa contin¨²a. Ya se sabe, el ganar y el perder tambi¨¦n tienen su parte de rutina y est¨¢ claro que los blancos han entrado en una espiral de la que necesitan salir cuanto antes. Para ello deber¨¢n fortalecer unas cuantas cosas. Algunas sangrantes, como la endeblez debajo de los aros, donde el Estudiantes hizo mucho da?o con sus p¨ªvots y tambi¨¦n con Su¨¢rez o Jasen buscando aprovechar su superioridad en cent¨ªmetros cerca de la canasta. Demasiado estropicio si estamos hablando de gente como Popovic, Clark o Caner-Medley, muy buenos jornaleros, pero algo lejos de ser jugadores de empaque.

Jaric demostr¨® ser un fichaje acertado, pero, como Bullock, no mueve un m¨²sculo de la cara

Hasta el ¨²ltimo cuarto, el partido perteneci¨® al Estudiantes. En todas las ¨¢reas en las que prima la intensidad (defensa, rebote, rapidez, contraataque) fue superior ante un Madrid que salt¨® aturdido, como si todav¨ªa le durase el varapalo que le meti¨® el Bar?a. Messina sac¨® de titular a Jaric, la mejor noticia de la tarde para los blancos. El serbio fue de menos a m¨¢s, demostr¨® sobradamente esa polivalencia tan al gusto del t¨¦cnico italiano y, sin duda, se trata de un fichaje acertado. Ni busc¨® ni encontr¨® su tiro exterior, pero sabe leer muy bien el juego, tiene altura y envergadura para sacarle mucho provecho y mantuvo siempre el temple. Eso s¨ª, de mover un m¨²sculo de la cara, nada de nada. Como si con Bullock no fuese suficiente.

Dominando el rebote con claridad, corriendo en cuanto pod¨ªa, aguerrido en la defensa y sacando petr¨®leo en las cercan¨ªas del aro, el Estudiantes flirteaba con la rotura del partido cuando en los inicios del ¨²ltimo cuarto (58-50) se le fundieron los plomos. El Madrid elev¨® su tono defensivo y a los jugadores de Casimiro les entr¨® un peque?o tembleque al ver tan cerca la deseada victoria. El saber cerrar partidos es todo un arte y en una Liga tan igualada como la de la ACB, la diferencia entre una existencia pl¨¢cida o el vivir cerca de los infiernos. Punto a punto, el Madrid recuper¨® el control un poco a sobresaltos, representados como nadie por Velickovic, que vive actualmente en la dualidad. Lo mismo parece un genio que un principiante. Aunque la diferencia estaba en el base. Mientras en un lado marcaba el ritmo, la pausa y los triples Prigioni, en el otro Oliver o Granger pecaban de exceso de revoluciones. As¨ª hasta que Lavrinovic, con dos tiros libres, pareci¨® dar el cerrojazo (66-69) a falta de 13 segundos. El Madrid no quiso hacer falta y despu¨¦s de un triple errado de Oliver y un rebote ofensivo (uno m¨¢s) de Su¨¢rez, lleg¨® el bombazo de Jasen.

En un ambiente febril, se disput¨® la prorroga y se reprodujeron los comportamientos. El Estudiantes comenz¨® mandando con cinco puntos consecutivos, pero se dej¨® de nuevo empatar. El Madrid acarici¨® la victoria por segunda vez y con otro triple (esta vez, sin la excusa de su excepcionalidad) se le escap¨®. Mientras los jugadores del Estudiantes se abrazaban alborozados por una victoria tan importante en t¨¦rminos clasificatorios como an¨ªmicos, la cara de los del Madrid parec¨ªa decir "?vaya racha!".