Ej¨¦rcitos
Lejos de entrar en pol¨¦micas sobre la celebraci¨®n del D¨ªa de la Toma de Granada, conviene no pasar por alto el percance del que fue protagonista el teniente general jefe del Madoc, Francisco Puentes. Como integrante de la comitiva oficial, junto al resto de representaciones oficiales, recibi¨® diversos improperios que no estuvo dispuesto a soportar encar¨¢ndose con los que le increpaban. El militar rompi¨® el protocolo y se dirigi¨® hacia los que protestaban quienes portaban una pancarta en la que se le¨ªa: "No al racismo, a la Toma, al fascismo" espet¨¢ndoles que "soy un general de un Ej¨¦rcito democr¨¢tico. Yo entr¨¦ en Sarajevo para dar agua y luz a los musulmanes". Si bien, posteriormente, los manifestantes puntualizaron que no llegaron a insultar a nadie, lo cierto es que el jefe militar no quer¨ªa pasar por ser un fascista ni, tampoco, un racista, m¨¢xime despu¨¦s de la experiencia profesional que avala su trayectoria en las Fuerzas Armadas espa?olas, plagada de intervenciones de un alto contenido humanitario como pudo ser esa misi¨®n de pacificaci¨®n de Bosnia dictada por la ONU.
De eso hace ya 18 a?os y desde entonces se ha multiplicado la presencia en el extranjero de nuestras fuerzas armadas asumiendo responsabilidades cada vez m¨¢s comprometedoras como las de Afganist¨¢n, L¨ªbano o en el Oc¨¦ano ?ndico. Una tarea dif¨ªcil y muy delicada que se ha cobrado la vida de varios de sus integrantes y que pone de manifiesto, d¨ªa tras d¨ªa, la valiosa contribuci¨®n que realizan a la paz y, por qu¨¦ no decirlo, tambi¨¦n, a la proyecci¨®n internacional de nuestro pa¨ªs y su decidida voluntad de compromiso exterior. Pues bien, a pesar de la evidencia de este important¨ªsimo trabajo, se tiene la sensaci¨®n de que todav¨ªa la sociedad espa?ola no ha hecho el debido reconocimiento que se merecen por la labor que desarrollan qued¨¢ndose todo, m¨¢s bien, en pronunciamientos realmente m¨ªseros ante la descomunal tarea que efect¨²an. Seguramente se ha llegado a este punto por culpa de todos, pero, tambi¨¦n, por un imperdonable desconocimiento que incide en el nunca bien resuelto distanciamiento de los uniformados de la ciudadan¨ªa.
De igual modo, bien har¨ªamos en implicarnos m¨¢s en torno a la trascendencia que puede tener para nuestra tierra la presidencia espa?ola de la UE. Si el objetivo prioritario debe ser, como dice Zapatero, la recuperaci¨®n econ¨®mica, est¨¢ claro que a Andaluc¨ªa le va mucho en el envite. No todo debe limitarse a prestar lugares emblem¨¢ticos para la celebraci¨®n de vistosas cumbres europeas.
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