El Madrid no encuentra la salida
La presi¨®n de Osasuna frena en seco la proyecci¨®n del equipo de Pellegrini
Higua¨ªn se encontr¨® con un despeje perdido y encar¨® a Ricardo con una pradera para pensarse el remate. Decidi¨® fulminar al mu?eco, y el mu?eco le sac¨® una mano perfecta. El portero toc¨® el bal¨®n, que se fue por arriba del larguero para ir a parar a donde los muchachos del Indargorri. Sucedi¨® en lo m¨¢s caliente de la segunda parte. Fue la oportunidad m¨¢s n¨ªtida de un Madrid incapaz de imponerse. Un Madrid que se present¨® en el Reyno de Navarra para asaltar el liderato pero se qued¨® al pie de la muralla.
Pudo m¨¢s el ejercicio de generosidad de los jugadores de Osasuna que la creatividad de las figuras del Madrid. Naturalmente, los partidos en Pamplona discurren hacia la guerra de desgaste. Juegue Tuni o juegue Cristiano. Es como si hubiese fuerzas superiores que acaban por condicionar la disputa aceler¨¢ndola, trab¨¢ndola, agitando a las gradas y ahogando la creatividad de los futbolistas m¨¢s dotados. Se ven pocos remates. El primero, ayer, lo hizo Nekounam pasada la media hora, a la salida de un c¨®rner. Cabece¨® abajo, a la base del palo izquierdo de Casillas. Como mandan los c¨¢nones. El portero reaccion¨® como un gato y despej¨®. Sus compa?eros respiraron aliviados. No consegu¨ªan encontrar el hilo al partido. La jugada m¨¢s peligrosa del Madrid la ilumin¨® Arbeloa con dos bicicletas en el costado izquierdo. Su pase atr¨¢s a Van der Vaart acab¨® en el ¨²nico tiro de los visitantes en una hora de refriega. Cuando el ¨¢rbitro pit¨® el descanso se pod¨ªa decir que Osasuna cumpl¨ªa con su plan.
OSASUNA 0 - REAL MADRID 0
Osasuna: Ricardo; Azpilicueta, Roversio, Fla?o, Monreal; Juanfran (R¨²per, m. 79), Pu?al, Nekounam, Camu?as (Calleja, m. 92); Aranda (Masoud, m. 63) y Pandiani. No utilizados: Echaide, Vadocz y Gal¨¢n.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Albiol, Garay, Arbeloa; Lass, Xabi Alonso, Marcelo (Granero, m. 82); Van der Vaart (Benzema, m. 63); Higua¨ªn (Ra¨²l, m. 72) y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Dudek; Metzelder, Gago y Drenthe.
?rbitro. Mateu Lahoz. Amonest¨® a Lass, Masoud, Sergio Ramos, Pandiani, Arbeloa y Nekounam.
Unos 18.000 espectadores en el Reyno de Navarra.
Ronaldo se fue con una sensaci¨®n nueva: no chut¨® entre los tres palos
Camacho mand¨® achicar el campo y Fla?o plant¨® la defensa a 20 metros del ¨¢rea chica de Ricardo, empujando al medio campo hacia terreno adversario y apretando la salida del bal¨®n del Madrid gracias al esfuerzo solidario de los delanteros. La presi¨®n coordinada puso en dificultades a Xabi, que no encontr¨® gran ayuda a su alrededor. Marcelo y Van der Vaart empezaron ofreci¨¦ndose y tocando entre l¨ªneas con gran movilidad, pero acab¨® imponi¨¦ndose la pierna de Pu?al, que se fue adue?ando de la zona ancha. Poco a poco, el Madrid perdi¨® la iniciativa. El embotellamiento en el medio tuvo consecuencias. El peso del partido se traslad¨® a los defensas y a los laterales. Se luci¨® Azpilicueta con sus saques de banda y sus desplazamientos en largo. Brill¨® Arbeloa cerrando y progresando. Se destac¨® Garay desbaratando los contragolpes. No hubo noticias de Cristiano ni de Higua¨ªn, incapaces de desmarcarse por afuera, sedientos de bal¨®n, desconectados de sus pasadores habituales.
Al Madrid le falt¨® el hombre del pase quir¨²rgico. Le falt¨® un Guti que pusiera la pelota. Higua¨ªn y Cristiano recibieron mal y lejos de la zona donde inquietan a los defensas. Mientras los jugadores de Osasuna tuvieron energ¨ªa, los despliegues de los puntas madridistas resultaron est¨¦riles. En la segunda parte se aflojaron las correas. A medida que la gente comenz¨® a ahorrar esfuerzos, aumentaban los claros, y los contragolpes. El partido se acerc¨® a las ¨¢reas. Camacho quit¨® a Aranda, hasta entonces encargado de oficiar de diana de los pelotazos, como punto de apoyo para las segundas jugadas. La salida del malague?o, uno de esos delanteros sin gol, abri¨® la puerta a Masoud, que tampoco tiene gol, pero desequilibra. El extremo iran¨ª conduce con im¨¢n. Lleva la pelota pegada a la bota derecha, desborda con un regate sutil, muy particular, sin excesos, y, cuando levanta la cabeza, sabe ver cada movimiento de sus compa?eros. Sus pases aclararon los ataques de Osasuna y contribuyeron a acelerar el partido. Pero Pandiani no fue capaz de conectar un remate. Es la paradoja de los partidos del viejo Sadar. La agitaci¨®n no se concreta f¨¢cilmente en goles. De espaldas al ruido, Casillas vivi¨® una noche bastante serena.
Pellegrini meti¨® mano a su equipo retirando a Van der Vaart para darle cancha a Benzema y sentando a Higua¨ªn para meter a Ra¨²l. El Pipa fue al banquillo con cara de frustraci¨®n. Luego entr¨® Granero por Marcelo. Pero los cambios sirvieron de poco. El Madrid dio un paso adelante, pero sigui¨® sin descubrir la rendija. Al final del partido, Cristiano se fue a la ducha con una sensaci¨®n nueva desde que lleg¨® a la Liga. No hab¨ªa tirado entre los tres palos. El Bar?a sigue siendo l¨ªder.
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