ETA intenta acallar a sus presos con la expulsi¨®n de cinco disidentes

La banda terrorista ETA hizo p¨²blica ayer la expulsi¨®n de sus filas de cinco presos para tratar de frenar, con un golpe de autoridad, la marea de disidencia interna. El hecho se produce en un momento en el que los presos etarras est¨¢n pidiendo participar en el debate sobre el futuro de la izquierda abertzale en el que se est¨¢ cuestionando la violencia como m¨¦todo para lograr objetivos pol¨ªticos. Hace dos a?os, los presos protestaron por haber sido marginados del debate en torno al proceso de final dialogado del terrorismo.

De los 750 presos de ETA encarcelados en Espa?a y Francia, unos 40, confinados en las c¨¢rceles de Zuera (Zaragoza) y Villabona (Asturias), est¨¢n en abierta disidencia con la banda. Pero incluso entre el resto de condenados hay una mayor¨ªa, que sigue perteneciendo al colectivo de presos, que defiende las tesis del ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi (tambi¨¦n en prisi¨®n), proclive a que ETA abandone el terrorismo.

Uno de los etarras expulsados es el asesino del concejal Gregorio Ord¨®?ez

La expulsi¨®n de los cinco disidentes se materializ¨® a trav¨¦s de una nota del llamado colectivo de presos donde se les acusa de "haberse salido de la disciplina y protecci¨®n del colectivo". El frente carcelario est¨¢ dirigido por presos muy influyentes, como Juan Lorenzo Lasa Michelena, Txikierdi, y Henri Parot.

Los expulsados son Valent¨ªn Lasarte, I?aki Recarte, Jorge Uru?uela, Andoni Mu?oz y Esteban Murillo. La mayor¨ªa cumplen altas condenas de prisi¨®n, algunos son asesinos.

Lasarte est¨¢ condenado a 340 a?os por seis asesinatos, entre ellos, los del concejal del PP de San Sebasti¨¢n Gregorio Ord¨®?ez (que ejecut¨® f¨ªsicamente Txapote) y el abogado socialista Fernando M¨²gica. Recarte fue el autor de un atentado con coche bomba en Santander en 1992 que cost¨® la vida a tres personas. Mu?oz fue condenado por colocaci¨®n de artefactos explosivos a 64 a?os. Uru?uela cumple 16 a?os de c¨¢rcel por acciones de kale borroka y Murillo est¨¢ en prisi¨®n preventiva pendiente de juicio.

Todos ellos cumpl¨ªan los requisitos legales para poder beneficiarse de ciertos privilegios del C¨®digo Penal al considerarse que en su conducta hay un "pron¨®stico de reinserci¨®n social". Todos ellos han expresado su rechazo a ETA y el perd¨®n a las v¨ªctimas y mantienen el compromiso en el pago de la responsabilidad civil exigida.

Lasarte hace dos a?os que expres¨® su disidencia con la c¨²pula de ETA. La pasada primavera rompi¨® todos los protocolos de la banda al comenzar a trabajar en el economato de la prisi¨®n de Villabona (Asturias), darse de alta en la Seguridad Social y aceptar un sueldo. Recientemente ha seguido sus pasos otro de los reclusos etarras expulsados, I?aki Recarte.

La banda terrorista proh¨ªbe a sus presos abonar indemnizaciones por responsabilidad civil as¨ª como solicitar permisos y pases a diferentes grados penitenciarios. Tambi¨¦n les exige negar legitimidad a los tribunales, obstaculizar el desarrollo de los juicios, no abonar fianzas ni multas ni pedir la libertad provisional, apoyar las acciones reivindicativas que indique la banda y aceptar el abogado que proponga el colectivo.

Estas normas dr¨¢sticas, unidas a que la banda las ha relajado discriminatoriamente para algunos de sus dirigentes, hace que la disidencia entre los presos vaya en aumento. Con los cinco de ayer, son aproximadamente unos 40 los expulsados de un colectivo de 750 presos. Entre ellos figuran miembros hist¨®ricos de ETA, como Francisco M¨²gica, Pakito, Jos¨¦ Luis Urrusolo, Carmen Guisasola, Kepa Pikabea, Jos¨¦ Luis ?lvarez, Txelis, I?aki Arakama Makario o Carlos Almorza, Pedrito de Andoain. Algunos de ellos han mostrado por carta su distancia con la actual orientaci¨®n de ETA.

La banda armada, que teme una marea disidente en las c¨¢rceles, viene forzando la disciplina a sus presos desde hace tiempo. Ayer mismo, el diario Gara recog¨ªa un comunicado del colectivo de presos anunciando encierros y huelgas de hambre. Hace a?o y medio, la direcci¨®n de la organizaci¨®n terrorista destituy¨® al responsable del colectivo de presos e impuso que esa funci¨®n la asumiera exclusivamente un dirigente de la propia banda. Hasta entonces, el responsable del colectivo, que integraba no s¨®lo a los militantes sino tambi¨¦n a colaboradores y simpatizantes, permit¨ªa a los presos beneficiarse de medidas penitenciarias.