El espionaje de EE UU se sume en el derrotismo tras la cadena de errores
Un informe militar advierte que los fallos hacen imposible vencer a Al Qaeda
Una cadena de significativos errores en las ¨²ltimas semanas ha creado un clima de confusi¨®n y derrotismo entre los servicios de espionaje de EE UU, que se sienten impotentes ante la movilidad, la obstinaci¨®n ideol¨®gica y la capacidad de renovaci¨®n de sus enemigos de Al Qaeda. Un reciente informe militar concluye que, en estas condiciones, es imposible ganar la guerra de Afganist¨¢n.
"Despu¨¦s de ocho a?os de guerra, el papel de la comunidad de espionaje de Estados Unidos es s¨®lo marginal... Sus an¨¢lisis est¨¢n tan carentes de informaci¨®n que en ocasiones parecen m¨¢s an¨¦cdotas que el producto de un serio trabajo detectivesco... La historia est¨¢ repleta de ejemplos en los que un ej¨¦rcito poderoso pierde las guerras ante enemigos m¨¢s d¨¦biles porque no prestaron la atenci¨®n suficiente al entorno del conflicto", afirma un informe presentado el lunes pasado por el general Michael Flynn, el m¨¢ximo responsable de las operaciones de espionaje en Afganist¨¢n.
Una eficaz labor de penetraci¨®n en la sociedad musulmana y de conocimiento del ambiente cultural y pol¨ªtico entre el que se mueve Al Qaeda resulta esencial, no s¨®lo para el ¨¦xito de la estrategia que el presidente Barack Obama ha dise?ado para Afganist¨¢n, sino para que todo este enorme despliegue de recursos que antes se llamaba guerra contra el terrorismo no acabe convirti¨¦ndose en un monumental desastre.
El momento actual es muy delicado. El propio presidente expuso el martes ante todo el pa¨ªs el fracaso de las agencias de espionaje al enlazar los datos que habr¨ªan impedido que el nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab hubiera abordado el avi¨®n de Northwest que intent¨® derribar sobre Detroit. [Abdulmutallab fue acusado ayer por un gran jurado de seis cargos, entre ellos el intento de asesinato de las 289 personas a bordo del avi¨®n e intento de usar un arma de destrucci¨®n masiva, informa Reuters]
Ese sonrojante fallo no fue el ¨²nico de un fin de a?o calamitoso. Un oficial del Ej¨¦rcito de EE UU que hab¨ªa confesado en p¨²blico su transformaci¨®n al radicalismo isl¨¢mico y que se hab¨ªa reunido con mandos terroristas, tuvo manos libres para provocar en noviembre una matanza entre sus propios compa?eros en el cuartel de Fort Hood (Tejas).
Trampa sangrienta
Un d¨ªa antes de Nochevieja, la CIA cay¨® en Afganist¨¢n probablemente en la trampa m¨¢s sangrienta de toda su historia: un agente doble que los hab¨ªa enga?ado durante un a?o logr¨® matar en un acto a los siete principales cuadros del espionaje de EE UU en ese pa¨ªs, incluida la jefa de la base de Khost. Tan enga?ados estaban, que ya hab¨ªan informado a la Casa Blanca de la trascendental reuni¨®n que tendr¨ªan ese d¨ªa con su informante, en la que ¨¦ste deton¨® su chaleco explosivo.
Aunque la CIA ha tratado de vengar ese golpe con tres bombardeos con aviones no tripulados en el plazo de una semana, la frustraci¨®n es inocultable. El ataque de Khost, cometido por un agente jordano que dec¨ªa tener a su alcance a los principales dirigentes de Al Qaeda, es la prueba de que la CIA carece de conocimiento para distinguir entre amigos y enemigos en una sociedad que se ha demostrado impenetrable para los m¨¦todos tradicionales del espionaje estadounidense.
Al Qaeda echa ra¨ªces en comunidades rurales a las que los norteamericanos no pueden acceder, reaparece en Yemen cuando parec¨ªa derrotada en Irak, crece en Somalia, recluta militantes en lugares tan remotos como Nigeria y se desplaza entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n sin ser detectados por los m¨¢s sofisticados medios tecnol¨®gicos. Tiene, adem¨¢s, la fe del fan¨¢tico y la paciencia para esperar un a?o hasta que uno de sus hombres asesta a la CIA el golpe so?ado.
El director nacional de Inteligencia, Dennis Blair, dedicado a la coordinaci¨®n de las diferentes agencias encargadas de ese asunto, hizo el mi¨¦rcoles una declaraci¨®n a sus subordinados en la que los que animaba a hacer frente a todos esos desaf¨ªos. "Tenemos que fortalecer nuestros recursos para combatir sus nuevas t¨¢cticas. La amenaza ha evolucionado y nosotros tenemos que anticiparnos a los nuevos tipos de ataques y mejorar nuestra capacidad de tomar la iniciativa", afirm¨® Blair.
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