Obama asume la responsabilidad por los errores en el atentado de Detroit

Barack Obama asumi¨® ayer la responsabilidad personal por los errores que permitieron el intento de derribar un avi¨®n estadounidense el d¨ªa de Navidad y asegur¨® que, aunque se aumentar¨¢n las medidas de seguridad y se mejorar¨¢n las labores de espionaje, su Gobierno nunca sacrificar¨¢ libertades ni permitir¨¢ pasos atr¨¢s en las condiciones de democracia y apertura de las que goza este pa¨ªs, pues eso significar¨¢ la victoria definitiva de los terroristas.

"Como presidente tengo la responsabilidad de defender a esta sociedad, y cuando el sistema falla es mi responsabilidad", declar¨® Obama en una comparecencia, la segunda esta semana, destinada a mantener al tanto a la naci¨®n sobre el resultado de las investigaciones del atentado frustrado sobre el cielo de Detroit.

El presidente dice que no sacrificar¨¢ libertades en aras de la seguridad

El presidente confirm¨® que la Administraci¨®n de EE UU dispon¨ªa de elementos suficientes como para haber impedido ese intento, pero que fall¨® tanto el an¨¢lisis de la informaci¨®n recolectada por las agencias de espionaje como el mecanismo para poner en conexi¨®n esos datos.

Obama prometi¨® el m¨¢ximo esfuerzo para tratar de resolver esos problemas y asegur¨® que los responsables de todos los departamentos relacionados con la seguridad tienen instrucciones de mejorar sus prestaciones, pero afirm¨® que este episodio no es atribuible a errores individuales concretos, sino a un "fallo sistem¨¢tico del sistema". "Estoy m¨¢s interesado en encontrar soluciones que en repartir culpas", dijo.

El presidente intent¨® levantar el ¨¢nimo de los servicios de espionaje, muy castigados por una serie de fallos en las ¨²ltimas semanas, y asegur¨® que Al Qaeda ha sufrido numerosos golpes importantes en los ¨²ltimos meses y "se encuentra muy debilitada", lo que impide que "siga teniendo capacidad de reclutar en lugares muy distintos". Eso exige, explic¨®, diversificar los medios para obtener informaci¨®n.

Obama, que ha estado estos d¨ªas bajo fuerte presi¨®n interna por la supuesta debilidad de su reacci¨®n tras el episodio del vuelo de Northwest, dijo que no va a desfallecer en la persecuci¨®n de los terroristas, pero que tampoco va a seguirles el juego. "Mientras yo sea presidente no sacrificar¨¦ los ideales de libertad ni renunciar¨¦ a los privilegios de una sociedad abierta", afirm¨®.

Al mismo tiempo, los ciudadanos tendr¨¢n que asumir el coste personal de mayores y m¨¢s estrictos controles en los aeropuertos, y los altos funcionarios tendr¨¢n que responder por los errores que se comentan a partir de ahora. De momento no se han anunciado destituciones, pero no se descarta que puedan producirse en los d¨ªas venideros.

En posici¨®n muy delicada se encuentra, por ejemplo, Michael Leiter, el director del Centro Nacional Contraterrorista —un departamento para la supuesta coordinaci¨®n de informaci¨®n creado tras el ataque del 11-S—, despu¨¦s de que el diario Daily News de Nueva York informara ayer de que decidi¨® continuar sus vacaciones en la nieve hasta varios d¨ªas despu¨¦s del suceso de Detroit. Nadie ha desmentido hasta el momento esa informaci¨®n.

La alocuci¨®n del presidente en la Casa Blanca ten¨ªa por objeto resumir el contenido de un informe que contiene los resultados de las investigaciones realizadas hasta ahora sobre el episodio del vuelo de Northwest y que confirma los problemas habidos, tanto en la identificaci¨®n de las personas vetadas para entrar en el pa¨ªs, como en la comunicaci¨®n entre los diferentes servicios responsables.

Entre otras cosas, se precisa que las autoridades estadounidenses alertaron sobre la peligrosidad del nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab cuando ¨¦ste ya hab¨ªa abordado en Lagos el avi¨®n que lo llevar¨ªa a Detroit con una escala en ?msterdam.

Algunas medidas para hacer frente a esos problemas est¨¢n ya en marcha, como la ampliaci¨®n y actualizaci¨®n de las listas de exclusi¨®n o la asignaci¨®n de m¨¢s agentes de seguridad a bordo de los aviones con inicio o destino en territorio de EE UU. Otras pueden anunciarse pr¨®ximamente.

Entre las acciones a tomar se cuenta ya la de un seguimiento m¨¢s eficaz sobre las actividades de los sospechosos de terrorismo en aquellos pa¨ªses en los que se alojan. Para eso puede ser ¨²til la reconstrucci¨®n de los pasos de Abdulmutallab, a¨²n objeto de varias dudas.

El Gobierno de Yemen inform¨® ayer que el joven nigeriano estuvo en ese pa¨ªs hasta el d¨ªa 4 de diciembre y viaj¨® a la remota provincia de Shabwa para reunirse con dirigentes de Al Qaeda, entre ellos Anwar al-Awlaki, el cl¨¦rigo radical que predica en Internet y el mismo con quien, al parecer, hab¨ªa estado en contacto el oficial de EE UU que cometi¨® la matanza de Fort Hood (Texas).

Las autoridades yemen¨ªes aseguran que Abdulmutallab no sali¨® de Yemen con los explosivos que intent¨® utilizar, sino que los obtuvo en su parada en Lagos. Abdulmutallab lleg¨® a Lagos el 24 de diciembre procedente de Accra (Ghana) y pas¨® un breve periodo de tiempo en el aeropuerto de la ciudad nigeriana —40 minutos, seg¨²n los responsables en Nigeria y m¨¢s de dos horas, seg¨²n el Gobierno de Ghana—, pero quiz¨¢ suficiente como para entrar en contacto con quien le pasar¨ªa el material para la bomba. Nigeria ha asegurado que el presunto terrorista fue adecuadamente inspeccionado en Lagos.