Aqu¨ª un precario, para juzgarle
Buena parte de las resoluciones judiciales son obra de interinos con empleos inestables y sin derecho a formarse ni a especializarse
"Dentro de tres d¨ªas me ir¨¦ al paro y ya estoy viendo la cara de perplejidad que me pondr¨¢n en el Inem cuando me pregunten mi oficio. '?O sea, que usted es juez y est¨¢ en paro. ?Se est¨¢ quedando conmigo?', me dir¨¢n eso o algo muy parecido. Como en ocasiones anteriores, tendr¨¦ que convencerles para que llamen a su oficina central y le confirmen que digo la verdad. La gente no se cree que pueda haber jueces en paro", dice la magistrada del Tribunal Superior de Madrid Esther Morales.
"Vistos los preceptos legales citados, debo declarar y declaro que la relaci¨®n laboral que une a la demandante con el organismo demandado es de car¨¢cter indefinido, por lo que condeno a la parte demandada a estar y pasar por esta declaraci¨®n". Todos los d¨ªas, los juzgados y tribunales emiten veredictos similares dirigidos a acotar el fraude de ley que conlleva el abuso de los contratos temporales. Y lo parad¨®jico del caso es que buena parte de esas resoluciones son dictadas por jueces que dicen trabajar en condiciones laborales similares a las que sancionan con sus veredictos. ?La precariedad se ha instalado tambi¨¦n en el coraz¨®n del Estado, en el territorio sagrado de la judicatura?
Una cuarta parte de quienes dictan sentencias trabajan en la temporalidad
No opositaron a la carrera, pero ejercen de sustitutos por sus m¨¦ritos
Dice un juez: "Somos la meretriz de la justicia; cobramos s¨®lo por el servicio"
"No podemos ejercer otra actividad salvo la docencia", se queja una interina
En Madrid, los sustitutos dictan el 20% de las sentencias
"He vuelto al bufete. Los ingresos no me daban para vivir", cuenta un abogado
Buena parte de la justicia que se administra en nuestro pa¨ªs es obra de licenciados en Derecho que no hicieron las oposiciones de acceso a la carrera judicial, pero que, bas¨¢ndose en sus m¨¦ritos acad¨¦micos y su experiencia son nombrados anualmente para ejercer de jueces sustitutos o de magistrados suplentes. Son ya m¨¢s de 1.400 que se suman a una plantilla de 4.439 jueces y magistrados titulares. Pese a que los suplentes intervienen en todas las jurisdicciones -lo mismo juzgan un caso de lo penal que presiden una sala de lo civil o completan un tribunal de lo social o de lo contencioso administrativo-, la Administraci¨®n les niega los cursos de formaci¨®n y eso que, a veces, ellos son los que dan continuidad a juzgados sobrecargados de trabajo y poco solicitados.
"Somos las meretrices de la justicia: siempre a disposici¨®n de los tribunales para lo que gusten y sin m¨¢s derechos que el cobro por los servicios prestados", resume, con mordacidad, un magistrado gallego que asegura no haber cogido vacaciones en sus 20 a?os de actividad. "Una vez nombrados, los interinos debemos estar permanentemente dispuestos a ocupar cualquier plaza vacante, pero s¨®lo cobramos y tenemos Seguridad Social durante el tiempo formal que dura la sustituci¨®n y, con frecuencia, ni eso. No podemos ejercer ninguna otra actividad, excepto la docencia, y tampoco alejarnos de la provincia por si te convocan con 24 horas o menos de antelaci¨®n. A la segunda falta, te retiran de la lista", asegura. "Puede decirse que dos de mis hijos nacieron en el juzgado", afirma, a su vez, una juez madrile?a. "Recuerdo muy bien las miradas temerosas de que rompiera aguas all¨ª mismo, pero no pod¨ªa permitirme coger la baja de maternidad. Fui a parir con el busca y a los 15 d¨ªas ya estaba trabajando, a pesar de la ces¨¢rea".
Se dir¨ªa que el proverbio espa?ol "en casa del herrero, cuchillo de palo" ha encontrado un asiento permanente en el ¨¢mbito judicial, como si la condici¨®n de patr¨®n exonerara a la Administraci¨®n del estricto cumplimiento del derecho y le permitiera aplicar una casu¨ªstica excepcional que no rige para ning¨²n otro colectivo de eventuales. "No son situaciones equiparables", puntualiza un responsable judicial. "Los que accedemos a la carrera judicial estamos fuera del Estatuto de los Trabajadores y del R¨¦gimen General de la Seguridad Social porque tenemos nuestro propio estatuto". La pregunta es si resulta razonable que m¨¢s de una cuarta parte de quienes dictan sentencias trabajen en la temporalidad permanente, sin derecho a la formaci¨®n, ni acceso al sistema sanitario p¨²blico, excepci¨®n hecha del periodo de sustituci¨®n efectiva.
Por sorprendente que resulte, la mayor¨ªa de la docena de entrevistados para este reportaje pide que no se divulgue su identidad. "Me la juego si digo estas cosas en p¨²blico. El concurso de m¨¦ritos que pasamos todos los a?os es ahora bastante objetivo porque ya no hay tanto amiguismo y se valoran el expediente acad¨¦mico, los cursos y la experiencia, pero la asignaci¨®n de las vacantes a cubrir sigue siendo arbitraria. Si te enemistas con el presidente de la audiencia, o con tal o cual juez titular, te quedas en la calle", indica uno de estos jueces.
La figura del interino, que la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial contempla como recurso de mera posibilidad, ha adquirido, con el tiempo, carta de naturaleza, hasta el punto de que, como ha escrito el magistrado de la Audiencia Nacional Eduardo Calvo, "no opera ya como mecanismo para la cobertura transitoria de las vacantes, sino como at¨ªpico reforzamiento de la plantilla ordinaria". Seg¨²n Alfredo Mu?oz, presidente de la Asociaci¨®n Concepci¨®n Arenal que agrupa a los interinos de Madrid, los jueces y magistrados suplentes dictan "entre el 20% y el 25% de las sentencias", porcentaje que la portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Gabriela Bravo rebaja al 15%. S¨®lo la mitad de los 1.400 interinos nombrados ejercen con cierta asiduidad.
?Y qu¨¦ ocurre con la calidad de las resoluciones? "El ¨ªndice de revocaci¨®n de sentencias dictadas por jueces titulares y jueces suplentes es similar. No hay ning¨²n otro indicador m¨¢s objetivo de calidad", zanja Alfredo Mu?oz. "Metemos muchas m¨¢s horas de las que nos pagan y nos dejamos la piel en el trabajo porque a nosotros se nos mira con lupa y no se nos permite el error", subraya Carmen Martelo, magistrada de la Audiencia Provincial de A Coru?a. "Si ustedes son m¨¢s productivos con un nivel de calidad similar, ?no habr¨ªa que generalizar la condici¨®n de interino para mejor combatir el marasmo judicial?", ironiza. Los afectados no aprecian mucho las bromas sobre este asunto, ni est¨¢n por seguir el juego de la provocaci¨®n, sobre todo, ahora, que ha surgido la figura del juez volante titular. "Van a quitarnos las sustituciones largas, en lugar de darnos acceso a la titularidad y un estatuto jur¨ªdico que nos permita estar de alta en la Seguridad Social durante el tiempo de nuestro nombramiento. Sobre este ¨²ltimo punto, observamos una actitud receptiva, pero el Ministerio de Justicia no sabe muy bien qu¨¦ hacer con nosotros", constata Alfredo Mu?oz.
Pese a las descalificaciones vertidas por el antiguo vocal del CGPJ Jos¨¦ Luis Requero -"Los interinos son un c¨¢ncer del sistema (...). No es normal que un almirante sea sustituido por un patr¨®n de yate", dijo-, muchos titulares reconocen abiertamente los m¨¦ritos de sus compa?eros sustitutos. "Tienen nuestro apoyo y vamos a buscar una soluci¨®n", afirma tambi¨¦n el presidente de la Comisi¨®n de Justicia del Congreso, ?lvaro Cuesta.
Si el tiempo cotizado a la Seguridad Social es un buen indicador, habr¨¢ que concluir que los interinos padecen un alto grado de precariedad. "Despu¨¦s de cuatro a?os, mis d¨ªas cotizados ascienden a 180"; "en 16 a?os, me han cotizado cinco"; "yo he tenido mucha suerte porque tengo cotizados 15 de los 20 a?os trabajados". Aunque existen sustituciones que se prolongan durante meses y hasta a?os, lo habitual son los periodos cortos. "La t¨®nica general es que te certifiquen tres d¨ªas por un trabajo que dura una semana, porque despu¨¦s de los juicios tienes que escribir las ponencias. ?No es escandaloso e indignante que practiquemos la econom¨ªa sumergida y cobremos menos por hacer m¨¢s?", se?ala Carmen Martelo.
"Puedes estar un mes trabajando como un loco y tener declarados ocho d¨ªas", confirma Jes¨²s Primitivo Rodr¨ªguez. Abogado y profesor universitario, dej¨® la judicatura a ra¨ªz de su divorcio. "He vuelto al bufete y a la universidad porque mis ingresos no me alcanzaban ya para vivir". La mayor¨ªa de los interinos son mujeres que, por razones diversas, renunciaron a las oposiciones a juez, tarea que, por t¨¦rmino medio, implica cuatro a?os de estudio intenso. Muchos concilian con dificultad la vida laboral y familiar.
En el caso del Pa¨ªs Vasco, la condici¨®n de interino plantea dudas espec¨ªficas en el terreno de la seguridad. "Me ponen escolta cuando cubro una vacante y me la quitan cuando dejo de ejercer. Es un problema, porque a estas alturas, el vecindario ya sabe que hay algo raro conmigo, puesto que, a veces, vienen unos se?ores a buscarme", comenta una magistrada vasca. En Euskadi, tambi¨¦n los interinos cobran la parte correspondiente del complemento de 250 euros establecido para esa comunidad. Cubrir una guardia de 24 horas se paga a 75 euros.
Las quejas por los errores burocr¨¢ticos est¨¢n a la orden del d¨ªa. "Estuvieron sin pagarme la Seguridad Social durante seis a?os". "No he podido cobrar el trabajo de un mes en el que dict¨¦ 23 sentencias porque como faltaba el informe previo de suficiencia presupuestaria, se declar¨® nulo el llamamiento a efectos econ¨®micos aunque no jur¨ªdicos". "Jueces y fiscales sustitutos hemos presentado una demanda para que nos reconozcan la antig¨¹edad". "Ten¨ªa que levantar un cad¨¢ver y me llevaron a toda velocidad por la Castellana de Madrid y hasta por direcci¨®n prohibida. Me puse a pensar: ?qu¨¦ hago aqu¨ª si no estoy de alta en la Seguridad Social?". "El otro d¨ªa una compa?era sufri¨® un desvanecimiento y como no estaba dada de alta, en el hospital pensaron que era indigente". "Me trataron un c¨¢ncer en la sanidad p¨²blica, gracias a que mi decano hizo lo imposible para que no me faltara destino".
La sensaci¨®n de injusticia y agravio comparativo sobrevuela permanentemente en las conversaciones: "Nos consideran jueces de segunda. No se nos reconoce, no se nos quiere. Les sacamos las casta?as del fuego, pero nos ven como un error del sistema", dice un profesional. ?Son un error del sistema?, se le pregunta a la portavoz del Consejo General del Poder Judicial. "No, son profesionales que realizan la encomiable tarea de suplir las disfunciones del sistema. Algunos son extraordinarios y otros, menos. Se ha creado la figura del juez titular de adscripci¨®n territorial (juez volante) para cubrir vacantes, pero los interinos con m¨¢s de 10 a?os de ejercicio pueden adquirir la titularidad por la v¨ªa del 4? turno", apunta Gabriela Bravo.
"El problema es que en esos concursos de m¨¦ritos se valora el ejercicio de la abogac¨ªa, la docencia y de otras profesiones jur¨ªdicas m¨¢s que la del ejercicio directo de la judicatura, y me pregunto qu¨¦ otra experiencia o formaci¨®n puede resultar m¨¢s id¨®nea para ser juez que haber sido juez", apostilla Alfredo Mu?oz. A la b¨²squeda de una soluci¨®n, el ministerio proclama su sensibilidad ante el problema y estudia fomentar el acceso a la titularidad por la v¨ªa del 4? turno, aumentando el n¨²mero de plazas. Todo har¨¢ falta para sacar a la justicia espa?ola del marasmo en el que se encuentra.
![Al trabajo de los 4.439 jueces y magistrados titulares, se suma el de m¨¢s de 1.400 sustitutos o suplentes.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YK542CGMN7FNMTY3YLLV7LZRMQ.jpg?auth=f7c897f38a478cbda316b34e5d3c20d3b1d4e0233ab290852e5e3d499f6cc891&width=414)
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