"Europa no es una uni¨®n altruista"
Jorge Sempr¨²n (Madrid, 1923) tiene en la ra¨ªz de su biograf¨ªa, que es la de su literatura, la idea de Europa como una herida y como una esperanza. Hablamos con ¨¦l en diciembre, en su casa de Par¨ªs. El asunto, Europa. Espa?a preside la Uni¨®n Europea este semestre. Un espa?ol, amigo de Sempr¨²n, Felipe Gonz¨¢lez, que le tuvo en uno de sus ¨²ltimos Gobiernos como ministro de Cultura, acababa de decir que Europa es una buena idea, pero, todav¨ªa, una mala pr¨¢ctica. No lo dec¨ªa desde cualquier sitio: ahora Gonz¨¢lez (que esta semana fue invitado por el presidente Zapatero a un "comit¨¦ de sabios europeos") preside el Grupo de Reflexi¨®n sobre el Futuro de Europa, as¨ª que lo que dice sobre la UE tiene gran relevancia. Fuimos a hablar con Sempr¨²n, el autor de La escritura o la vida, justamente para preguntarle por el porvenir del suelo (?y del alma?) que pisamos. Es la primera de una serie de conversaciones con europeos relevantes acerca del futuro europeo.
?Es la guerra de Afganist¨¢n una guerra justa en el sentido que dice Obama?
Felipe Gonz¨¢lez es uno de los pocos europeos de verdad que quedan en activo
Para mantener el nivel de actividad, la UE necesitar¨¢, hacia 2030-50, millones de inmigrantes
Pregunta. Sabemos qu¨¦ hay que hacer, dice Felipe Gonz¨¢lez, "lo que falta es voluntad para ponerlo en pr¨¢ctica".
Respuesta. Felipe tiene raz¨®n, sobre todo cuando dice que a Europa le hace falta voluntad pol¨ªtica. Esa pregunta, ?para qu¨¦ sirve Europa?, se puede contestar de una forma te¨®rica y de una forma pragm¨¢tica. Voy a empezar por la pragm¨¢tica.
P. Adelante.
R. Preguntemos a estudiantes con experiencias Erasmus; con los mismos diez euros que gastan al d¨ªa pueden viajar por toda Europa. Ya no necesitan un visado para viajar. Para ellos Europa es una cosa pr¨¢ctica, es un espacio de libertad y de movimientos. Ahora a esos j¨®venes les piden que voten por Europa, y a lo mejor votan en contra porque se hacen una idea falsa o tergiversada. Pero ellos practican Europa. Lo mismo podemos decir de gente de negocios que tiene ahora muchos menos obst¨¢culos para moverse... La Europa como espacio p¨²blico, como dice Felipe Gonz¨¢lez, de compartir ideas, proyectos, bienes culturales y espirituales, existe. Para eso sirve Europa.
P. ?Y la respuesta te¨®rica?
R. Europa sirve sobre todo para la paz. No debemos mantener Europa s¨®lo en la reconciliaci¨®n franco-alemana y, como dec¨ªa Juan Goytisolo, en "la parejita reproductora franco-alemana". No, Europa es mucho m¨¢s amplia. Incluso ese binomio de pa¨ªses puede ser contraproducente en cierto momento porque tampoco queremos que Europa sea un condominio franco-alem¨¢n. Ser¨ªa err¨®neo y peligroso. Pero Europa es sobre todo la paz, la libertad de expresi¨®n. Lo que hace Europa es su diversidad y es lo que hay que mantener, porque nadie pretende -y el que lo pretenda es un imb¨¦cil- que tenga un idioma, una literatura ni una ideolog¨ªa com¨²n.
P. ?Ni un alma com¨²n?
R. El alma de Europa es la democracia, es el n¨²cleo de valores esenciales, todos en torno a lo que llamo, en mi jerga personal-filos¨®fica, la raz¨®n democr¨¢tica. En esa alma entran elementos de la raz¨®n cr¨ªtica griega, elementos judeo-cristianos, ¨¢rabes... Pero el alma es el n¨²cleo de todos esos valores tan diferentes y cuya diversidad hay que mantener. Por ejemplo, es err¨®neo, e incluso contraproducente, mantener Europa s¨®lo como un precipitado de valores cristianos. No. Es evidente que cristiandad y Europa se han superpuesto como conceptos en toda una ¨¦poca de la historia, pero ha pasado mucho tiempo desde entonces. El foco es la democracia. Hay una definici¨®n de la Comisi¨®n Europea que dice: "La ¨²nica frontera de Europa es la democracia". Ajustad¨ªsima.
P. Los minaretes, la presencia de Turqu¨ªa, los musulmanes que vienen, las relaciones con otros continentes, ?constituyen una amenaza o Europa es fuerte para integrar todo eso?
R. No es una amenaza, pero a cambio de decir que no es una amenaza, Europa tiene que convivir y acostumbrarse a ser plural desde el punto de vista de las religiones, y ahora la musulmana es una religi¨®n importante en Europa. No s¨®lo en Francia o en Suiza, donde se ha producido esta reacci¨®n populista [en torno a los minaretes]. Los musulmanes tambi¨¦n pueden tener miedo a las iglesias nuevas y a sus campanarios, sembrados a lo largo de toda Europa y que son s¨ªmbolos de una historia com¨²n.
P. No es un peligro.
R. El problema fundamental es comprender que no es un peligro, pero que es un problema nuevo. Conozco m¨¢s el ejemplo de la emigraci¨®n en Francia. Pero estoy seguro de que en algunos casos en Espa?a puede servir la misma argumentaci¨®n, porque hay problemas similares. En Francia, el hecho fundamental que diferencia los problemas actuales de la emigraci¨®n de los problemas anteriores es que ahora la emigraci¨®n es otra. La emigraci¨®n de antes eran espa?oles, portugueses, italianos, polacos... Todos con la misma cultura religiosa, de origen cat¨®lico-cristiano. La integraci¨®n se produc¨ªa a trav¨¦s de unos mecanismos sencill¨ªsimos: la escuela, el servicio militar y el trabajo. Hoy la escuela no puede cumplir ese cometido por razones puramente mec¨¢nicas.
P. Eso genera tensiones que no hab¨ªa.
R. Siempre recordar¨¦ la impresi¨®n que me caus¨® una entrevista que le hizo Bernard Pivot al Nobel de F¨ªsica Georges Charpak. Charpak explicaba que ¨¦l hab¨ªa llegado de Polonia, con su familia, a los once a?os. Y el maestro le recibi¨® en clase diciendo que era un ni?o polaco que no sab¨ªa franc¨¦s, "as¨ª que le pongo al lado del primero de la clase, para que entre todos le ense?emos a hablar franc¨¦s". Acab¨® siendo Nobel. Hoy eso es imposible, porque ahora son muchos de origen diferente. No digo que sea peor, no entro en juicios de calidad. Pero entre una emigraci¨®n de origen musulm¨¢n y la emigraci¨®n tradicionalmente occidental, europea, de formaci¨®n cristiano-cat¨®lica, hay una diferencia de cultura.
P. Y ah¨ª se producen los estallidos.
R. Muchas veces se preguntan por qu¨¦ ocurren esos estallidos en los extrarradios. En parte, s¨®lo en parte, por el tr¨¢fico de drogas, el paro, por razones objetivas y sociales... Pero en parte tambi¨¦n viene porque todas esas masas de emigrantes antiguos (espa?oles, italianos, polacos, portugueses...) estaban encuadrados por la referencia a la Iglesia cat¨®lica y al partido comunista... El partido comunista les daba una organizaci¨®n vital y una esperanza que ayudaba a limar conflictos. Hoy la Iglesia cat¨®lica no juega ning¨²n papel frente a las masas de emigraci¨®n musulmana. Y el partido comunista, ?qu¨¦ papel moderador o estructurador puede jugar? Ninguno. Esas masas de emigrantes est¨¢n entregadas al choque frontal con una sociedad que objetivamente les repele, les molesta.
P. As¨ª que no hay lo que se podr¨ªa llamar "un peligro musulm¨¢n".
R. No, no lo hay. Hay un cambio estructural profundo en el tipo de emigraci¨®n, de la inmigraci¨®n que hay que tener en cuenta. Por eso, pretender resolverlo a golpe de decretos, aunque sean con refrendos populares para prohibir los minaretes, me parece absurdo.
P. Evoc¨® usted la posibilidad de llevar a cabo un proyecto europeo, con Juan Cueto, a partir de una frase que dijo un inmigrante albano rechazado en las costas de Italia: "No importa, al menos ya he visto las luces de Brindisi". Europa ha actuado as¨ª, rechazando. Eso la empobrece.
R. Es muy dif¨ªcil establecer una jerarqu¨ªa definitiva de la importancia de los problemas que subyacen en Europa, pero este problema lo plantea de forma muy interesante Felipe Gonz¨¢lez en su di¨¢logo publicado en EL PA?S [Domingo, 22 de noviembre de 2009]. Por un lado, sabemos que Europa necesitar¨¢ hacia 2030 o 2050, para mantener el mismo nivel de actividad, varias decenas de millones de nuevos europeos, de inmigrantes. Y, por otro lado, Europa no ha decidido hasta ahora una pol¨ªtica com¨²n, quiz¨¢ no s¨®lo de la Uni¨®n Europea, sino tambi¨¦n de pa¨ªses de m¨¢s all¨¢ de la UE que tienen vocaci¨®n de ser pa¨ªses miembros en los pr¨®ximos a?os. Una pol¨ªtica com¨²n no significa una pol¨ªtica de represi¨®n. Si Europa quiere seguir al nivel productivo, necesita decenas de millones de nuevos europeos. ?De d¨®nde van a salir? De Europa no, o de Europa s¨®lo no, sino de la inmigraci¨®n. Eso hay que preverlo y acordarlo con los pa¨ªses; hay que discriminar positivamente a unos y a otros, hay que acordar con los ¨®rganos nacionales o regionales de los pa¨ªses de flujo migratorio cu¨¢les son las condiciones para aceptarlos. Es una condici¨®n que no puede quedar al arbitrio de cada pa¨ªs por su cuenta, que actualmente adaptar¨¢ una pol¨ªtica de cerraz¨®n, de discriminaci¨®n, porque es la m¨¢s f¨¢cil. La m¨¢s injusta, pero la m¨¢s f¨¢cil tambi¨¦n: "No, aqu¨ª no entra". Y no entra. Como aquel alban¨¦s que se conforma con ver las luces de Brindisi.
P. En aquel di¨¢logo que usted menciona, ?le inquiet¨® escuchar que Gonz¨¢lez dijera que "hablar de valores es una simpleza. Lo que Europa tiene son intereses"?
R. Creo que en esa frase hay una voluntad provocativa, en el buen sentido de la palabra, intelectualmente provocativa. Que nuestros intereses produzcan valores a?adidos, puede ser. Pero nuestro inter¨¦s es resolver este problema de la inmigraci¨®n, por ejemplo. Nuestro inter¨¦s es tener una pol¨ªtica energ¨¦tica com¨²n que permita evitar crisis con la Rusia post-sovi¨¦tica por el gas... Los intereses de Europa producen valores, pero vamos a reconocerlos como intereses. Europa no es una uni¨®n altruista, humanitaria, caritativa; tiene unos intereses que defender: los intereses de la paz entre los pueblos han sido los intereses originarios de Europa.
P. Pero hay valores. Lo dice Gonz¨¢lez, lo dice usted.
R. Creo que en el discurso de Obama al recibir el Nobel de la Paz hay una argumentaci¨®n muy s¨®lida si se lee tranquilamente su conjunto, con los interrogantes que uno quiera. Creo que hace muy bien en recordar el concepto de la "guerra justa". Hay que recordar que, frente a empresas de expansi¨®n totalitaria, Europa perdi¨® mucho tiempo y muchas vidas por intentar aplacar a las potencias fascistas con una pol¨ªtica de apaciguamiento. Dentro de ese esquema de "guerra justa", ?es convincente que la guerra de Afganist¨¢n sea justa en ese sentido que proclama Obama? Ah¨ª hay una discusi¨®n posible, y es una discusi¨®n sobre valores. La guerra justa, s¨ª, pero ?es la guerra de Afganist¨¢n una guerra justa en el sentido que dice Obama? Ah¨ª est¨¢ el tema abierto para m¨ª.
P. Ahora que nombra Estados Unidos. ?Tiene que resignarse Europa a que EE UU le marque siempre el rumbo, como si fuera sus propias "luces de Brindisi"?
R. Eso es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica. Es evidente que Europa necesita mantener de forma permanente cierto tipo de alianza democr¨¢tica con Estados Unidos. Ahora, el problema consiste en que Europa necesita una autonom¨ªa de pol¨ªtica exterior y de seguridad. Felipe Gonz¨¢lez se plantea la pregunta. La persona que ha sido nombrada para el cargo que ten¨ªa Javier Solana, ?va a limitarse a coordinar pol¨ªticas nacionales o va a intentar poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica europea de verdad? ?se es el dilema. Gonz¨¢lez no es muy optimista, y parece pensar que va a ser sobre todo una coordinaci¨®n. Si es s¨®lo una coordinaci¨®n, no basta, desde luego. Esa pol¨ªtica aut¨®noma propia puede perfectamente coincidir o ser aliada de una pol¨ªtica americana, sobre todo despu¨¦s de la desaparici¨®n de Bush, pero tiene que ser aut¨®noma, no tiene que ser seguidista.
P. ?Y lo aceptar¨¢ Estados Unidos?
R. No la posici¨®n del multilateralismo total, eso es un poco ut¨®pico, pero s¨ª la de compartir con Europa. Un funcionario norteamericano dec¨ªa, de broma: "Cuando quiera hablar con Europa, ?a qui¨¦n llamo por tel¨¦fono?". Tiene que haber alguien a quien llamar. Tal vez sea Herman van Rompuy el hombre id¨®neo. Tiene la experiencia de un pa¨ªs destrozado -o casi- por los nacionalismos integristas. Por tanto, una experiencia nacional que le permite tener una visi¨®n m¨¢s abierta y m¨¢s federal, y no el jacobinismo de otros pa¨ªses europeos; entre otros, Francia. Vamos a ver si nos da una sorpresa.
P. ?Habr¨ªa sido bueno que el personaje a llamar hubiera sido Felipe Gonz¨¢lez?
R. Habr¨ªa sido excelente. Y Felipe Gonz¨¢lez lo sabe, pero no quiere; es uno de los pocos europeos de verdad que quedan en activo, de la gran generaci¨®n europea en la que hab¨ªa gente tanto de izquierda como de derecha, Kohl-Mitterrand-Gonz¨¢lez, que no eran del mismo origen pol¨ªtico. Esa gran generaci¨®n ha desaparecido.
P. ?C¨®mo ser¨ªa ese gran europeo de hoy?
R. El gran l¨ªder europeo de hoy (y mejor que fueran varios) deber¨ªa ser capaz de hacer algo que he visto hacer a Felipe Gonz¨¢lez. Yo era ministro de Cultura, hab¨ªa habido un Consejo Europeo, Gonz¨¢lez volv¨ªa de ese Consejo y en un encuentro particular le pregunt¨¦ c¨®mo hab¨ªa ido. Me dijo esta frase extraordinaria: "Para nosotros, regular; pero para Europa, muy bien". Un presidente de Gobierno espa?ol capaz de distinguir el inter¨¦s europeo supranacional por encima del inter¨¦s nacional, en el sentido concreto de la palabra, es el tipo de dirigente que nos hace falta.
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