El problema de la independencia
El conflicto entre el banco central y el gobierno de Argentina pone de relieve algunos de los problemas cl¨¢sicos ligados a la autonom¨ªa de los bancos centrales, complicado en este caso con algunas caracter¨ªsticas peculiares del marco institucional argentino. Los poderes legislativo, ejecutivo y judicial se encuentran en una encrucijada muy compleja, con el trasfondo de un cuarto poder, la autoridad monetaria, cuya independencia est¨¢ en entredicho.
Ahora bien, ?en qu¨¦ consiste la autonom¨ªa del banco central y cu¨¢les son sus l¨ªmites? ?C¨®mo y ante qui¨¦n debe rendir cuentas? El Banco Central Europeo, posiblemente el m¨¢s independiente del mundo, contempla cuatro facetas en su independencia: funcional (objetivos claros y jerarquizados), institucional (ni la instituci¨®n ni sus miembros pueden recibir instrucciones), personal (los gobernadores s¨®lo pueden ser destituidos si "han dejado de cumplir las condiciones requeridas para el desempe?o de sus funciones o han cometido falta grave") y financiera (debe disponer de suficientes recursos financieros para llevar a cabo su mandato).
El Banco Central de la Rep¨²blica Argentina no est¨¢ entre los m¨¢s independientes del mundo, pero tiene una autonom¨ªa suficiente. De hecho, en algunas clasificaciones recientes se sit¨²a s¨®lo ligeramente por debajo de los bancos centrales del ¨¢rea del euro. De acuerdo con su carta org¨¢nica, "es una entidad aut¨¢rquica del Estado nacional, cuya misi¨®n primaria y fundamental es preservar el valor de la moneda. En la formulaci¨®n y ejecuci¨®n de la pol¨ªtica monetaria y financiera no est¨¢ sujeto a ¨®rdenes, indicaciones o instrucciones del Poder Ejecutivo Nacional".
El conflicto desatado esta semana tiene que ver con una autonom¨ªa de facto muy inferior a su autonom¨ªa legal, as¨ª como con un deterioro del marco institucional argentino en los ¨²ltimos a?os. Desde el impago de la deuda externa declarado en 2001, que todav¨ªa colea en los tribunales internacionales, los sucesivos gobiernos argentinos se ha embarcado en una hu¨ªda hacia delante, con medidas populistas, arbitrarias y distorsionadoras, como los impuestos a las exportaciones de materias primas y la nacionalizaci¨®n de los fondos de pensiones privados.
El problema de fondo concierne a las reglas de manejo de las reservas del banco central, sus mecanismos de rendici¨®n de cuentas y qui¨¦n tiene capacidad, en su caso, de cuestionar la conducta de su gobernador. El argumento de la Presidenta Cristina Fern¨¢ndez es que el uso de la reservas es la manera m¨¢s eficiente y barata de reducir la deuda p¨²blica. Tambi¨¦n el pr¨¦stamo directo del banco central es la manera m¨¢s barata (a corto plazo) de financiar el d¨¦ficit p¨²blico, pero la prohibici¨®n de esta llamada "financiaci¨®n monetaria" es un complemento imprescindible de la autonom¨ªa del banco central. En otras palabras, la autonom¨ªa del banco central es inoperante en ausencia de autonom¨ªa financiera.
El nombramiento de Mart¨ªn Redrado como presidente del banco central fue recibido en su momento con cierto escepticismo, por su estrecha vinculaci¨®n al peronismo, y ha sido criticado, por ejemplo, por mantener el tipo de cambio artificialmente bajo (lo que ha ayudado, por cierto, a recuperar el nivel de reservas) y establecer sus objetivos de inflaci¨®n respecto a un ¨ªndice de precios que tiene muy escasa credibilidad, nuevamente por intrusi¨®n gubernamental (aunque el c¨¢lculo le corresponde al instituto de estad¨ªstica). Su firmeza en este caso es admirable, aunque es incierto c¨®mo se resolver¨¢ la grave crisis institucional que se ha creado.
Santiago Fern¨¢ndez de Lis es socio de Analistas Financieros Internacionales
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