El tabaco, a la reserva
En todos los bares y restaurantes de la naci¨®n hay estos d¨ªas un gran tema sobre las mesas y a pie de barra: el tabaco. Dentro de nada se prohibir¨¢ fumar en esos locales. Los empresarios andan con la mosca detr¨¢s de la oreja presintiendo una cat¨¢strofe en la caja. Los parroquianos, de momento, se lo toman con aparente filosof¨ªa. Ya veremos lo que pasa el d¨ªa que se haga efectiva la prohibici¨®n, porque hay gente muy cazurra que sugiere t¨ªmidamente otro mot¨ªn de Esquilache por las calles de Madrid.
Los datos que justifican la ley son estremecedores: cerca de 50.000 muertes al a?o por enfermedades causadas por el tabaco, 1.400 de las cuales son fumadores pasivos. Todo ello significa, adem¨¢s de otras cosas, un gasto de 7.700 millones de euros para la sanidad p¨²blica. El tabaco mata, no cabe la menor duda. Junto con la belladona, es el garbanzo negro y canalla de las solan¨¢ceas, una familia ejemplar formada por plantas tan bondadosas como la patata, el tomate, la berenjena o la petunia. Fue introducido en Espa?a por la tripulaci¨®n de Crist¨®bal Col¨®n. Su cultivo y consumo lo hab¨ªan aprendido de los ind¨ªgenas caribe?os. En los siguientes siglos se fue extendiendo por todo el mundo. Tuvo momentos de esplendor y glamour, pero ahora lo tienen acorralado en casi todo el universo con sobrados motivos. Porque, la verdad, es uno de los vicios m¨¢s est¨²pidos, que engancha de forma tonta hasta que acaba contigo a corto plazo.
Que no se asuste la hosteler¨ªa. La ley ya rige en Francia, Italia, Noruega, B¨¦lgica, Holanda, Suecia, Portugal, Irlanda y Reino Unido. Los bares y restaurantes de esos pa¨ªses no han notado merma en su clientela. De ahora en adelante la gente fumar¨¢ menos y beber¨¢ m¨¢s (o viceversa).
El tabaco se jubila. Gracias por los servicios prestados. Respecto a las faenas que has perpetrado, solan¨¢cea traidora, ya ajustaremos cuentas en el otro mundo.
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