Los productos financieros por llegar
Cuenta atr¨¢s para la comercializaci¨®n de nuevos fondos estructurados y de las SACIMI
Basta con leer los informes que publican las grandes casas de an¨¢lisis financiero para percatarse de que, en mayor o menor medida, todas consideran la renta variable como la, en principio, mejor opci¨®n de inversi¨®n ante 2010. Lo creen as¨ª porque, en su opini¨®n, la recuperaci¨®n econ¨®mica est¨¢ en marcha; los beneficios empresariales mejoran; porque, a pesar de las subidas burs¨¢tiles registradas desde marzo, a¨²n consideran que hay oportunidades; porque los tipos de inter¨¦s, y con ello la rentabilidad que se puede obtener en inversiones conservadoras tipo dep¨®sitos o deuda p¨²blica, seguir¨¢n en niveles bajos...
Son tambi¨¦n, sin embargo, conscientes de que puede haber sustos; de que el camino hacia nuevos m¨¢ximos no est¨¢ exento de dificultad y de que los inversores, escaldados con experiencias de a?os anteriores, est¨¢n dispuestos a "jug¨¢rsela", pero con moderaci¨®n. Por ello en 2010 es m¨¢s que probable, seg¨²n reconocen los responsables de nuevos productos de las sociedades burs¨¢tiles, que afloren con cierto entusiasmo productos estructurados.
Escasas perspectivas para nuevos fondos de dinero y de renta fija a largo plazo
Dispuestos a salir al mercado hay fondos y dep¨®sitos en su mayor¨ªa con el capital garantizado y dise?ados como una mezcla de rentabilidad fija y asegurada y, otra, pendiente de la evoluci¨®n de acciones o ¨ªndices burs¨¢tiles. Antes de apostar por ellos, el inversor debe recordar que hay riesgos de mercado, de cr¨¦dito, de rentabilidad nula, de liquidez... Todo para evitar sustos ya vividos.
Las entidades tambi¨¦n apostar¨¢n en 2010, en especial en su primera mitad, por fondos con riesgo directo: emergentes; en valores japoneses, en materias primas o algunos muy especiales y s¨®lo dirigidos a grandes capitales con perspectivas a muy largo plazo en arte, en valores medioambientales o incluso en instrumentos musicales. En este terreno hay que tratar de evitar que funcione, como ha sucedido en otras ¨¦pocas, el llamado "efecto retrovisor". Para las sociedades es m¨¢s f¨¢cil vender fondos que en el pasado obtuvieron altas rentabilidades; para el inversor es m¨¢s tentador comprar algo que te¨®ricamente ya va bien. La historia no siempre se repite y como siempre se se?ala: rentabilidad pasada no es garant¨ªa de rentabilidad futura.
M¨¢xima que tambi¨¦n deber¨ªa tenerse en cuenta en los nuevos fondos de renta fija corporativa que van a salir al mercado. Es cierto que se han revalorizado con entusiasmo pero tambi¨¦n que se ha producido un importante estrechamiento en los diferenciales, lo que aconseja prudencia.
Las entidades no dejar¨¢n de lado, pese a sus mejores perspectivas para la renta variable, los productos m¨¢s conservadores. Seguir¨¢n gener¨¢ndose ofertas de dep¨®sitos, b¨¢sicamente a corto plazo, con rendimientos m¨¢s o menos llamativos, en especial a partir del segundo trimestre. Previsiblemente, y con el objetivo de atraer m¨¢s a los inversores, ser¨¢n productos, si se alargan los plazos, con ventanas de liquidez que permitan recuperar la inversi¨®n sin coste en momentos puntuales. En 2010 saldr¨¢n pocos fondos monetarios -la deuda p¨²blica no vive su mejor momento- y tampoco habr¨¢ grandes novedades en fondos de renta fija a largo plazo.
En el mercado, el inversor hallar¨¢ tambi¨¦n un producto nuevo. Las SOCIMI (Sociedades An¨®nimas Cotizadas de Inversi¨®n en el Mercado Inmobiliario) pueden empezar a aparecer cualquier d¨ªa de estos. Son sociedades cuya actividad principal es la inversi¨®n, directa o indirecta, en activos inmobiliarios de naturaleza urbana para su alquiler, incluyendo tanto viviendas, como locales, residencias, hoteles, garajes, oficinas... Su mayor particularidad en relaci¨®n con el inversor es que estas empresas est¨¢n obligadas a distribuir en forma de dividendos entre sus accionistas, al menos, el 90% de los beneficios que no procedan de la transmisi¨®n de inmuebles y acciones o participaciones; un m¨ªnimo del 50% de las ganancias derivadas de la transmisi¨®n de inmuebles y acciones o participaciones y el 100% de los beneficios procedentes de dividendos o participaciones. La ley fija, adem¨¢s, que si quienes cobran estos dividendos son particulares que tributan en IRPF, directamente no tendr¨¢n que pagar nada por ellos al considerarlos renta exenta.
El a?o 2010 se presenta complicado para quien busque una hipoteca por dos razones. Por un lado, pende sobre ellos la "amenaza" de que si no logran suscribir el cr¨¦dito en 2010 puedan perder sus ventajas fiscales (el Gobierno ha aprobado la supresi¨®n de la deducci¨®n hipotecaria para rentas superiores a 24.107,2 euros para los pr¨¦stamos que se firmen a partir de 2011). Por otro, bancos y cajas no parecen dispuestos a rebajar sus niveles de riesgo y exigen no s¨®lo garant¨ªas adicionales sino que imponen diferenciales elevados. La suerte s¨®lo correr¨¢ a favor de quien ya tiene hipoteca y es buen pagador. Las entidades buscan los puntos d¨¦biles de hipotecas vigentes (diferenciales elevados, tipos de inter¨¦s suelo, comisiones por amortizaci¨®n altas...) para, al mejorar sus condiciones, hacerse con una cartera "limpia" y "sin problemas" de morosidad. -
![La Bolsa, como la de Madrid, ser¨¢ el escenario para las mejores inversiones en 2010 seg¨²n los analistas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DHN4Z6JD5PBBBQBNJW6GCVO4ZE.jpg?auth=408490c6afa5c604795eb30a0a2367b2c57b716b2a93e9f6af469f594eae0ff4&width=414)
Nuevos impuestos
La reforma fiscal que afecta a la inversi¨®n y que entr¨® en vigor el pasado 1 de enero se puede resumir en una breve frase: "Subida del tipo de gravamen de las rentas del ahorro del 18% al 19% para los primeros 6.000 euros y el resto, al 21%". Por tanto, los rendimientos del capital (intereses de cuentas corrientes o dep¨®sitos; rendimientos de obligaciones o bonos, rentas vitalicias...); los dividendos, los seguros y las plusval¨ªas (ganancias por compraventa de inmuebles, acciones, fondos de inversi¨®n...) ver¨¢n aumentar su carga tributaria. Efectivamente, la subida de impuestos no hace distinciones entre productos financieros. Sucede, sin embargo, que al aumentar la carga tributaria -entre un 5,55% y hasta un 16,7%, seg¨²n el importe de estas ganancias- s¨ª afloran algunas diferencias entre unos y otros, al menos de forma relativa. Los fondos de inversi¨®n ganan "comparativamente" alg¨²n atractivo al permitir modificar la estrategia de inversi¨®n sin tributar. Mientras no se vendan las participaciones, s¨®lo se traspasen, no hay impuestos. En las acciones, no cabe esta posibilidad. Algo similar sucede si se comparan los rendimientos v¨ªa dep¨®sitos o v¨ªa dividendos; la exenci¨®n que rige para estos ¨²ltimos (sobre los primeros 1.500 euros no hay impuestos) ofrece m¨¢s ventajas relativas.
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