El Gobierno holand¨¦s manipul¨® los informes para respaldar la invasi¨®n
Un informe oficial concluye que el pa¨ªs decidi¨® en 2002 secundar la intervenci¨®n
La democracia holandesa sali¨® ayer malparada de uno de los ex¨¢menes m¨¢s trascendentes de su historia reciente. El Gobierno tom¨® la decisi¨®n en 2002 de apoyar una posible invasi¨®n de Irak y, a partir de entonces, "s¨®lo fueron seleccionados los pasajes de los textos de los servicios secretos que se adecuaban a una l¨ªnea pol¨ªtica acordada", seg¨²n el informe elaborado por una comisi¨®n que ha analizado la postura oficial sobre la guerra de Irak y que considera que la invasi¨®n no fue legal.
Las conclusiones del informe, publicado ayer, son demoledoras. Fall¨® la transparencia gubernamental. El Parlamento no fue bien informado, y se ech¨® de menos el liderazgo pol¨ªtico del primer ministro, Jan Peter Balkenende. Para completar la bater¨ªa de malas notas, el Gobierno de la ¨¦poca, liderado por la democracia cristiana, err¨® en su interpretaci¨®n de las resoluciones de Naciones Unidas. "Ni justificaban la invasi¨®n de 2003, ni facultaban a los distintos pa¨ªses a tomarlas a su antojo", seg¨²n Willibrord Davids, ex presidente del Consejo de Estado y encargado del informe.
"Naciones Unidas no justific¨®" la operaci¨®n militar, seg¨²n el documento
El ex secretario general de la OTAN De Hoop Scheffer tuvo un papel clave
Examinado con m¨¢s detalle, el informe no tiene reparos en afirmar que "la decisi¨®n de apoyar una posible invasi¨®n se tom¨® en los despachos del Ministerio de Asuntos Exteriores ya en 2002". A partir de entonces, s¨®lo se difundieron las informaciones de los servicios secretos que justificaban la intervenci¨®n en Irak. Fueron ignoradas las dudas de los juristas sobre la protecci¨®n de los derechos humanos y las de los propios esp¨ªas sobre la existencia de armas de destrucci¨®n masiva.
Holanda envi¨® en julio de 2003 unos 1.100 soldados a Irak, poco despu¨¦s de la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, para participar en la reconstrucci¨®n. El informe se?ala que "se prim¨® la relaci¨®n con el socio de la OTAN, relegando otras consideraciones y voces europeas". En otras palabras, que Exteriores adoleci¨® de algo que, haciendo un juego de palabras, podr¨ªa llamarse atlanticismo agudo. Por cierto, el jefe de la diplomacia holandesa entonces era Jaap de Hoop Scheffer, democristiano y posterior secretario general de la Alianza. Para evitar suspicacias, Davids subray¨® que el cargo "no fue un premio por los servicios prestados por Holanda".
Para explicar la ausencia de la figura del primer ministro en el asunto de Irak, sobre todo a lo largo de 2002, la comisi¨®n tampoco utiliza eufemismos. Reci¨¦n llegado al poder tras el asesinato de Pim Fortuyn, l¨ªder populista de derecha, el democristiano Jan Peter Balkenende se fio de su amigo De Hoop Scheffer. "Tengo toda la confianza en su buen hacer", dijo Balkenende, al entregarle, completo, el expediente relativo a Irak. "El primer ministro estaba demasiado ocupado con la convulsa pol¨ªtica nacional. Cuando empez¨® a tomar las riendas de Irak, la ruta pol¨ªtica estaba trazada", sigue el informe. La falta de espinazo de Balkenende en un asunto que "lleg¨® a subestimar al principio" explicar¨ªa el otro suspenso recibido por su Gobierno. Se trata de la falta de transparencia, llevada aqu¨ª al extremo. En su af¨¢n por apuntalar la postura oficial, "el Ejecutivo no inform¨® adecuadamente al Parlamento de las peticiones de Estados Unidos. Washington quer¨ªa formar una fuerza militar que forzara a Bagdad a plegarse a las resoluciones de la ONU. Tampoco recibieron datos suficientes los ministros que no estaban directamente involucrados en el asunto de Irak".
A modo de ilustraci¨®n del aplomo, y autonom¨ªa, con que Asuntos Exteriores llev¨® el asunto de Irak, el informe incluye detalles de una reuni¨®n de menos de una hora celebrada en agosto de 2002. En presencia del ministro y sus principales asesores, "se esboz¨® la postura oficial holandesa". En agosto, De Hoop Scheffer remiti¨® una nota al Parlamento. "De su contenido no fue consultado nadie en el Gabinete".
Pero si en 2002 la situaci¨®n era an¨®mala, las cosas no mejoraron con el paso del tiempo. "Desde entonces ha faltado un aut¨¦ntico debate parlamentario sobre la situaci¨®n", se?ala Davids. Para ilustrar el malestar que ello ha creado en Holanda, hace un s¨ªmil casi dom¨¦stico. "El dolor de cabeza que asom¨® en 2003 se ha convertido en migra?a", afirma.
En el informe aparece a¨²n otra conclusi¨®n m¨¢s lacerante: "La guerra de Irak ha sido un fracaso. Quer¨ªan restaurar la paz y la democracia. Siete a?os despu¨¦s, es el pa¨ªs m¨¢s inseguro del mundo. Nada que ver con lo que pretend¨ªan los invasores".
Abrumados por la dureza del informe, los l¨ªderes de los principales partidos pol¨ªticos holandeses se reunieron ayer para hacer examen de conciencia. Todos, desde la socialdemocracia -en el poder con democristianos y calvinistas- a Los Verdes y los liberales, coincidieron en el malestar que ha producido por el informe.
M¨¢s de un millar de soldados
- En julio de 2003, poco despu¨¦s de la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, Holanda envi¨® unos 1.100 soldados al sur de Irak,
para participar en la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos bajo mandato de la ONU. La misi¨®n de ese contingente militar concluy¨® en la primavera de 2005.
- El objetivo de la misi¨®n era ayudar en la reconstrucci¨®n de Irak. Durante esas labores, murieron dos soldados holandeses en ataques separados.
- En el pa¨ªs ¨¢rabe, los soldados holandeses estaban en un territorio bajo mando del Ej¨¦rcito brit¨¢nico.
- Durante el tiempo que estuvieron presentes en Irak, los instructores militares holandeses entrenaron a m¨¢s de 2.800 polic¨ªas y soldados iraqu¨ªes, seg¨²n el Gobierno.
- La comisi¨®n que emiti¨® ayer su informe fue creada en 2009 a petici¨®n del Gobierno holand¨¦s para determinar la legitimidad del apoyo ofrecido a la invasi¨®n liderada por EE UU.
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