Carta abierta al presidente Obama
Soy su sincero admirador desde que se lanz¨® a la campa?a electoral y empec¨¦ a leerle y a o¨ªrle hablar de sus proyectos. Admiro su humanismo, su cultura, su valor y su estilo. A diferencia de usted, presidente, no soy creyente. Soy agn¨®stico y tengo cierta experiencia en la vida pol¨ªtica. Sin embargo, les dije a muchos amigos que su victoria electoral supon¨ªa un aut¨¦ntico milagro en Norteam¨¦rica y para el mundo. Por mucho que no crea en milagros...
S¨¦ que, una vez nombrado presidente, le cay¨® encima el peso del mundo. Literalmente. Pronunci¨® discursos innovadores y muy notables que contribuyeron a cambiar la imagen de Norteam¨¦rica en el mundo y, se?aladamente, en Europa. Dio un nuevo impulso a la ONU, completamente desde?ada en la ¨¦poca de su antecesor, comprendiendo que el mundo es demasiado vasto y diferenciado para poder ser gobernado por una ¨²nica superpotencia. Abri¨® las puertas a un mundo multilateral, de di¨¢logo y de paz.
No me gustaron su decisi¨®n de enviar m¨¢s tropas a Afganist¨¢n ni su actuaci¨®n en Copenhague
Tendi¨®, con gran inteligencia, la mano al mundo isl¨¢mico, en su discurso de El Cairo. Habl¨®, directamente, con rusos y chinos, preocupado por la paz mundial y la crisis global. Se dirigi¨® a los pueblos africanos, prometi¨¦ndoles ayuda, y a sus vecinos del sur, los pa¨ªses iberoamericanos, especialmente a Cuba. Y ha tenido que soportar, con determinaci¨®n y valor, a sus agresivos adversarios en el ¨¢mbito nacional, los republicanos, y a algunos dem¨®cratas, as¨ª como a los lobbies, que tantos perjuicios causan. La victoria que ha obtenido en relaci¨®n con la reforma de los servicios de salud, por m¨¢s que con algunas concesiones, representa un hito hist¨®rico y un ejemplo.
Por todo ello, aplaud¨ª con entusiasmo al jurado del Nobel que le confiri¨® el Premio. A pesar de algunas protestas, fue muy justo y estuvo bien escogido. No hab¨ªa nadie, en este annus horribilis de 2009, que se lo mereciera m¨¢s.
Sin embargo, hubo dos actuaciones suyas que no me gustaron. La primera, la de enviar m¨¢s de 30.000 soldados americanos a Afganist¨¢n que, perm¨ªtame que se lo diga con toda franqueza, es una guerra perdida, como la de Irak o tal vez peor. S¨¦ que la invasi¨®n de Afganist¨¢n tuvo el aval de la ONU y que en ella su antecesor involucr¨® a la OTAN. Algo que por s¨ª mismo desacredit¨® a una organizaci¨®n que es defensiva desde los tiempos de la "guerra fr¨ªa" y que se convirti¨®, desde ese momento, en ofensiva, operando, adem¨¢s, fuera de su ¨¢rea normal de actuaci¨®n. Un error fatal de realpolitik que me temo le va a salir caro.
Mi segundo motivo de desagrado fue la manera en la que se comport¨® en la frustrada Cumbre de Copenhague. Pas¨® por encima de la ONU, hizo caso omiso de la UE como conjunto, y prefiri¨® entenderse con China, fundamentalmente, que no acepta ser fiscalizada et pour cause, y convocar a algunos otros Estados, entre los que se contaba Brasil (y quedamos encantados, nosotros los portugueses), tal vez no s¨®lo para animar la fotograf¨ªa...
Su discurso, perm¨ªtame que se lo diga, se?or presidente, fue de los m¨¢s apagados y tristes que ha pronunciado hasta hoy. S¨®lo se me qued¨® grabada una frase: "No he venido aqu¨ª para hablar sino para actuar". Pues eso mismo. En materia de medio ambiente, el tiempo apremia y es preciso actuar. Es fundamental luchar contra tantos atentados humanos y ego¨ªstas que amenazan a nuestro planeta. Para que la Humanidad pueda sobrevivir. ?Hay alg¨²n motivo m¨¢s importante y urgente que ¨¦ste?
Esperemos que en la Cumbre prevista para finales de 2010, en M¨¦xico, se puedan dar pasos decisivos, est¨¦ de acuerdo China o no.
En cuanto a lo dem¨¢s, perm¨ªtame un ¨²ltimo apunte. Como portugu¨¦s, me siento tambi¨¦n ib¨¦rico y europeo. Es algo que un americano suele tener dificultades en comprender. Pero sepa tambi¨¦n que soy federalista, partidario, como Jean Monnet, de los Estados Unidos de Europa. Estoy preocupado con el subcontinente americano, que ha sido capaz de expulsar a los dictadores militares, formados en la escuela de Chicago. Hoy, casi todos los pa¨ªses de la zona son, o se esfuerzan por ser, democracias. Iberoam¨¦rica es un subcontinente riqu¨ªsimo en recursos naturales, con ¨¦lites culturales, cient¨ªficas y t¨¦cnicas de indiscutible valor. Tradicionalmente desconfiados de su poderoso vecino del norte -y con s¨®lidas razones para ello-, recibieron muy bien los primeros mensajes que el se?or presidente les envi¨®. Como la mano que tendi¨® a Cuba, sobre todo.
Ahora Cuba est¨¢ pasando -con la crisis global y por razones estructurales tambi¨¦n- por un momento dram¨¢tico, dificil¨ªsimo. Un pueblo tan din¨¢mico y alegre como ¨¦ste empieza a sentirse asfixiado, como deduzco de un reciente discurso que escuch¨¦ en boca del presidente Ra¨²l Castro.
El se?or presidente -y disculpe que se lo diga con tanto atrevimiento- podr¨ªa acabar, mediante un gesto unilateral, con el bloqueo, que s¨®lo presenta inconvenientes para todos. El mundo entero le aplaudir¨ªa, sin la menor duda. Y se renovar¨ªa la esperanza en lo que el se?or presidente representa y puede hacer, no s¨®lo por el pueblo americano, que es el suyo, sino por todos los pueblos del mundo.
Con mis mejores deseos para el nuevo a?o, reciba un cordial saludo de su admirador.
M¨¢rio Soares ha sido presidente y primer ministro de Portugal. Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
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