La utop¨ªa de Tom Stoppard
El dramaturgo brit¨¢nico de origen checo, creador de un emocionante teatro de ideas y referente de la escena contempor¨¢nea, aspira a "decir algo importante, conmovedor e inteligente". El autor recibi¨® en Barcelona el Premio Terenci Moix y estar¨¢ en Madrid en febrero.
A veces por la forma de posar para las fotograf¨ªas se puede llegar a conocer a alguien. En el caso de Tom Stoppard lo primero que llama la atenci¨®n es su tranquilidad. Una especie de paciencia casi m¨ªstica mientras permite que la fot¨®grafa ajuste la luz, haga las pruebas y se decida a disparar sobre ¨¦l. Se ha quitado las gafas que colgaban de su cuello con un cordel y se ha vaciado los bolsillos. Ha dejado la cartera, los bol¨ªgrafos, una libreta y el tel¨¦fono m¨®vil sobre la estanter¨ªa de lo que fue el antiguo despacho del poeta Jaime Gil de Biedma en la empresa de tabacos de su familia. Hoy es un sal¨®n de aire colonial preservado dentro del edificio de un acogedor hotel al pie de las Ramblas de Barcelona. Me acerco a uno de los ventanales y le muestro a Stoppard lo que yo considero una de las calles m¨¢s vivas y hermosas del mundo, ahora pasto de los turistas que exprimen Barcelona como una naranja. "Maravilloso", me dice. "Tanta gente en la calle, es delicioso". Luego me se?ala un quiosco con grandes toldos promocionales de la revista Hola. "Ah¨ª est¨¢, una de las grandes aportaciones espa?olas al periodismo mundial. La caricia a los famosos. Ahora muchos piensan que el periodismo de verdad est¨¢ amenazado de muerte, ?t¨² qu¨¦ crees?".
"Ah, el cine. Es un oficio bastante complicado. He trabajado con gente muy interesante, pero nunca historias propias"
"Me preocupa la enorme afici¨®n de la gente por el f¨²tbol. Es como si sustituyera a algo en sus vidas"
"Siempre me he sentido muy cercano a V¨¢clav Havel. Pero ¨¦l tuvo algo que yo creo que no tengo, la valent¨ªa"
"La risa finalmente es una de las expresiones m¨¢s colectivas de aprecio. Y los autores nos volvemos locos por ellas"
Stoppard fue periodista, incluso cr¨ªtico teatral, antes de convertirse en dramaturgo y guionista de cine. Un rato despu¨¦s saldremos a las Ramblas a comprar el Daily Telegraph y The Guardian, un peri¨®dico conservador y otro progresista, donde dan cuenta de los presupuestos aprobados por el Gobierno Brit¨¢nico. "Los m¨¢s deficitarios desde la Guerra Mundial. ?Qu¨¦ te parece?". Ya me he acostumbrado a que Stoppard sea quien haga las preguntas, como la m¨¢s educada manera de evadir las respuestas. Escucha con una concentraci¨®n poco habitual, habla con un defecto marcado al pronunciar las erres y estudiada parsimonia. Parecida a la que muestra en el posado. Cuando la fot¨®grafa le pide que se revuelva el pelo ya de por s¨ª bien revuelto, ¨¦l, despu¨¦s de dos intentos, le dir¨¢ a ella: "Hazlo t¨² misma, sin problemas". Y la mujer revuelve con sus dos manos el matorral canoso de Stoppard, que es una especie de jungla electrizada por una cabeza que parece llena de ideas.
Ideas que le han valido ser considerado uno de los grandes autores de teatro en la generaci¨®n posterior a Harold Pinter y Osborne, ganador de tres premios Tony, con t¨ªtulos como Arcadia o La invenci¨®n del amor sobre el poeta A. E. Housman. Comenz¨® a finales de los sesenta con su pieza en torno a dos personajes secundarios del Hamlet de Shakespeare que no son due?os de su destino frente a la deriva del argumento (o la vida) que los sobrepasa: Rosencratz y Guildernstein han muerto, que se convertir¨ªa en un ¨¦xito internacional y hasta el d¨ªa de hoy se representa en todo el mundo. ?l mismo la dirigi¨® para el cine en una versi¨®n protagonizada por Tim Roth y Gary Oldman. "Ah, el cine. Es un oficio bastante complicado". Como casi todos los grandes escritores brit¨¢nicos, Stoppard tambi¨¦n comenz¨® con narraciones breves para la radio p¨²blica y con peque?as pel¨ªculas para la BBC. Ese canal ha sido durante d¨¦cadas la envidia de todo el mundo civilizado, sabiendo equilibrar la apuesta por nuevos talentos, el compromiso con la cultura de su pa¨ªs, la informaci¨®n fiable y el negocio rentable. Ejemplo que, por desgracia, ha sido desde?ado por los pa¨ªses del entorno europeo con resultados catastr¨®ficos. "La radio y la televisi¨®n fueron una escuela asombrosa. Multitud de guionistas y escritores hemos salido de all¨ª. Ahora, por suerte, en Londres han surgido muchas peque?as salas independientes y la gente puede ver sus obras representadas sin problemas. He visto piezas de autores de apenas veinte a?os que son estupendas".
Desde el teatro, Stoppard ha saltado de vez en cuando al gran cine, incluso al cine de Hollywood. Gan¨® un Oscar al mejor gui¨®n por su colaboraci¨®n necesaria en Shakespeare in love y durante a?os fue considerado uno de los m¨¢s famosos reparadores de guiones no acreditados, con participaci¨®n incluso en la saga de La guerra de las galaxias e Indiana Jones. "Con el cine he tenido una relaci¨®n ambivalente. He trabajado con gente muy interesante, pero nunca he desarrollado historias propias, siempre han sido adaptaciones literarias o ideas de otros". Adapt¨® El factor humano de Graham Greene para el cl¨¢sico Otto Preminger. Desesperaci¨®n de Nabokov para Fassbinder. Escribi¨® el gui¨®n de Brazil con Terry Gilliam. "Lo conoc¨ªa desde los tiempos de Monty Python, un tipo brillante. Su productor me mand¨® un primer gui¨®n, lleno de ideas visuales formidables, que est¨¢n en la pel¨ªcula. Pero aquello no se sosten¨ªa como argumento. Yo le hice ver el gran parecido con 1984 de Orwell, pero ¨¦l a¨²n no lo conoc¨ªa. Cuando lo ley¨® a?os despu¨¦s me dijo: "Vaya, se parec¨ªan mucho, con todo ese asunto del Gran Hermano". Era un tipo intenso y divertido, pero quer¨ªa revisar cada d¨ªa lo que yo escrib¨ªa, as¨ª que le prohib¨ª leerlo hasta que lo terminara. Me dijo: "?O sea, que he contratado a alguien que no me deja ver lo que escribe?". Exacto, le dije, al menos hasta que tenga una primera versi¨®n. Y as¨ª pudimos acabar el gui¨®n". Tambi¨¦n adapt¨® el libro de recuerdos de infancia del recientemente fallecido J. G. Ballard, El imperio del sol. Una de las pel¨ªculas m¨¢s ambiciosas de Steven Spielberg, aunque para muchos el material de origen fuera algo banalizado. Curiosamente hay algo parecido en esa trama a su propia vida. "S¨ª, siempre lo pens¨¦. Yo nac¨ª en Checoslovaquia, en el a?o1937, y cuando estall¨® la guerra mis padres huyeron y se instalaron en Singapur. Muchos de sus familiares jud¨ªos murieron en campos de exterminio. Cuando tres a?os despu¨¦s los japoneses invadieron Singapur mi madre nos cogi¨® a m¨ª y a mi hermano y volvimos a huir, esta vez a la India. Mi padre se qued¨® para alistarse voluntario en el Ej¨¦rcito brit¨¢nico y muri¨® en Jap¨®n, en un campo de prisioneros. Mi madre se instal¨® como refugiada en Darjeeling. All¨ª conoci¨® a un oficial brit¨¢nico y nos mudamos a vivir a Nottingham, se cas¨® con ¨¦l y yo fui reconocido con su apellido: Stoppard. En realidad mi apellido era Straussler". En el caso de Stoppard jam¨¢s ha tenido ninguna ambivalencia frente a su pa¨ªs de adopci¨®n. "Lo considero un ejemplo de civilizaci¨®n, me siento orgulloso de que en muchos aspectos represente una ense?anza sobre c¨®mo vivir en libertad. Herzen lo dijo mucho mejor que yo hacia 1850: "Los brit¨¢nicos no nos acogen por respeto a los exiliados, nos acogen por respeto a s¨ª mismos, porque inventaron la idea de la libertad personal".
Pese a que su vida en Checoslovaquia se limit¨® a dos a?os de primera ni?ez y no habla el idioma, este pa¨ªs, y la represi¨®n que sufri¨® bajo la f¨¦rrea dictadura comunista tras los a?os de gloriosa apertura de la primavera de Praga, es el protagonista de su obra de teatro Rock 'n' Roll. Una pieza soberbia de pensamiento pol¨ªtico, de estudio de personajes en su dimensi¨®n ideol¨®gica y humana. Dirigida por ?lex Rigola en el Teatro Lliure, con unos actores formidables, es un montaje ejemplar. Por esta pieza a Stoppard le han concedido el Premio Terenci Moix y al d¨ªa siguiente lo recibir¨¢ en el Teatro del Liceo. "El premio es s¨®lo un euro, algo simb¨®lico, pero me gusta un premio que lleva el nombre de un escritor", reconoce, despu¨¦s de excusarse por no haber venido a ver el montaje catal¨¢n de su obra. "Me llamaron, pero quer¨ªa estar tranquilo y escribir despu¨¦s de muchos viajes. Y entre t¨² y yo, David, estoy un poco cansado de ver mis obras. Prefiero ver las de otros. Ahora por ejemplo estoy algo nervioso porque tengo un hijo actor y va a trabajar por primera vez en la reposici¨®n de una obra m¨ªa. Ambos hemos tenido que vencer los prejuicios, el miedo al qu¨¦ dir¨¢n. Hasta que te das cuenta de que eso no importa nada, que trabajar con la gente que quieres es un placer doble". Despu¨¦s de dos matrimonios, Stoppard es pareja de la actriz Felicity Kendal y vive en Chelsea, un barrio rico de Londres, a dos pasos del estadio de Stanford Bridge, aunque reconoce que no es apasionado de ese deporte. "Hay algo que me preocupa bastante de la enorme afici¨®n de la gente por el f¨²tbol. Al final le dan tanta importancia que es como si sustituyera a algo en sus vidas, algo de lo que carecen. Y eso es alarmante. ?Tambi¨¦n pasa en Espa?a?".
Cuando le pregunto por su origen checo y el inter¨¦s por aquel pa¨ªs durante la dictadura comunista, me cuenta que en los a?os setenta realiz¨® un viaje a Praga que de alguna manera le cambi¨® la vida. "All¨ª descubr¨ª lo que yo habr¨ªa sido de haberme quedado all¨ª. Siempre me he sentido muy cercano a V¨¢clav Havel. Tenemos casi la misma edad, ambos escribimos teatro, ambos hemos estado en organizaciones de denuncia por la falta de derechos. Pero ¨¦l tuvo algo que yo creo que no tengo, la valent¨ªa. En aquel momento, los disidentes firmantes de la Carta 77 se jugaron su vida y su trayectoria profesional. Muchos pagaron con la c¨¢rcel y yo me sent¨ª absolutamente en comuni¨®n con ellos. Antes hab¨ªa estado en Mosc¨² interes¨¢ndome por los jud¨ªos rusos detenidos o recluidos en manicomios. De hecho ya hice entonces dos piezas sobre el asunto, una de ellas por encargo de Andr¨¦ Previn, que incorporaba incluso a una orquesta y que filmamos para la televisi¨®n: Every Good Boy Needs a Favour. Con el tiempo pude traducir alguna obra de Havel para darla a conocer en el mundo anglosaj¨®n. A?os despu¨¦s me vino la idea de escribir Rock 'n' Roll, porque una de las primeras medidas de represi¨®n fue prohibir los discos de m¨²sica en ingl¨¦s y perseguir a aquel grupo local, los Plastic People of the Universe, que eran la avanzadilla de la m¨²sica moderna en un mundo que luchaba contra cualquier movimiento de libertad. Pero en un principio no quise que la obra terminara en 1990, sino en el a?o 1997, porque despu¨¦s de las soluciones nacen nuevos problemas. Finalmente lo dej¨¦ en 1990, quiz¨¢ es mi lado sentimental. En ese momento a¨²n las cosas estaban todas por hacerse, la mirada era optimista".
Habla con pasi¨®n de Havel al que sigue viendo de tanto en tanto ahora que ya ha dejado sus responsabilidades pol¨ªticas. "Es complicado sacar una conclusi¨®n de su paso por la pol¨ªtica real. Siempre he cre¨ªdo que es muy complejo combinar los ideales con la pol¨ªtica del d¨ªa a d¨ªa. En el fondo me siento afortunado de ser un irresponsable, es decir, una persona sin grandes responsabilidades. Yo, que he participado en muchos movimientos como Amnist¨ªa Internacional, siempre he tenido la sensaci¨®n de que los artistas y los intelectuales creemos que somos m¨¢s poderosos e importantes de lo que somos. Es cierto que a veces ayudamos a causas justas, pero tambi¨¦n a veces siento un cierto pudor. Como si fu¨¦ramos por ah¨ª diciendo: eh, mira qu¨¦ importantes somos".
Esa ambivalencia del intelectual entre la fragilidad y un enorme egocentrismo es clave en muchas de las obras de teatro de Ch¨¦jov, el gran maestro de Stoppard junto a Beckett. "No me gusta hablar de influencias, porque yo creo que las buenas influencias son las que no se ven, las que no se perciben, las que est¨¢n en ti sin que t¨² mismo te des cuenta". Stoppard ha versionado en ingl¨¦s tres piezas de Ch¨¦jov, La gaviota, Ivanov y ahora El jard¨ªn de los cerezos, que pas¨® por Madrid con llenos absolutos en un montaje de la compa?¨ªa The Bridge Project de Sam Mendes integrada por actores norteamericanos y brit¨¢nicos como Ethan Hawke, Rebecca Hall o Simon Russell Beale. "He traducido a Ch¨¦jov sin hablar ruso, tambi¨¦n lo he hecho con el h¨²ngaro Molnar y hasta con Lorca. En realidad alguien hace la traducci¨®n y yo lo pongo en el ingl¨¦s que considero m¨¢s adecuado. En el caso de Ch¨¦jov fue Helen Rappaport, una mujer que conoce a la perfecci¨®n el idioma y tradujo la pieza palabra por palabra y te prepara un acopio de notas sobre el sentido y las posibilidades de muchas de las frases, adem¨¢s de darme un exacto contexto hist¨®rico para ubicarlas".
Cuando le hago ver que los personajes de Rock 'n' Roll y de The Coast of Utopia, su obra anterior, est¨¢n muy cercanos a esos chejovianos intelectuales que persiguen la salvaci¨®n del mundo, las grandes ideas, pero que a veces arruinan la existencia de los m¨¢s cercanos, se r¨ªe con cierto orgullo. "Tambi¨¦n est¨¢ en Turgu¨¦nev, me gusta esa literatura rusa de final de siglo XIX, con toda su carga filos¨®fica". Hay que aclarar que la trilog¨ªa de m¨¢s de nueve horas de duraci¨®n que es The Coast of Utopia (La costa de la Utop¨ªa) es uno de los m¨¢s llamativos ejemplos del emocionante teatro de ideas que ha dado un creador en los ¨²ltimos a?os. En ella se cuentan algunos momentos en la vida de tres personajes, radicales y ¨²nicos, en los tiempos prerrevolucionarios rusos. El activista Mija¨ªl Bakunin, el cr¨ªtico literario Vissarion Belinsky y el pensador Alexander Herzen, considerado el "primer socialista". Del nacimiento de esa inspiraci¨®n sale el nombre de Isaiah Berlin, uno de los m¨¢s grandes pensadores pol¨ªticos del siglo XX, que desde Oxford irradi¨® sus ense?anzas al mundo libre. "Berlin fue el que me abri¨® la puerta. De alguna manera mi trilog¨ªa nace de su libro sobre los pensadores rusos. ?l contaba que un d¨ªa siendo joven hab¨ªa entrado en la biblioteca y se hab¨ªa encontrado con un libro de Alexander Herzen en la estanter¨ªa. Y como ni lo conoc¨ªa ni hab¨ªa o¨ªdo hablar de ¨¦l se puso a leerlo. Y descubri¨® una aut¨¦ntica maravilla. Una vivencia incre¨ªble y un razonamiento que se convertir¨ªa en fundamental en las ense?anzas de Berlin. Gracias a ¨¦l conocemos hoy en d¨ªa a Herzen".
A Herzen le podr¨ªa definir una cita de su libro Pasado y pensamientos, que Berlin sol¨ªa destacar: "Desde los trece a?os s¨®lo he servido a una misma idea: la guerra a toda autoridad impuesta, a toda clase de privaci¨®n de libertad, en nombre de la absoluta independencia del individuo". Para su trilog¨ªa teatral, Stoppard se pas¨® jornadas enteras en la biblioteca de Saint James Park, de la que actualmente es presidente, rodeado de libros y notas. Los perseguidores de aquella Utop¨ªa son los protagonistas de la obra de Stoppard. Dirigida por Trevor Nunn y representada en Londres y Nueva York con un ¨¦xito inusitado para una pieza tan larga que a menudo se representa en d¨ªas alternativos por partes. Lo llamativo es c¨®mo un escritor de teatro logra convertir una batalla de ideas en momentos emocionantes, tremendamente humanos. "Y las risas. Nunca esper¨¦ que hubiera tantas risas. De hecho con las risas en el teatro te conviertes en un esclavo, porque si alg¨²n d¨ªa no se r¨ªen donde lo hacen siempre comienzas a hacerte todo tipo de preguntas inc¨®modas. ?Qu¨¦ est¨¢ fallando? La risa finalmente es una de las expresiones m¨¢s colectivas de aprecio. Y los autores nos volvemos locos por ellas. Pero en una obra tan densa como ¨¦sta nunca cre¨ª que cobraran tanta importancia. Quiz¨¢ como contraste, como relajaci¨®n antes de la tormenta".
"Nunca hay una ¨²nica raz¨®n para justificar que escribas algo, muchas veces ni siquiera intuyes lo que andas persiguiendo", explica Stoppard, "pero en el caso de The Coast of Utopia, recuerdo que fue una frase de Belinsky cuando est¨¢ en su exilio parisiense y sue?a con volver a Rusia. Todos le dicen que es una locura, que en Rusia, bajo el imperio zarista, ser¨ªa un perseguido, no le dejar¨ªan publicar libremente y estar¨ªa constantemente peleando contra la censura. Pero Belinsky dice: "Lo s¨¦, pero aqu¨ª en Par¨ªs, con la libertad, tengo la sensaci¨®n de que a todos les es indiferente lo que escribas, en cambio en Rusia los j¨®venes se aprenden de memoria tus p¨¢rrafos, pelean por conseguir tu ¨²ltimo escrito, sientes que haces algo fundamental para ellos. Y como escritor es la aut¨¦ntica felicidad". Bueno, m¨¢s o menos eso creo que nos mueve a todos, buscar decir algo importante, conmovedor e inteligente. Y esto es muy dif¨ªcil en un mundo en el que por suerte se puede decir lo que se quiera y hay mucha gente hablando al mismo tiempo, escribiendo, pensando, opinando, haciendo cine o teatro. Hacerse o¨ªr entre esa avalancha de informaci¨®n es fundamental. Pero lo otro, combatir esa libertad, ponerle vallas o filtros a lo que hay ah¨ª fuera s¨®lo conduce a la tiran¨ªa y a la censura. Tenemos que aprender a vivir con ello. Y eso no siempre es f¨¢cil".
Para terminar con las dificultades para escribir, que no fueron ajenas en distinto calibre a sus escritores favoritos como Oscar Wilde, Evelyn Waugh, Scott Fitzgerald, Hemingway, Stoppard me cuenta que tiene facilidad para sentarse a trabajar en cualquier sitio. "Lo hago en hoteles en ciudades extra?as. Ma?ana mismo pienso trabajar aqu¨ª en mi habitaci¨®n, si puedo. Los escritores cuando estamos desarrollando algo somos seres bastante raros. A m¨ª me da por no hablar, soy herm¨¦tico. Recuerdo que en una ¨¦poca me toc¨® vivir a solas con mi hijo, que estaba en la Universidad, y llegamos a un pacto: no dirigirnos la palabra cuando no tuvi¨¦ramos ganas de hacerlo. Y era estupendo. Desayun¨¢bamos un d¨ªa charlando de cualquier cosa y otro d¨ªa, si est¨¢bamos concentrados en nuestras cosas, ni nos salud¨¢bamos. Esto mi hijo lo entendi¨®, pero seguramente le fue m¨¢s dif¨ªcil comprenderlo a alguna de mis parejas".
Y aunque Stoppard confiesa que lee diez libros a la vez, tom¨¢ndolos y dej¨¢ndolos, tiene adem¨¢s proyectos de adaptaciones literarias para la BBC, una nueva obra de teatro donde querr¨ªa hablar del paso atr¨¢s en las libertades individuales que ha significado la guerra contra el terrorismo islamista, pero como todo autor responsable me pide que lo que es s¨®lo la sombra de un proyecto futuro quede en el m¨¢s ¨ªntimo de los silencios.
Tom Stoppard participar¨¢ el pr¨®ximo 3 de febrero en un encuentro en el teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid (Centro Dram¨¢tico Nacional), en donde se estrenar¨¢ su obra Realidad (The Real Thing) el pr¨®ximo 28 de enero y se desarrollar¨¢n diversas actividades sobre el dramaturgo entre el 25 de febrero y el 7 de marzo. cdn.mcu.es/. Rock 'n' Roll, que se ha representado en el Lliure de Barcelona, estar¨¢ en cartel en las Naves del Espa?ol de Madrid del 18 al 28 de febrero.
![Tom Stoppard (Zl¨ªn, Rep¨²blica Checa, 1937).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WRWAKX3WONL7P2X5PVKNHK6HIQ.jpg?auth=ae3b7a38a188701b979458cc2f94a6e178467a3d8f9dc9bee8f74b94ccf6ed30&width=414)
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