?Racista yo?
"Es que es encender la radio y ponerme enfermo. Escuchas las tertulias y siempre te sale alguno de esos periodistas de izquierdas, tan redichos ellos, hablando de integraci¨®n, de tolerancia, de respeto a los derechos de las minor¨ªas... Eso s¨ª, todos ellos con su buen sueldo, su pisazo en la parte alta de la Diagonal y su coche de lujo. ?Y ellos qu¨¦ sabr¨¢n de lo que est¨¢n hablando!
"Si alg¨²n d¨ªa se me sube al taxi uno de esos listillos, por mis muertos que me lo llevo de paseo por el barrio, para que se entere de qu¨¦ va la vaina. Muy de ma?ana, a la puerta del colegio, que es llegar y no sabes si aquello es un cole o la guarder¨ªa de las Naciones Unidas. As¨ª le va al chaval, que ya me ha repetido dos cursos y me da a m¨ª que falta a clase m¨¢s d¨ªas de los que va. Luego a la plaza, que entre las bandas latinas, los yonquis y los camellos de todas las razas, all¨ª no hay ni?o nomal que se acerque. Y luego, al centro de atenci¨®n social, a hacer cola mendigando una ayuda para que al final te digan que lo sienten mucho, pero que "hay otros colectivos en peor situaci¨®n que usted". O sea, que si eres de la tierra te puedes morir de hambre, pero si vienes de fuera nunca te faltar¨¢n unas perras o un plato caliente encima de la mesa. Todo esto es lo que tendr¨ªan que contar por la radio esos se?oritingos a los que se les llena la boca hablando de la integraci¨®n de los inmigrantes, pero que luego no pisan el ambulatorio, que para eso tienen su buena mutua, y llevan a sus hijos a la escuela privada porque saben que la p¨²blica est¨¢ hecha unos zorros. ?Menudos farsantes!
"Me resigno a que los inmigrantes colapsen la escuela p¨²blica, se queden las ayudas y sigan aqu¨ª a pesar de la crisis. ?Qu¨¦ m¨¢s se me puede pedir?"
"Menos mal que, con todo este l¨ªo de Vic, parece que la gente empieza a abrir los ojos. Yo, la verdad, la bronca esta del empadronamiento de los inmigrantes no la acabo de entender. Andan ahora discutiendo si es legal o no negar el padr¨®n a los extranjeros sin papeles. Y yo me pregunto: si son ilegales, ?no habr¨ªa que ponerlos a todos de patitas en la frontera y punto? Tanto que hablan los pol¨ªticos de fomentar la inmigraci¨®n legal y de combatir la irregular y, por una vez que un alcalde se lo toma en serio, todo el mundo se le echa encima. All¨ª, en Vic, el que parece que corta el bacalao en estos temas es un tal Anglada. Xen¨®fobo, le llaman. En este pa¨ªs, en cuanto te sales del gui¨®n lo primero que hacen es crucificarte. La verdad es que nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar de ¨¦l, pero por lo que cuentan es de los pocos pol¨ªticos que hablan clarito. Al pan pan, y al vino, vino. Vamos, como el Laporta, pero sin tanta ch¨¢chara nacionalista. Si ese Anglada se presenta a las elecciones, igual hasta me animo a votarle. Y eso que a m¨ª la pol¨ªtica catalana me trae sin cuidado.
"El caso es que, gracias al foll¨®n de Vic, por fin empiezan a salir tertulianos que dicen que algo habr¨¢ que hacer con tanto extranjero. Que no hay dinero para todos, que no se puede dar la espalda a la realidad, que cada alcalde tiene que decidir c¨®mo gestiona en su municipio el fen¨®meno de la inmigraci¨®n... Tampoco les entiendo mucho, pero s¨¦ que piensan como yo. Lo raro es que creo que algunos de ellos se dedicaban no hace tanto a la pol¨ªtica y no dec¨ªan estas mismas cosas. Pero no me haga usted mucho caso, soy muy malo para los nombres.
"A ver si mis colegas de ca?as los escuchan alguna vez y dejan de llamarme racista. A m¨ª, que me guste o no acepto que aunque estemos en crisis los extranjeros sigan aqu¨ª cobrando el paro, qued¨¢ndose con todas las ayudas sociales y carg¨¢ndose la escuela p¨²blica. A m¨ª, que me ganaba tan bien la vida en el andamio cuando el jefe dej¨® de llamarme porque los de fuera curraban m¨¢s, cobraban una miseria y no se quejaban nunca. A m¨ª, que me gast¨¦ una pasta en un piso que ya no vale ni la mitad desde que los moritos se han hecho due?os y se?ores del barrio. A m¨ª, que cuando los veo venir procuro cambiar de acera y evito mirarles a los ojos, ya no s¨¦ si para que no noten la rabia que les tengo o por miedo a que me metan un navajazo. ?Qu¨¦ m¨¢s se me puede pedir?
"Pues ya hemos llegado. Son siete euros. ?Querr¨¢ recibo?"
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