"Ahora siento m¨¢s silencio y m¨¢s distanciamiento"
Inmigrantes residentes en Vic temen que aumente la xenofobia
Laila Karrouch y Anssumane Dahaba han notado un cambio en Vic (Barcelona) desde que el Ayuntamiento decidi¨® vetar, a partir de febrero, el empadronamiento a los sin papeles. "Siento m¨¢s silencio, m¨¢s distanciamiento", reconoce Laila, marroqu¨ª, sorprendida porque un alcalde en el que hab¨ªa confiado, que criticaba a la Plataforma per Catalunya (PxC), ahora "est¨¢ cumpliendo el sue?o de Josep Anglada [fundador y presidente de la xen¨®foba PxC]". Laila, Anssumane y Amandeep Sandhu alaban las pol¨ªticas de acogida e integraci¨®n del Vic que les acogi¨®: "Eran un gran referente hasta ahora, nos ayudaron y guiaron en todo momento". Esto parece que se ha truncado.
Laila Karrouch lleg¨® a Vic con su madre desde el rife?o Nador. Era 1985 y ten¨ªa 8 a?os, los mismos que su padre llevaba en Vic y gracias a los cuales pudo acogerse al reagrupamiento familiar. "De esa ¨¦poca recuerdo las miradas. No sab¨ªa el idioma y era como si no tuviera el sentido del o¨ªdo. Miradas que eran como un esc¨¢ner, que se fijaban en tus ojos, tu forma de vestir... ?ramos gente rara pero no nos ve¨ªan como un problema, s¨®lo como gente que hab¨ªa venido a comer, a buscar trabajo. La poblaci¨®n inmigrante en aquel entonces era escasa".
Anssumane: "Los inmigrantes van por una parte y la gente de aqu¨ª va por otra"
Laila: "Antes no nos ve¨ªan como un peligro, ahora las cosas han cambiado"
Amandeep: "La gente es amable, tengo m¨¢s amigos de aqu¨ª que de all¨ª"
"Antes", alega, "no supon¨ªamos un peligro pero ahora entre el mensaje hip¨®crita de Anglada y la crisis las cosas han cambiado". De esos pocos se ha pasado a que hoy el 25,7% de los 40.000 habitantes de Vic son inmigrantes. La tasa de paro supera ligeramente la media catalana (15,51%) y de los inscritos para recibir el subsidio un 40% son extranjeros.
Laila, casada, con dos hijas, su propia casa y un trabajo de enfermera en el Hospital General, reconoce que Vic es una ciudad de dif¨ªcil entrada pero tambi¨¦n de dif¨ªcil salida. Muchas veces ha tenido que morderse la lengua ante seg¨²n qu¨¦ comentarios y, pese a estar lamentablemente acostumbrada, no siempre lo consigue. "Vic tiene fama de ser cerrada, muy suya, y defiende mucho su cultura. Es muy importante saber catal¨¢n. A m¨ª me ha abierto muchas puertas". Si Anglada llegara a ser alcalde, Laila se plantear¨ªa incluso ponerse el velo, prenda que nunca utiliza. "Solo faltar¨ªa que nos dijera qu¨¦ marca de braguitas tenemos que utilizar. Que no se meta en mi vida privada porque es m¨ªa". Cu¨¢ndo hace unos a?os ve¨ªa los conflictos en Francia pens¨® que aquello nuca podr¨ªa pasar aqu¨ª, pero reconoce que ahora no lo tiene tan claro. "Se ha azuzado la rabia y creado malestar entre la gente".
Comparte esta sensaci¨®n Anssumane Dahaba, de Guinea-Bissau, quien, despu¨¦s de 12 a?os en Vic a¨²n no se atreve a usar el catal¨¢n porque no se siente c¨®modo. "He estudiado catal¨¢n y he tomado cursos sobre cultura catalana, pero no entiendo por qu¨¦ ponen el idioma como barrera. Muchos inmigrantes est¨¢n aqu¨ª de paso y no les interesa aprender el catal¨¢n". En Vic tiene un trabajo gracias al cual consigui¨® reunir de nuevo a su familia. Aunque le gustar¨ªa moverse, le preocupa la educaci¨®n de sus hijos: "Quiero que mejoren, que sean catalanes".
Considera que la gente en Vic es muy reservada y, a veces, tiene la sensaci¨®n de que est¨¢n "continuamente defendiendo lo que es suyo, alguna cosa que antes, con el franquismo, perdieron. Los entiendo pero eso no va con nosotros, con los inmigrantes". Cree que Vic es una sociedad dividida: "Te relacionas y muy bien en lo cotidiano, en el trabajo, con los vecinos, te saludas en la calle, pero los inmigrantes van por una parte y la gente de aqu¨ª por otra; no ves grupos mixtos".
Amandeep Sandhu piensa radicalmente lo contrario. Est¨¢ chica india tan s¨®lo lleva dos a?os y medio en Vic, tiene 21, pero ya habla un catal¨¢n casi perfecto. Estudia un grado superior en gesti¨®n administrativa y trabaja en una charcuter¨ªa, pese a ser vegetariana estricta. "Cu¨¢ndo llegue a Vic supe que estar¨ªamos bien; es una ciudad tranquila, la gente es amable y tengo m¨¢s amigos de aqu¨ª que de all¨ª, porque la comunidad india que vive aqu¨ª es muy cerrada, hace sus propias fiestas, es muy estricta, sobre todo con la mujer".
Amandeep hab¨ªa empezado su primer curso de Medicina en Punjab cuando su madre muri¨®. Su padre hac¨ªa tiempo que viv¨ªa en Badalona, donde regenta un comercio, y ella y sus hermanos menores decidieron venir a Catalu?a. "Badalona no nos gust¨®, demasiado grande, y nos espabilamos para buscar trabajo y estudios aqu¨ª". Ahora est¨¢ en contra de la decisi¨®n municipal. "El alcalde dice que la gente lo pide, que si no va a perder votos. Entonces, ?si la sociedad dice que nos echen a todos fuera, tambi¨¦n lo va a hacer?", se pregunta Anssumane. "Esto no es un juego, necesitamos pol¨ªticas de integraci¨®n reales. Nosotros tenemos que hacer esfuerzos para aprender la cultura, el idioma, las costumbres y las normas de comportamiento para poder convivir all¨ª donde vamos, pero la gente de aqu¨ª tambi¨¦n tiene que esforzarse en entendernos". Anssumane no cree que por ahora Vic est¨¦ preparada para una sociedad multicultural pero conf¨ªa en que en un futuro ser¨¢ as¨ª, s¨®lo es cuesti¨®n generacional. Quiz¨¢s la generaci¨®n de Amandeep est¨¢ marcando este camino.
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