La tensa espera del capital riesgo
El sector tiene 10.000 millones listos para invertir cuando la econom¨ªa se recupere
"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", escribi¨® Pablo Neruda. Al capital riesgo (private equity) le sucede algo similar. Espera que los n¨²meros de 2010 no se parezcan a los de 2009. El ejercicio pasado fue muy cruel. El volumen de inversi¨®n se contrajo un 47%, pasando de los 3.026 millones de euros invertidos en 2008 a los 1.617 millones contabilizados durante 2009, una cuant¨ªa similar a la de 2004.
Sin embargo, tras la tormenta, parece que amainar¨¢. "Veremos en Espa?a una tercera revoluci¨®n industrial, que durar¨¢ los pr¨®ximos tres a?os. Y aqu¨ª entrar¨¢ con fuerza el capital riesgo, pues no hay que olvidar que existen 5.000 millones de euros en fondos nacionales, y otro tanto en extranjeros, disponibles para acometer inversiones", dice David Cano, director general de Afinet Global EAFI.
Se esperan las salidas a Bolsa mediante OPV de Telepizza, Amadeus y Mivisa
Tras un desastroso 2009, las firmas de capital riesgo esperan buenas cifras en 2010
"Las compras en 2010 y 2011 ser¨¢n las m¨¢s rentables de los ¨²ltimos a?os", asegura Jos¨¦ Parejo, responsable de relaciones con los inversores de N+1 Capital Privado. "Este a?o veremos diez o quince operaciones y habr¨¢ que estar, s¨ª o s¨ª, en alguna", afirma Mikel Bilbao, socio responsable de capital riesgo de GBS Finanzas.
Adem¨¢s, "durante el a?o pasado, debido a la crisis, ha habido muchos empresarios que han consumido el enorme capital que hab¨ªan acumulado, y esto har¨¢ que las operaciones se faciliten", dice Jaime Hern¨¢ndez, socio de MCH Private Equity Asesores.
Parece, pues, que hay se?ales esperanzadoras. "Las entidades financieras ser¨¢n menos r¨ªgidas a la hora de financiar las adquisiciones y se dejar¨¢ sentir la recuperaci¨®n de la actividad empresarial", prev¨¦ Carlos L¨®pez, de Confivendis. Con estos pilares, el capital riesgo deber¨ªa encarar mejores tiempos. Las nuevas estrategias ya se van perfilando.
"Es un entorno favorable para los equipos de private equity que hayan demostrado capacidad para promover proyectos ambiciosos en ambientes complejos y que tengan respaldo de inversores s¨®lidos", prev¨¦ ?lvaro Mari¨¢tegui, consejero delegado de la firma de capital riesgo Nazca, que recientemente levant¨® un fondo (Nazca III) de 116 millones de euros.
A todo esto se suma la "liquidez brutal que tiene el sistema", dice Malcolm Lloyd, socio responsable de private equity de PricewaterhouseCoopers. Seg¨²n sus c¨¢lculos, en el mundo hay 450 billones de euros disponibles para invertir en esta actividad. "Y hay que considerar", agrega, "que muchos fondos llevan dos a?os sin invertir y hay un gran apetito por hacerlo. Por lo que la b¨²squeda de oportunidades es intensa".
Los favorecidos en este escenario pueden ser, a juicio de F¨¦lix Guerrero, director general de GED Iberian Private Equity, los fondos que en la jerga se denominan middle y small market (mediano y peque?o tama?o), puesto que "los inversores est¨¢n mostrando preferencia por este tipo de veh¨ªculos debido a su menor apalancamiento". En la pr¨¢ctica se espera que los m¨²ltiplos de endeudamiento de las operaciones no lleguen a los niveles de los a?os anteriores y se estabilicen entre tres y cuatro veces el Ebitda (beneficio bruto de explotaci¨®n).
En este segmento medio se "podr¨¢ entrar en operaciones muy interesantes, pues son las que m¨¢s potencial tienen al afectar a compa?¨ªas que s¨®lo pueden financiarse con equity
. Y la crisis ha dejado vivas s¨®lo a las mejores", dice Javier Rivero, director de Valsart y fundador de M?bius.
Un panorama m¨¢s complicado se abre, seg¨²n Rivero, para las star-up (compa?¨ªas peque?as creadas por emprendedores) y las grandes empresas. Las primeras, si quieren encontrar financiaci¨®n, deber¨¢n recurrir a proyectos con poco personal y planes de negocio muy ajustados. "Dos caracter¨ªsticas que s¨®lo se hallan en iniciativas relacionadas con Internet", precisa. Y las segundas, "al no tener acceso a la deuda, o se tiene un poder muy importante de inversi¨®n o no es posible entrar en la compa?¨ªa", concluye el experto.
Todo esto tambi¨¦n significa que el sector est¨¢ recuperando cierta cordura, tanto en las ratios de endeudamiento como en las rentabilidades que se persiguen. "Los vendedores ya no hablan de conseguir m¨²ltiplos del 15%, los targets son mucho m¨¢s realistas", aclara Mikel Bilbao.
Aunque hay quien, como Dominique Barthel, directora general de Ascri (Asociaci¨®n Espa?ola de Entidades de Capital Inversi¨®n), pone freno a tanta euforia. "La inversi¨®n se relanzar¨¢ poco a poco. Veremos operaciones de peque?o o mediano tama?o. Sobre todo de capital expansi¨®n
[firmas que est¨¢n en una fase de crecimiento muy r¨¢pido] y buy outs
[adquisici¨®n de una compa?¨ªa por sus gestores] menos apalancadas que a?os anteriores".
Otro signo de identidad de estos nuevos tiempos es que durante 2010 habr¨¢ m¨¢s desinversiones a trav¨¦s de Bolsa. "Est¨¢n pendientes las salidas al parqu¨¦, mediante una OPV, de
Telepizza, Amadeus y Mivisa", vaticina Malcolm Lloyd. Y esto es algo importante para el sector, y a la vez un cambio radical respecto a 2009, que ha estado parado en estas operaciones. "Eso s¨ª", a?ade, "esta industria tiene el reto de ganarse la confianza del mercado. Debe gestionar con ¨¦xito las desinversiones para demostrar su capacidad de manejar la cartera en ¨¦poca de crisis".
"En este escenario hay oportunidades. Aunque a¨²n no es el momento de las compa?¨ªas c¨ªclicas", advierte Parejo, "hay opciones en alimentaci¨®n, sanidad y medios de comunicaci¨®n. Eso s¨ª, tan importante a la hora de seleccionar la inversi¨®n como el sector ser¨¢ el equipo directivo".
La inversi¨®n en private equity est¨¢ pensada para grandes jugadores, que son capaces de asumir el riesgo que corren y entender las singularidades del producto. Pues tiene serias restricciones, como su imposibilidad de invertir en el sector financiero y en el inmobiliario. Y su iliquidez.
Es una herramienta de minor¨ªas. La entrada en esta industria "por derecho", como la define un experto, o sea, sin productos intermedios, necesita de una inversi¨®n que oscila entre un mill¨®n y 1,5 millones de euros. Y en esta partida juegan inversores institucionales, mutuas, aseguradoras, multifamily office... que tienen suficiente m¨²sculo para aguantar la inversi¨®n entre cinco y siete a?os (tiempo medio que se tarda en desinvertir).
Aunque hay algunas f¨®rmulas m¨¢s accesibles, como participar a trav¨¦s de fondos de inversi¨®n o planes de pensiones. Pero con restricciones. Estos ¨²ltimos, por ley, s¨®lo pueden destinar un m¨¢ximo del 20% de su cartera a private equity. Y en el caso de los fondos, los denominados de inversi¨®n libre (hedge funds) permiten, a partir de cantidades por debajo de 50.000 euros, invertir en esta herramienta.
Pero no hay que olvidar que "a pesar de estas f¨®rmulas m¨¢s asequibles, estos productos no est¨¢n pensados para un peque?o inversor. Son instrumentos sofisticados", advierte Francisco Neri, socio de Finenza. Una reflexi¨®n similar se puede hacer con los fondos de capital riesgo, cuya barrera de entrada son unos 250.000 euros y donde destacan instrumentos como Altamar o Arcano.
Conscientes de estos riesgos y limitaciones, otro camino para el ahorrador es apostar directamente por empresas cotizadas de private equity. Ah¨ª est¨¢n Dinamia (la ¨²nica que lo hace en el parqu¨¦ espa?ol), 3i, Denedin,
Electra, Graphite... "Esta opci¨®n me convence menos porque lo que de verdad est¨¢s haciendo es invertir en la propia compa?¨ªa, no en capital riesgo", sentencia David Cano, de AFI.
![Las salidas a Bolsa animar¨¢n la actividad del capital riesgo, que en 2009 fue muy pobre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/R7AI3D6BH4CVF37B6CFC6KKTLU.jpg?auth=836b87f499b902aa379b657336e4cbe9aef665a630f9839054a32002a9112c0e&width=414)
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