La vuelta de Paul Volcker

Paul Volcker es una especie de h¨¦roe para Wall Street por c¨®mo lidi¨®, a comienzos de los a?os 1980 desde la Reserva Federal, con los problemas inflacionistas que acusaba la econom¨ªa de EE UU. O al menos lo era antes de que el presidente Barack Obama decidiera apoyarse en ¨¦l para su nueva estrategia de ataque contra los guardianes del sector financiero.

Volcker, a sus 82 a?os de edad, preside el Consejo Asesor para la Recuperaci¨®n Econ¨®mica, creado por Obama para desarrollar ideas y sacar a EE UU de la peor crisis desde la Gran Depresi¨®n. Sirvi¨® como presidente del banco central m¨¢s poderoso del mundo con Jimmy Carter y Ronald Reagan (1979-1987). Antes, presidi¨® la Reserva Federal de Nueva York y trabaj¨® para el Tesoro.

Es f¨¢cil distinguirlo entre el equipo de consejeros que acompa?a a Obama en sus apariciones p¨²blicas. "El hombre alto detr¨¢s de m¨ª", dijo el presidente el jueves cuando present¨® su nueva iniciativa, que ya es bautizada en el parqu¨¦ como la Volcker Rule. Ya antes de llegar a la Casa Blanca, ech¨® mano de su experiencia para definir su programa econ¨®mico de campa?a. Obama lo mantuvo cerrado en el armario hasta el jueves. Volcker es de ideas fijas. Durante ¨²ltimo a?o fue muy cr¨ªtico con los grandes bancos. Su receta para prevenir otra crisis como la vivida tras el colapso de Lehman Brothers pasa por reinstaurar la conocida como Ley Glass-Steagall, por la que en 1933 se partieron los bancos, para separar el negocio de banca comercial del de inversi¨®n.

Igual que se le alaba la forma en la que mantuvo la inflaci¨®n a raya, tambi¨¦n se le considera responsable del brutal alza de tipos que hundi¨® antes a EE UU en la peor recesi¨®n que se hab¨ªa visto desde el crack de los a?os 1930. Y como le sucede a Ben Bernanke, fue v¨ªctima de una fuerte oposici¨®n pol¨ªtica que puso en vilo su reelecci¨®n para un segundo mandato en la Fed.

A pesar de su agresiva idea para afrontar la crisis, en Wall Street se le respeta. Y no son pocos los economistas que se preguntan por qu¨¦ Barack Obama no lo sac¨® antes a escena.