Quiero que se hable de mi libro
Los lectores menos j¨®venes recordaran una an¨¦cdota que se produjo hace ya muchos a?os en televisi¨®n, cuando un destacado y excelente escritor se torn¨® airado y reproch¨® p¨²blica y bruscamente a la presentadora que en el programa en directo al que hab¨ªa sido invitado se hablara de cosas a su juicio intrascendentes pero que no se hablaba de "su libro". Se mont¨® una buena.
Al PNV le est¨¢ pasando algo parecido en relaci¨®n con la pol¨ªtica vasca: Que no se habla de lo suyo y, como aquel admirado literato, reacciona indignado porque no nos ocupamos, como a su juicio debi¨¦ramos, de aquello que constituye el n¨²cleo de sus propias preocupaciones que, una vez m¨¢s, confunde con las de todo el pa¨ªs.
El PNV se pone de los nervios porque el pa¨ªs ya no habla su idioma pol¨ªtico
Las primeras reacciones del PNV tras perder el poder fueron estrafalarias
Las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas constituyeron una enorme sorpresa para el PNV. Mejor dicho, fueron el inicio de una cadena de sorpresas que continu¨® con el nombramiento de un lehendakari socialista y m¨¢s tarde con la formaci¨®n de un Gobierno vasco no nacionalista. Lo incre¨ªble para ellos se hac¨ªa realidad.
Sus primeras reacciones resultaron tan estrafalarias que no defraudaron a los amigos de la an¨¦cdota, desde aquello del "golpe institucional", o -a¨²n lo recuerdo- una rueda de prensa impagable en la que reivindicaron su derecho a nombrar al nuevo director general de EiTB, como si no hubiese un nuevo Gobierno vasco. No me extender¨¦ para que no me acusen de recrearme en algunas actitudes que como m¨ªnimo resultaron rid¨ªculas.
La sociedad vasca tuvo el buen gusto de disculpar aquellas primeras reacciones pero la cadena de sorpresas para el PNV no se ha detenido desde marzo: Resulta que el Gobierno vasco del lehendakari L¨®pez es el m¨¢s s¨®lido desde hace muchas d¨¦cadas; resulta que la tranquilidad ha desmentido una reacci¨®n social airada que no s¨¦ si esperaban o deseaban y, lo peor de todo para ellos: resulta que el Gobierno toma decisiones, logra acuerdos con los agentes sociales, impulsa iniciativas razonables contra la crisis, busca y encuentra apoyo en la ¨¦lite econ¨®mica e industrial y plantea un nuevo contrato entre vascos para impulsar la calidad de vida, la competitividad y el empleo. Y el PNV ve asombrado que todo esto se hace sin hablar de lo suyo, sin hablar su "su libro".
En ese libro que reclaman que sea gu¨ªa de cualquier gobierno no hay, por supuesto, una l¨ªnea para la crisis, nunca la hubo puesto que cuando gobernaban incluso se negaba tercamente que fuese a afectarnos mientras hoy sabemos que el paro ya aumentaba entonces en Euskadi. Pero eso s¨ª, hay tomos enteros dedicados al mapa del tiempo de ETB, a las ikurri?as de las hombreras de nuestros ertzainas o a las banderas en la fachada de Ajuria Enea. Y hay mucho espacio para la deslegitimaci¨®n del Estatuto que ha hecho de Euskadi una aut¨¦ntica comunidad pol¨ªtica. En esos asuntos es donde est¨¢ su sensibilidad, en ellos est¨¢n c¨®modos y por eso reclaman que esos temas sean el centro del debate pol¨ªtico. Pero ya no es as¨ª ni va a serlo.
En ocho meses el Gobierno vasco del lehendakari L¨®pez ha logrado m¨¢s acuerdos, incluso con el propio PNV, que los que logr¨® Ibarretxe en 10 a?os. Eso es lo que importa. Se han firmado acuerdos de colaboraci¨®n in¨¦ditos con Navarra, Cantabria, La Rioja, Asturias y hasta con Aquitania, facilitados sin duda por una actitud nueva de respeto por la legitimidad de nuestros vecinos. Se han puesto en marcha ayudas para que las empresas aguanten y superen la crisis y se est¨¢ replanteando tambi¨¦n el modo de hacer una Administraci¨®n vasca m¨¢s delgada y eficiente.
Adem¨¢s, el lehendakari plantea seriamente una reflexi¨®n sobre la excelencia en nuestro sistema educativo y no habla solo de los modelos ling¨¹¨ªsticos. Promueve un cambio en el que fuera excelente servicio vasco de salud para que se adapte mejor a las necesidades de una poblaci¨®n afortunadamente m¨¢s longeva y tambi¨¦n impulsa un concepto del derecho a las ayudas sociales como una v¨ªa de integraci¨®n laboral y social y no solo como un subsidio ciego.
Dejo aparte el asunto quiz¨¢s m¨¢s grave de la pol¨ªtica vasca en el que realmente todos estamos de acuerdo y en el que los avances son tambi¨¦n evidentes: La lucha contra ETA y su mundo, la deslegitimaci¨®n de toda actitud justificadora del terrorismo, la exclusi¨®n de los violentos de la vida pol¨ªtica y la recuperaci¨®n del reconocimiento y la memoria p¨²blica de las v¨ªctimas. ETA, aunque activa, ha sido derrotada pol¨ªticamente y el discurso filoterrorista ha perdido completamente una iniciativa que la sociedad democr¨¢tica ha recuperado definitivamente.
Han sido muchos cambios en muy poco tiempo, muchos y profundos, tanto que est¨¢n cambiando poco a poco las prioridades y las agendas pol¨ªticas en Euskadi. Es lo que alguien llam¨®, no s¨¦ si con fortuna, "la revoluci¨®n de la normalidad" pero que, en todo caso, no encaja con la agenda pol¨ªtica tradicional del PNV.
Son demasiadas sorpresas para un partido que nunca se ha distinguido por entender el pa¨ªs en una clave distinta de la suya propia. Cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s claro que el PNV nunca se plante¨® ni siquiera como hip¨®tesis la posibilidad de perder el poder. Jam¨¢s pensaron un plan B, y se han encontrado con la realidad de que el pa¨ªs se acostumbra con alarmante rapidez a no hablar el mismo idioma pol¨ªtico que ellos. Y, por consiguiente, los nervios se desatan. Los dirigentes del PNV se afanan en negar, con machacona insistencia pero contra toda evidencia, que el Gobierno de L¨®pez tenga un proyecto consistente e integrador. Un proyecto que, sin embargo, cada d¨ªa es m¨¢s visible y que se dirige con toda claridad a afrontar no los problemas inventados sino los reales; los que s¨ª forman parte de la agenda de los ciudadanos
El discurso, comprometido y n¨ªtido, que el lehendakari L¨®pez est¨¢ dirigiendo estos d¨ªas a la sociedad vasca, sin ocultar los problemas y tratando a sus ciudadanos como personas adultas y responsables ha desatado todas las alarmas en un nacionalismo que no parece haber superado todav¨ªa su fase de duelo por la p¨¦rdida del poder pero que, sobre todo, no es capaz de digerir que se deje de hablar de "su libro": de las f¨®rmulas archiagotadas de Juan Jos¨¦ Ibarretxe. ?Se acuerdan?
Jos¨¦ Antonio Pastor es portavoz de los Socialistas Vascos y Secretario General de PSE-EE en Vizcaya.
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