Amar a un animal
Me llega por Internet una de esas t¨ªpicas presentaciones con m¨²sica y fotos. La mayor¨ªa de estos trabajos me parecen pringosamente cursis y bastante penosos, pero ¨¦ste est¨¢ bien hecho. Proviene de C¨¢diz, lo firma una tal Mar¨ªa Larissa y es muy sencillo: una serie de estupendas fotos de fauna salvaje y unas cuantas frases de personajes ilustres sobre los animales. Son unas citas en general bien escogidas, y algunas me parecieron especialmente agudas. Como ¨¦sta del escritor franc¨¦s Anatole France: "Hasta que no hayas amado a un animal, parte de tu alma estar¨¢ dormida".
France, premio Nobel en 1921, era un hombre pr¨®digo en dichos memorables. Yo suelo citar estas palabras suyas: "?Cu¨¢l es la frase m¨¢s bella? La m¨¢s corta". Y ahora mismo recuerdo otra sentencia de France que me encanta: "La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia". Sin embargo, no conoc¨ªa esa reflexi¨®n sobre los animales, y cuando la he le¨ªdo me ha impresionado. Ha sido como reconocer algo que yo ya intu¨ªa, pero que no sab¨ªa de manera consciente porque no hab¨ªa sido capaz de expresarlo. France lo dijo por m¨ª, y ah¨ª me enter¨¦ de lo que me pasaba. Esa es la maravilla de la comunicaci¨®n humana, ese es el milagro de los buenos escritores: resulta que sus palabras nos explican nuestra propia vida.
"Cuanto m¨¢s culta y democr¨¢tica sea una sociedad, menos cruel ser¨¢ con los seres vivos"
Siempre me han gustado los animales, pero no conviv¨ª con uno (no am¨¦ a uno) hasta hace m¨¢s o menos treinta a?os, que fue cuando tuve a mi primer perro. Y s¨ª, Anatole France tiene raz¨®n: a partir de aquel momento, algo se despert¨® en m¨ª. Algo que yo ignoraba se hizo presente. Fue como desvelar una porci¨®n del mundo que anta?o estaba oculta, o como a?adirle una nueva dimensi¨®n. Convivir con un animal te hace m¨¢s sabio. Contemplas las cosas de manera distinta y llegas a entenderte a ti mismo de otro modo, como formando parte de algo m¨¢s vasto. El famoso naturalista David Attenborough me dijo en una entrevista que uno de los momentos m¨¢s intensos y conmovedores de su existencia fue cuando se encontr¨® en mitad de la selva de Ruanda con un gorila de las monta?as, un enorme espalda plateada, y los dos se miraron a los ojos y se reconocieron, por encima del abismo de las especies. En esa mirada cabe el Universo.
Esto no quiere decir, naturalmente, que todos los amantes de los animales sean, por el mero hecho de serlo, gente maravillosa. De todos es sabido que Hitler adoraba a los perros y que sent¨ªa mucha m¨¢s angustia ante la agon¨ªa de una langosta en la cacerola (en el Tercer Reich hubo leyes que prohib¨ªan cocer vivos a los crust¨¢ceos) que ante el gaseamiento de un ni?o jud¨ªo. Y es que el ser humano es una criatura ca¨®tica y enferma, capaz de contradicciones de este calibre. Pero lo que s¨ª parece cierto es lo contrario: que los individuos que son crueles con los animales son muy mala gente. De hecho, una investigaci¨®n multidisciplinar que se hizo en Escocia hace algunos a?os demostr¨® que la mayor¨ªa de los sujetos que hab¨ªan sido denunciados por maltrato animal hab¨ªan cometido tambi¨¦n cr¨ªmenes violentos contra otras personas.
el animalismo, en fin, que es como se denomina el movimiento en pro de los derechos de los otros animales, es un producto moral e intelectualmente refinado. Quiero decir que la conciencia animalista forma parte del proceso de civilizaci¨®n, y que cuanto m¨¢s culta y democr¨¢tica sea una sociedad, menos cruel ser¨¢ con todos los seres vivos. "Un pa¨ªs, una civilizaci¨®n se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales", dec¨ªa atinadamente Mahatma Gandhi (frase tambi¨¦n incluida en la presentaci¨®n de Internet). La Espa?a actual, que tanto alardea de modernidad, sale muy mal parada si la juzgamos siguiendo el dictamen de Gandhi: seguimos siendo b¨¢rbaros, seguimos siendo feroces. ?Para cu¨¢ndo la Ley Nacional de Protecci¨®n Animal, que ha sido reclamada por casi un mill¨®n y medio de firmas, que el PSOE llevaba en su programa electoral y que sigue en el limbo de las promesas incumplidas? D¨¦jame que te diga una ¨²ltima cita del trabajo de la gaditana. Pertenece a George T. Angell, un abogado estadounidense del siglo XIX que fue uno de los pioneros en la lucha animalista, y dice as¨ª: "A veces me preguntan: ?Por qu¨¦ inviertes todo ese tiempo y dinero hablando de la amabilidad con los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre? A lo que yo respondo: Estoy trabajando en las ra¨ªces". S¨ª, hay que trabajar en las ra¨ªces si de verdad aspiramos a ser un poco mejores.
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