El impacto ser¨¢ duradero
Es demasiado pronto para descartar la capacidad de presi¨®n de las instituciones financieras mundiales. Es posible que Goldman Sachs y sus hom¨®logos logren persuadir a los legislativos de que aprueben s¨®lo versiones atenuadas de la regla de Volcker. Pero independientemente de lo que les ocurra a los bancos, el altercado podr¨ªa perjudicar a los mercados financieros durante meses.
A la larga, las rebeliones populares contra los excesivamente ricos pueden resultar buenas para los inversores. La eliminaci¨®n de la aristocracia rural por la Revoluci¨®n Francesa allan¨® el camino a la industrializaci¨®n. El freno a los financieros de hoy, cuya despreocupaci¨®n ante sus exorbitantes ingresos ha provocado en el electorado un fervor revolucionario, podr¨ªa con el tiempo conducir a una econom¨ªa m¨¢s equilibrada y fuerte, y a unos precios de los activos sosteniblemente m¨¢s elevados.
Pero de momento hay tres razones para que los inversores respondan con temor y cautela al repentino e inesperado respaldo que ha dado Obama a la regla de Volcker.
En primer lugar, genera una incertidumbre que no desaparecer¨¢ de la noche a la ma?ana. Las empresas financieras, que seg¨²n un estudio de Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale suponen el 23% de la capitalizaci¨®n burs¨¢til del mundo, se ver¨¢n directamente afectadas. Pero los fondos especulativos (hedge funds) y otros inversores endeudados tambi¨¦n querr¨¢n prepararse para la posibilidad de que la financiaci¨®n escasee m¨¢s y se encarezca.
En segundo lugar, es posible que a un ataque populista le siga otro. En noviembre habr¨¢ unas elecciones importantes en EE UU y otras en el Reino Unido unos meses antes. Los candidatos de todos los partidos pueden ver que los votantes est¨¢n m¨¢s interesados en hacer sufrir a los banqueros que en consolidar los mercados. Los pol¨ªticos podr¨ªan competir para hacer las promesas m¨¢s extremas contra el mundo de las finanzas.
Por ¨²ltimo, la medida unilateral y en apariencia tomada por razones pol¨ªticas impide avanzar en aquello que deber¨ªa preocupar m¨¢s a los inversores: la necesidad de cooperaci¨®n internacional para devolver el equilibrio al sistema financiero mundial. Los l¨ªderes en busca de votos no van a hacer mucho por reducir los desequilibrios comerciales, evitar el proteccionismo o reducir el est¨ªmulo fiscal extremo.
Puede que la crisis crediticia de 2007-2009 est¨¦ superada. Pero la aparici¨®n repentina de la regla de Volcker demuestra que las consecuencias de la crisis siguen haciendo el mundo menos estable.
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