Stradivarius
Calle c¨¦ntrica. En el momento de mayor movimiento comercial, con el coleo de las rebajas y las aceras llenas de gente. Una mujer saca dinero del cajero autom¨¢tico. Junto a ella, dos ni?as de unos cuatro a?os empiezan pelearse entre ellas. En ese momento la madre pierde la paciencia y lo suelta: "Paula, como no te pares quieta, te doy una h... que te arranco la cabeza".
Yo estaba esperando a sacar dinero tambi¨¦n, en una de esas absurdas colas que se forman en la acera de la calle para hacerse con efectivo. Mi primera impresi¨®n fue pensar "qu¨¦ barbaridad, qu¨¦ violencia, qu¨¦ madre m¨¢s horrible". Pero minutos despu¨¦s, cuando las tres se hab¨ªan ido, lo reconsider¨¦: ?qui¨¦n soy yo para juzgar? Quiero decir que no tengo hijos, no tengo ni idea de lo que es aguantar a unos cr¨ªos con sobredosis de az¨²car una tarde de viernes con millones de recados de hacer. No es que diga que la madre era ejemplar, pero desde luego no puedo indignarme al escuchar su desahogo.
La reflexi¨®n de todo esto me llev¨® hacia lo dif¨ªcil que debe ser actuar como "padre moderno". Quiero decir que antiguamente ser padre era un papel estandarizado, con pautas de comportamiento marcadas: come la sopa, no llegues m¨¢s tarde de las diez, castigado sin postre... Pero ahora nos encontramos con que el mundo cambia y parece obligatorio ser un padre "mol¨®n". Afronto el asunto con ligereza y desconocimiento porque lo hago desde la perspectiva de "no padre". Pero es que me aterra la idea de traer al mundo inocentes criaturas que devengan en insoportables monstruos.
Puede que no sea el mejor ejemplo acerca del tema pero me hace gracia. Un fragmento de Supernanny podr¨ªa ilustrarlo mejor pero bueno... El otro d¨ªa viendo Password contempl¨¦ lo siguiente: era un especial navide?o donde los participantes eran chavales de diez o doce a?os, acompa?ados de famosos que daban pistas en las pruebas. Una consist¨ªa en adivinar una palabra oculta gracias a otras palabras relacionadas con ella. El famoso deb¨ªa hacer adivinar a un muchacho la palabra "viol¨ªn". Primera pista. El famoso dice "m¨²sica". El chaval sugiere: "?Piano?". Entonces el famoso da su segunda y definitiva clave: "Stradivarius". El ni?o no lo duda y dice: "Ropa". M¨¢s all¨¢ de una supuesta ignorancia, lo que intu¨ª es que el paradigma cambia. El chaval no se equivoca sino que en su mundo, un mundo que no es err¨®neo sino simplemente diferente, Stradivarius es el nombre de una tienda de ropa. Esto es as¨ª y no hay que echarse las manos a la cabeza sino aceptar que esos ni?os no son incultos, son distintos. Y por muy colegas que queramos ser de ellos, no estamos hechos de la misma pasta. Lo digo porque no hay nada m¨¢s rancio que un padre enrollado que intenta ponerse a nivel coleguilla con su hijo. Una cosa es ser padre y otra ser colega.
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