Cristiano es todo pegada
El portugu¨¦s resuelve para el Madrid con dos goles al M¨¢laga y luego es expulsado por romper la nariz a un rival
No hay quien controle a Cristiano Ronaldo. No lo esposan los rivales, locos por ese torbellino que tan pronto remata a un palmo del portero como suelta un latigazo parab¨®lico desde Marte. No lo controla su entrenador, que se da cabezazos porque ya ha sido expulsado dos veces en media Liga. Ni siquiera ¨¦l mismo es capaz de encauzar tanta furia. A Cristiano no hay quien le pare. Para bien y para mal, tan capaz de matar con dos dianas un partido endemoniado para el Madrid frente al M¨¢laga como de ser expulsado por un rev¨¦s de boxeador a Mtilga, al que rompi¨® la nariz. Como ante el Almer¨ªa, Ronaldo fue principio y fin del Madrid, h¨¦roe y villano. El bien y el mal.
Antes de su agresi¨®n de patio de colegio, el portugu¨¦s hab¨ªa hecho los deberes y echado el cierre al encuentro. Despu¨¦s de tres partidos ligueros sin marcar, saci¨® su sed llevando dos veces el bal¨®n a la red. Luego se le cruzaron los cables, tumb¨® a Mtilga y dej¨® al Madrid en inferioridad defendiendo una ventaja que hab¨ªa cazado como acostumbra, con el martillo pero sin m¨²sica. Cuando la Liga pide cuentas a mitad de ejercicio, el Madrid presenta otra fachada pero el mismo fondo de las ¨²ltimas temporadas. Por m¨¢s purpurina que haya comprado Florentino P¨¦rez, el equipo destila un aire ya conocido en el Bernab¨¦u. M¨¢s que un grupo con sello, el Madrid sigue siendo un equipo de momentos. M¨¢s que un coro, sobresalen los solos de sus futbolistas. Unos ratos de Guti, otros de Cristiano, alguna arrancada de Ramos o el pluriempleo de Lass. Todo demasiado deslabazado, cada pieza por un lado. Como en los viejos tiempos de Capello o Schuster. En Chamart¨ªn sigue sin leerse un gui¨®n. El partido de ayer contra el M¨¢laga era una ¨®pera ya vista. Mucha tiritona, poca posesi¨®n del bal¨®n, el rival que achucha, amaga pero no golpea, y el Madrid que resuelve a lo bruto. Dos golpes, dos goles antes del descanso. Para qu¨¦ m¨¢s.
REAL MADRID 2 - M?LAGA 0
Real Madrid: Casillas; S. Ramos, Albiol, Garay (Marcelo, m. 45), Arbeloa; Lass, X. Alonso, Guti (Granero, m. 67); Kak¨¢ (Ra¨²l, m. 79); Cristiano y Benzema. No utilizados: Dudek, Metzelder, Drenthe y Mosquera.
M¨¢laga: Mun¨²a; G¨¢mez, Gonz¨¢lez, Welington, Mtilga (Portillo, m. 74); Toribio, Fernando; J. L¨®pez (Forestieri, m. 55), Benachour, Duda; Caicedo (Juanmi, m. 63). No utilizados: Arnau, M. Gaspar, E. Ramos, X. Torres.
Goles: 1-0. M. 35. Cristiano empuja el bal¨®n a pase de Kak¨¢. 2-0. M. 39. Guti para Cristiano, que remata de volea desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro: P¨¦rez Lasa. Amarilla a Caicedo, G¨¢mez y Toribio. Roja a Cristiano Ronaldo.
Unos 72.000 espectadores en el Bernab¨¦u. Van Nistelrooy recibi¨® una ovaci¨®n de despedida. Carlos Sainz hizo el saque de honor.
Visto lo visto, Guti debe ser capit¨¢n general en este equipo tan inconsistente
El f¨²tbol del Madrid es comida r¨¢pida, fast food. Pellegrini reuni¨® sobre el campo la mayor acumulaci¨®n de talento de que dispone, con el asterisco de Granero de inicio en lugar de Lass. Pero por muchas bombillas que reuni¨® el entrenador, el Madrid sigui¨® a oscuras, sin luz. Si acaso alg¨²n chispazo de Guti, que visto lo visto debe ser capit¨¢n general en este Madrid. Mientras Lass y Xabi se pisan el terreno, y mientras Kak¨¢ sigue jugando solo contra el mundo, con la cabeza clavada en sus botas, sin encontrar socios, el canterano levanta la cabeza, una lecci¨®n de clarividencia para sus compa?eros. Y una bendici¨®n para Cristiano Ronaldo, siempre a la carga, inagotable e insaciable. De la zurda de Guti sali¨® oro. Primero vio con el rabillo la diagonal de Benzema, y el delantero franc¨¦s activ¨® el tri¨¢ngulo con Kak¨¢ y Cristiano. Un gol relampagueante. Luego adivin¨® la autopista hacia Cristiano, que de frente ajustici¨® a Mun¨²a con violencia.
El M¨¢laga se qued¨® con cara de tonto porque hasta entonces hab¨ªa firmado un ejercicio bien aseado que dej¨® a Pellegrini resoplando y a Cristiano gritando a Kak¨¢: "?Hay que abrir el campo!". El equipo andaluz apret¨® las tuercas en el centro del campo a un Madrid sin br¨²jula, m¨¢s tendente al pelotazo que a tejer con calma. Nada nuevo en un equipo que en media Liga ha dado mil pases menos que el Bar?a. Duda encim¨® a Xabi y Caicedo, pescado en el mercado de invierno, descolg¨® con su corpach¨®n de p¨²gil a los defensas. Casillas recogi¨® un rechace del larguero tras peinar Xabi con el flequillo un centro de Duda, y luego el meta ejerci¨® de cabeceador para despejar fuera del ¨¢rea un lanzamiento inocente de Javi L¨®pez. Mientras el Madrid se part¨ªa, el M¨¢laga se estiraba como un acorde¨®n. Claro que luego se qued¨® varado cuando merode¨® a Casillas.
Al Madrid le bast¨® con el plan contrario. Sin vara de mando, encar¨® el ¨¢rea de manera alocada. Y cuando intent¨® el juego horizontal, apenas escarb¨® en la defensa contraria. Pero el castillo del M¨¢laga cay¨® con todo su peso cuando Cristiano dijo aqu¨ª estoy yo. El portugu¨¦s abofete¨® al M¨¢laga y, no contento con tanto protagonismo, decidi¨® aparecer tambi¨¦n en el parte de incidencias. Para entonces el M¨¢laga hab¨ªa bajado ya los brazos, rendido, c¨®mo no, a Cristiano, un tipo que es todo pegada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.