Empadronar
Empadronar o no empadronar. ?se es el dilema que parece angustiar a nuestros alcaldes, a nuestros partidos y a nuestros gobernantes, a juzgar por la escandalera que se ha montado en torno a la decisi¨®n con marcha atr¨¢s adoptada por el Ayuntamiento de Vic (gobernado por una coalici¨®n contra natura de convergentes y tripartitos), que primero decidi¨® denegar el empadronamiento de los inmigrantes irregulares, a fin de contrarrestar electoralmente la xenofobia populista de su oposici¨®n, pero luego renunci¨® a ello, tras el informe adverso de la Abogac¨ªa del Estado requerido por el Gobierno central. Con ello todas las formaciones pol¨ªticas se han lanzado a un agrio debate de acusaciones cruzadas, denunciando airadamente las contradicciones ajenas en materia de pol¨ªticas de inmigraci¨®n, pero silenciando las propias. Pues la verdad es que todos incurren en ellas, dudando como Hamlet entre obedecer lo previsto en la restrictiva Ley de Extranjer¨ªa (aprobada el pasado 29 de octubre por el PSOE y los nacionalistas), que obliga a internar y expulsar a los inmigrantes irregulares, o seguir aplicando la resoluci¨®n en vigor (firmada en 1997 por el entonces ministro de Administraciones P¨²blicas, Mariano Rajoy), que obliga a los ayuntamientos a empadronar a todos sus residentes, tanto legales como irregulares, para poder reconocer y garantizar sus derechos sociales (salud, educaci¨®n, vivienda, asistencia, etc.).
Este Gobierno es el mismo que hace un a?o se sum¨® a la directiva europea "de la verg¨¹enza"
Con lo cual se dir¨ªa que los papeles est¨¢n cambiados, pues aquel PP que hace 13 a?os regul¨® con total permisividad el coladero del empadronamiento a granel (una licencia que no existe en ning¨²n otro Estado de la UE), incentivando la inmigraci¨®n de mano de obra barata para dar inicio as¨ª al boom de la construcci¨®n, es el mismo PP que hoy, cuando la inmigraci¨®n se ha detenido a causa de la crisis inmobiliaria, reclama por el contrario el cierre de la ventanilla del empadronamiento con el pretexto de que "aqu¨ª no cabemos todos". Y en el caso del PSOE su contradicci¨®n no es menos flagrante, aunque s¨ª mucho m¨¢s reciente, pues el partido de Gobierno que ahora reclama empadronamiento para todos es el mismo que hace s¨®lo un a?o promovi¨® la aprobaci¨®n de una nueva reforma de la Ley de Extranjer¨ªa para endurecerla y hacerla m¨¢s represiva contra los inmigrantes irregulares, a quienes la polic¨ªa tienen orden de detener para cubrir las cuotas de capturas fijadas por sus mandos. Pero no s¨®lo eso, pues este Gobierno que ahora aboga por los derechos de los irregulares es el mismo que hace un a?o no s¨®lo se sum¨® a la aprobaci¨®n en el Parlamento Europeo de la directiva "de la verg¨¹enza" contra la inmigraci¨®n irregular, sino que adem¨¢s firm¨® con Sarkozy un pacto hispano-franc¨¦s contra la regularizaci¨®n de inmigrantes. ?Qu¨¦ revela esta contradicci¨®n? ?Un dilema hamletiano o hipocres¨ªa pura y dura?
No, s¨®lo se trata de tacticismo. Convergentes y populares pugnan en Catalu?a por desactivar la agenda electoral de la candidatura xen¨®foba PxC con el simple expediente de sumarse a ella para hacerla suya. Y al Gobierno central le ocurre algo parecido. Como carec¨ªa de gui¨®n propio para su segunda legislatura, opt¨® en un comienzo por desactivar la oposici¨®n del PP rob¨¢ndole su programa, aunque ello supusiera rectificar en toda regla la anterior regularizaci¨®n de inmigrantes acometida por el ministro de Trabajo Caldera. Por eso nombr¨® como nuevo titular de esa cartera a Celestino Corbacho (un ex alcalde catal¨¢n acostumbrado a lidiar con los inmigrantes de L'Hospitalet de Llobregat, como el de Vic, que ahora quer¨ªa restringirles el padr¨®n), imparti¨¦ndole el encargo de endurecer la pol¨ªtica de inmigraci¨®n. Pero luego lleg¨® el brutal impacto de la crisis, que no s¨®lo ha destruido dos millones de empleos sino que tambi¨¦n ha hundido el prestigio de Zapatero, arruinando su cr¨¦dito pol¨ªtico y quebrando la confianza que los electores depositaban en ¨¦l. Lo cual le ha obligado a rectificar de nuevo, tratando de invertir la deriva de unas encuestas que cada vez le son m¨¢s adversas. Por eso ahora ha aprovechado que el Llobregat tambi¨¦n pasa por Vic para recuperar su anterior papel de buenista mayor del reino, con la esperanza de que el PP entre al trapo y recaiga en el populismo xen¨®fobo. As¨ª Zapatero podr¨ªa recuperar el lema que le granje¨® su reelecci¨®n: "Si t¨² no vas (a votar), ellos (el PP) vuelven".
Pero el fondo de la cuesti¨®n sigue sin resolverse. Los ayuntamientos empadronan a todos alegremente para poder incrementar as¨ª los recursos de su hacienda, dada la escasez de la financiaci¨®n local. Y mientras tanto los servicios sociales de todo el pa¨ªs est¨¢n absolutamente atascados, sin poder dar abasto atendiendo inmigrantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.