?Que no nos quiten el drag¨®n!
Los vecinos de La Elipa se movilizan para evitar el derribo de una escultura que consideran un s¨ªmbolo del barrio - Su futuro se decidir¨¢ en un concurso
"Quedamos en el drag¨®n a las cinco". "Coges el 28 y te bajas en la parada del drag¨®n". "Subes por Marqu¨¦s de Corbera y giras donde el drag¨®n". Y as¨ª tantas y tantas tardes de juegos, visitas de amigos y familiares, paseos sin rumbo fijo, citas rom¨¢nticas, botellones adolescentes... En realidad, no es m¨¢s que un trozo de hormig¨®n, bastante tosco, feo incluso. Tiene los colmillos oxidados, la cola despintada, el vientre descamado y tapiado. Pero el drag¨®n de La Elipa, una escultura creada como juego infantil hace tres d¨¦cadas, significa mucho para el barrio. Tanto que los vecinos, ante las noticias de que podr¨ªa desaparecer bajo la piqueta, se han movilizado como no se recordaba desde la ¨¦poca m¨¢s arrebatada del movimiento vecinal.
"?Nuestra Cibeles, nuestro Neptuno!", exclama virtualmente Raquel Alonso, en una p¨¢gina de Facebook llamada Firmas por la protecci¨®n del drag¨®n de La Elipa. Ya tiene 3.280 miembros. "?Mi abuelo nos llevaba a mi hermano y a m¨ª a jugar a ese drag¨®n! ?Qu¨¦ recuerdos!", a?ade Sonia Garc¨ªa. Los hay que se lo creen, como Laura S¨¢nchez: "?Pero es que lo quieren quitar? ?Y d¨®nde va a quedar la gente ahora?" Es un s¨ªmbolo de La Elipa, coinciden los vecinos. Su icono m¨¢s representativo, ilustra en la Wikipedia la entrada sobre este barrio nacido al calor de las construcciones de protecci¨®n oficial en los a?os sesenta y setenta, aupado por el ¨¦xodo rural y la llegada de mano de obra a una capital con poca vivienda digna para tanto nuevo inmigrante.
La preocupaci¨®n lleg¨® tras el ¨²ltimo pleno del a?o pasado. Una proposici¨®n del grupo socialista en la Junta de Distrito de Ciudad Lineal ped¨ªa "la realizaci¨®n de un concurso de proyecto escult¨®rico para sustituir el actual drag¨®n, que parece irrecuperable". La vocal socialista mencion¨® la palabra "derribo". El portavoz popular insisti¨® en su "estado lamentable". Populares y socialistas votaron a favor; IU, en contra. Abundando en el t¨®pico, saltaron todas las alarmas. ?Desaparecer¨¢ el drag¨®n? No, si los vecinos pueden evitarlo. De momento, la pol¨¦mica se ha colado en las conversaciones. "De aqu¨ª el drag¨®n no lo quitan", afirma, la mirada desafiante, Ascensi¨®n Sobrino, de 73 a?os, sentada con su marido Carmelo en una de las mesas del parque que preside el monstruo sedente. Carmelo, que como Ascensi¨®n lleva 47 a?os en el barrio, lo ratifica: "Nadie quiere que se lo lleven".
El drag¨®n ya no es lo que era. Los ni?os sol¨ªan subirse a su lomo, colarse en sus entra?as, pasar entre sus fauces y dejarse caer por su lengua-tobog¨¢n. Hace tres a?os la anterior concejal de distrito decidi¨® tapiarlo. No cumpl¨ªa las normas de seguridad de los juegos infantiles. Tampoco es una obra de arte, por lo que no est¨¢ catalogado como monumento. Pero los vecinos lo quieren donde est¨¢. Que lo rehabiliten, pide la asociaci¨®n de vecinos La Nueva Elipa. "O que lo arreglen, o que lo quiten. No puede seguir en esas condiciones. Es inseguro", opina el quiosquero Antonio M¨¢rquez, que lleva 22 a?os levantando la persiana frente al drag¨®n. Ha visto jugar en ¨¦l a generaciones de ni?os. Tambi¨¦n ha visto c¨®mo, por las ma?anas, aparec¨ªan dentro del drag¨®n jeringuillas, botellas rotas y toda clase de porquer¨ªas.
"Era un vertedero", confirma Pedro Gonz¨¢lez. "Entraban a hacer de todo". Su hija Paula, de nueve a?os, a¨²n recuerda haberse tirado por el tobog¨¢n. Y le gustar¨ªa volver a hacerlo. "Que se quede y que lo arreglen", pide su padre, mientras la lleva de la mano hacia la parada del autob¨²s. Desde la junta municipal tratan de tranquilizar a los vecinos: a¨²n no hay nada decidido y se escuchar¨¢ a todo el mundo. Eso s¨ª, el drag¨®n es "irrecuperable" como juego infantil, insisten. La junta est¨¢ redactando las bases del concurso de ideas que decidir¨¢ su futuro. La pol¨¦mica les ha pillado a contrapi¨¦ y a¨²n est¨¢n tratando de documentar el origen del famoso monstruo.
Al parecer fue la propia empresa constructora que urbaniz¨® la zona la que cre¨® el drag¨®n usando un molde. Hubo m¨¢s animales en otros barrios de la periferia, entre ellos una tortuga. Algunos vecinos de la Elipa recuerdan un pulpo gigante, con toboganes en los tent¨¢culos, m¨¢s all¨¢ de la avenida de Daroca, que desapareci¨® hace una d¨¦cada. Creen que el drag¨®n, que ilustr¨® la cortinilla de Barrio S¨¦samo, es de 1981. "Recuerdo cuando lo inauguraron... Qu¨¦ expectaci¨®n. Todos los ni?os del barrio ansi¨¢bamos subir...", recuerda Raquel Garc¨ªa en Facebook. "Es el esp¨ªritu del barrio. No puede desaparecer".
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