Vic como chivo expiatorio
Un golpe de suerte, un regalo del cielo: esto ha sido para muchos la iniciativa del Ayuntamiento de Vic de cuestionar el empadronamiento autom¨¢tico de los inmigrantes irregulares y poner de relieve las contradicciones entre la Ley de Extranjer¨ªa y la de Bases de R¨¦gimen Local. ?Menuda oportunidad gratuita para acreditarse como progresistas, cosmopolitas, humanistas y paladines de los derechos del d¨¦bil! Al conjuro de esta ganga se ha librado, durante las ¨²ltimas semanas, una dura competencia por ver qui¨¦n condenaba con mayor ¨¦nfasis y dureza al equipo de gobierno vicense y a la sociedad que lo apoya.
Toda clase de enviados especiales han escrutado por calles y bares para, a falta del menor brote conflictivo, medir la frialdad de las miradas o la intensidad de los silencios del vecindario aut¨®ctono hacia los for¨¢neos. Peri¨®dicos que envenenan d¨ªa a d¨ªa la relaci¨®n Catalu?a-Espa?a han vinculado la postura del Consistorio de Vic con la consulta independentista del pasado diciembre, para confirmar as¨ª el car¨¢cter intr¨ªnsecamente reaccionario del nacionalismo catal¨¢n. La direcci¨®n estatal del Partido Popular inst¨® rauda a los municipios a empadronar sin distinciones..., fingiendo ignorar lo que ocurr¨ªa en Torrej¨®n de Ardoz, o lo que dice y promete desde hace un lustro su l¨ªder en Badalona, Xavier Garc¨ªa Albiol. Incluso la Generalitat valenciana -s¨ª, la que preside Francisco Camps- caz¨® al vuelo la ocasi¨®n de darse un barniz de respetabilidad, e hizo p¨²blico un comunicado de reproche y rechazo a la propuesta del Ayuntamiento de Vic, como si Valencia tuviera en ello alguna jurisdicci¨®n.
Gentes que no han pisado jam¨¢s Vic han tenido la desfachatez de comparar la situaci¨®n all¨ª con la Alemania nazi
Gentes que no han pisado jam¨¢s Vic ni sabr¨ªan situar la ciudad en el mapa, personas que lo ignoran todo sobre el trabajo de integraci¨®n escolar y social desarrollado en la capital de Osona durante la ¨²ltima d¨¦cada -pienso en el l¨ªder de Izquierda Unida, Cayo Lara, y en el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra- han tenido la desfachatez de comparar la situaci¨®n all¨ª con la Alemania nazi, y de imputar a aquel Consistorio "posiciones ultras y xen¨®fobas" y el deseo de "institucionalizar el odio". En su estela, desde el ilustre -pero, esta vez, poco reflexivo- Colegio de Abogados de Barcelona hasta una tropilla de profesionales del antirracismo se lanzaron en tromba -en tromba preventiva- a verter acusaciones de "discriminaci¨®n", "xenofobia" y "criminalizaci¨®n" del inmigrante, como si el alcalde Vila d'Abadal hubiese propuesto establecer el apartheid. Y el broche de oro: Rodr¨ªguez Zapatero en Estrasburgo, haci¨¦ndose el matasiete del progresismo europeo para proclamar: "el pa¨ªs que presido no va a consentir que, por un truco de un Ayuntamiento, haya seres humanos sin asistencia sanitaria o sin derecho a asistir a la escuela". Conmovedor; pero entonces, ?por qu¨¦ no aprovecha la presidencia de la UE para promover una nueva regularizaci¨®n masiva? ?Tal vez porque no quiere arruinar sus ya malas perspectivas electorales?
Bien, a fecha de hoy, la pol¨¦mica est¨¢ cerrada: como el macho cabr¨ªo de los antiguos hebreos, Vic ha cargado simb¨®licamente con las tensiones, los miedos, los problemas reales que suscita la inmigraci¨®n a gran escala; y los dem¨¢s hemos quedado en paz con nuestra buena conciencia de antirracistas y tolerantes a tope..., siempre que los inmigrantes permanezcan algo alejados de nosotros. El Gobierno catal¨¢n lanza la consigna de "no hacer un uso electoral de la inmigraci¨®n", lo cual, cuando vivimos en campa?a permanente, equivale a proponer la ley del silencio, a querer amordazar un debate cada d¨ªa m¨¢s necesario. Entretanto, el ex alcalde de Roma y otrora gran esperanza de la izquierda italiana, Francesco Rutelli, advierte de que el multiculturalismo "es un callej¨®n sin salida", y el probable pr¨®ximo premier brit¨¢nico, David Cameron, plantea un frenazo dr¨¢stico a la inmigraci¨®n. Pero, claro, tanto Rutelli como Cameron deben de ser unos despreciables xen¨®fobos, pr¨¢cticamente unos nazis...
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