Pepe Berchi, decano de los libreros de la cuesta de Moyano
Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez Berchi, uno de los libreros m¨¢s veteranos de Madrid, ha muerto el 27 de enero en esta ciudad a los 83 a?os. Ejerci¨® su magisterio bibli¨®filo desde la caseta 26 de la cuesta de Moyano. En este enclave ataludado, arrimado a la tapia del Jard¨ªn Bot¨¢nico frente al Retiro, Pepe Berchi, como le conoc¨ªan sus amigos y colegas, supervis¨® las lecturas de miles de madrile?os y forasteros que acud¨ªan a ¨¦l en demanda de libros para satisfacer sus afanes.
Con la erudici¨®n que singulariza a los mejores de entre los grandes libreros, Berchi les preguntaba, inquir¨ªa y suger¨ªa, desde la autoridad que le otorgaba su saber y, en numerosas ocasiones, centraba y correg¨ªa las dispersas demandas que le eran formuladas. Y ello para encauzarlas ¨¦l hacia aquello que el demandante en verdad buscaba. As¨ª lo subrayan compa?eros suyos de algunas de las 30 casetas de libros de la cuesta de Moyano -una instalaci¨®n singularmente madrile?a en funcionamiento desde 1925- que resaltan su profesionalidad y amistosa facundia.
Ayud¨® a crear la Feria del Libro Antiguo y de Ocasi¨®n
"En libros de pol¨ªtica, historia y literatura destacaba sobre todos nosotros", comenta su colega ?ngela Barrios, especialista en libros de arte, desde la caseta 18. "Contaba con primeras ediciones de la generaci¨®n del 27 y numerosas joyas, como dos colecciones de crisolines [libritos de peque?o formato muy codiciados]", explica su vecina Carmen. "Hace dos meses, sufri¨® aqu¨ª mismo un episodio lumbar y una ca¨ªda, y desde entonces no levant¨® ya cabeza. Adoraba este sitio y anunci¨® que su distancia de aqu¨ª le causar¨ªa la muerte, como as¨ª ha sucedido", comenta compungida.
Berchi estaba casado con Antonia Gonz¨¢lez y ten¨ªa dos hijos y dos nietos. Lleva instalado en Moyano desde 1941. Acud¨ªa al trabajo a diario en autob¨²s desde su casa de Embajadores. Y, durante toda la semana, permanec¨ªa en pie de las diez de la ma?ana hasta la ca¨ªda del sol. Hab¨ªa heredado la caseta de su padre, distribuidor de una editorial catalana y portero de una finca de Alfonso XII donde ¨¦l naciera en 1926.
Como quiera que su padre estuvo vinculado a Pablo Iglesias, fundador de la Uni¨®n General de Trabajadores, Berchi se vio gratamente contagiado, al igual que lo estuvieron tip¨®grafos, linotipistas y correctores, de la pasi¨®n del l¨ªder socialista por la palabra impresa, pasi¨®n que sign¨® al proletariado y a la burgues¨ªa ilustrada de izquierda durante el siglo XIX y gran parte del XX. De esa misma cultura, heredada de sus mayores, participaba Berchi y la regalaba cada d¨ªa desde su atalaya madrile?a, administrando sus relatos como uno de los m¨¢s preciados dones que emerge desde el mundo del libro.
Hablador, escuchante y laborioso, Berchi represent¨® a sus compa?eros en las principales organizaciones gremiales y aport¨® iniciativas como la de crear la Feria del Libro Antiguo y de Ocasi¨®n, en el paseo de Recoletos, que lleva cumplidas 33 ediciones, as¨ª como los pregones de grandes literatos con los que los libreros jalonan su feria anual coadyuvada, adem¨¢s, por la edici¨®n de alg¨²n precioso texto. Amigo de escritores, maestros, estudiantes, historiadores, pol¨ªticos y bibli¨®filos en general; propietario de una codiciada colecci¨®n de aut¨®grafos, desde el de Octavio Paz al de Dionisio Ridruejo o Rafael Alberti, Berchi trabaj¨® incansablemente por mantener el cr¨¦dito de un soporte cultural, el libro, que lleva m¨¢s de tres mil a?os regalando ideas, emociones y relatos a la humanidad, desde el apretado silencio de sus p¨¢ginas, dispuestas siempre a contar historias y a difundir ideas de las que el librero ahora fallecido fue celoso guardi¨¢n primero y donante pr¨®digo despu¨¦s.
Su vida, longeva como la tradici¨®n manda en el silencioso mundo de la librer¨ªa, extingue el aliento de un valeroso adalid de la palabra escrita, entra?ado en la historia de un Madrid impensable sin su cuesta de Moyano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.