Las variaciones Stoppard

"Lo que diferencia la vida del teatro es que en la vida se necesita tiempo para pensar las r¨¦plicas", dice Tom Stoppard en La realidad, comedia sobre la pulsi¨®n sexual, la necesidad de serle fiel al amor, la importancia de la expresi¨®n bien escogida y de la palabra dada, pero tambi¨¦n sobre como realidad y ficci¨®n se imitan mutuamente. En esta obra, un mismo hecho es narrado por un personaje, escrito por otro, representado a su manera por terceros y vivido de distinto modo por sus protagonistas. A Stoppard le encanta jugar con el teatro dentro del teatro, soltar una frase y escuchar luego sus ecos.

The Real Thing puede traducirse como Realidad, pero tambi¨¦n como Algo aut¨¦ntico, ese algo que Henry, su protagonista, portavoz apenas disimulado de las ideas del autor, anda persiguiendo en el amor y en la escritura. ?l y Annie, actriz en b¨²squeda tambi¨¦n de plenitud afectiva y profesional, son rey y reina en un gran tablero de ajedrez donde Stoppard hace un ingenioso despliegue incesante de maniobras de distracci¨®n.

La comedia sorprende desde su primera escena, desmentida por la segunda (y as¨ª sucesivamente), extra?a en su avance azaroso en apariencia pero lleno de carambolas muy estudiadas, y se sigue con gusto, a pesar de que tiene 30 a?os encima en los que hemos visto muchas de otros autores devotos de la complejidad estructural: fluye estupendamente. Es teatro comercial de nivel: tampoco vayan buscando otra cosa.

Javier C¨¢mara y Mar¨ªa Pujalte est¨¢n m¨¢s que convincentes en la pareja protagonista, aunque su car¨¢cter sea poco brit¨¢nico. La entonaci¨®n de C¨¢mara, su fraseo, tienen algo del de Jos¨¦ Mar¨ªa Pou joven. Juan Codina tiene una primera escena brillante y una continuidad m¨¢s dif¨ªcil: le falta papel. En el ensayo general con p¨²blico, la funci¨®n corri¨® sola y fue re¨ªda generosamente. En el estreno, se ator¨® y no acab¨® de encontrarse con un sector amplio del respetable, que esperaba m¨¢s: algo aut¨¦ntico. Natalia Men¨¦ndez, la directora, le ha metido ritmo y ganas a su montaje, que integra perfectamente escenograf¨ªa y proyecciones, pero quiz¨¢ no ha acabado de dar con su exacto encuadre.