"No s¨¦ si aguantar¨ªa lo que aguanta Pellegrini"
Las l¨¢grimas de Miguel ?ngel Lotina (Me?aka, Vizcaya; 1957) tras la lesi¨®n de Filipe ofrecen pistas sobre la naturaleza de un entrenador que ha conseguido tejer con sus jugadores sentimientos que trascienden lo profesional. "Nunca hab¨ªa llorado por un futbolista", confiesa. Algunos confunden su aire meditabundo con tristeza, pero en la corta distancia es un ameno conversador, un tipo que habla y escucha, cualidad con la que ha seducido a un vestuario que afronta bajo m¨ªnimos el reto de que el Deportivo frene, un a?o m¨¢s, y van 18, al Madrid en Riazor.
Pregunta. ?C¨®mo les afectan las bajas y, en especial, la ¨²ltima, tan traum¨¢tica?
Respuesta. Tenemos la ventaja de estar bien clasificados, pero me preocupa el estado emocional de la plantilla. Debemos dar un paso adelante. No en temas t¨¢cticos, sino en personalidad. No podemos dejarnos caer. Tenemos que seguir vivos hasta que empecemos a recuperar gente.
El Depor es as¨ª: si uno o dos jugadores dejan de ayudar, el conjunto se resiente"
"Valer¨®n necesita estar fresco. Si juega dos partidos seguidos, nota el cansancio"
P. ?Cabe hablar de milagro o de baj¨®n de nivel? El Deportivo ha finalizado la primera vuelta con tres puntos menos que hace 10 a?os, cuando fue campe¨®n. Y est¨¢ a 15 del l¨ªder, el Bar?a.
R. El nivel ha bajado. El Athletic gan¨® al Madrid en San Mam¨¦s y fue una sorpresa, algo insospechado hace a?os. Pero tenemos mucho trabajo detr¨¢s y la tranquilidad que nos da la directiva. No percibimos dudas sobre nuestra labor y eso llega a los jugadores.
P. ?Tiene m¨¢s m¨¦rito ser quinto ahora o tercero con Mauro Silva, Fran y Makaay?
R. Ser quintos ahora. El Depor fue subcampe¨®n y aqu¨ª no se celebr¨®. Yo qued¨¦ cuarto con el Celta y Vigo fue una fiesta. Creo que, si llegamos este a?o a Europa, la afici¨®n lo celebrar¨ªa porque ha asumido el cambio de objetivos de manera admirable. Hace dos a?os ten¨ªamos a gente como Coloccini, Lafita o Wilhelmsom.
P. ?Y ahora qu¨¦ tiene?
R. Un buen sistema defensivo, con muchas ayudas. Es la clave. Tenemos atr¨¢s las mejores individualidades y arriba gente con futuro como Adri¨¢n o Lassad.
P. Delanteros sin gol.
R. Est¨¢n en formaci¨®n. Adri¨¢n es m¨¢s un segunda punta, fr¨ªo, talentoso. Le exigimos finalizar, pero es que no tenemos otro.
P. ?Cu¨¢l es el papel de Valer¨®n?
R. Necesita estar fresco para ser importante. Ahora mismo, si juega dos o tres partidos seguidos, nota el cansancio.
P. ?Puede integrar en su equipo a un futbolista que no defienda por mucha capacidad que tenga para dar un pase de gol?
R. Hoy en d¨ªa, es dif¨ªcil. Somos un equipo de ayudas. Si uno o dos dejan de ayudar, el conjunto se resiente.
P. La gente quiere ver m¨¢s a Valer¨®n, pero, en general, es bastante respetuosa con su labor. ?Siente el aprecio de la afici¨®n?
R. S¨ª. En todos los equipos en los que estuve lo he sentido. Quiz¨¢ en el Celta, cuando llegu¨¦, esperaban a un entrenador medi¨¢tico y lleg¨® Lotina, de Osasuna, y no lo entendieron. Al final, me hicieron un homenaje precioso. En A Coru?a me aceptaron muy bien desde el primer d¨ªa.
P. Sintieron que era un segundo Irureta.
R. Me gusta la comparaci¨®n. ?l trabajaba de manera m¨¢s individual y yo en grupo, pero tenemos bastante en com¨²n. Somos vascos, con una educaci¨®n y una cultura similares. Soy de Me?aka, un pueblo entre Gernika y Bermeo que en el centro tiene el front¨®n, dos bares y el Ayuntamiento. El resto son caser¨ªos desperdigados. All¨ª estuve hasta los 21 a?os.
P. ?C¨®mo es la vida all¨ª?
R. Cuidar vacas y trabajar el campo. He crecido viendo la tenacidad de mis padres y no entiendo que se menosprecie a los que somos de pueblo. Ese aprendizaje es fundamental y en la ciudad no lo tienen.
P. ?C¨®mo se hizo futbolista?
R. Nadie en mi famila lo era. Ni siquiera en Me?aka hubo nunca un futbolista. Pero a m¨ª me encantaba jugar. Con ocho a?os fui a un colegio de frailes y all¨ª vieron que era uno de los mejores.
P. ?Qu¨¦ cualidades ten¨ªa?
R. La mejor definici¨®n la hizo una vez un compa?ero que dijo: "Lotina le pega fatal con la derecha y con la izquierda, es lento, tampoco va de cabeza, pero cerca de la porter¨ªa le pega bien con las dos piernas, es r¨¢pido y de cabeza va de esc¨¢ndalo". Era un delantero listo en el ¨¢rea.
P. C¨®mo t¨¦cnico, ?tambi¨¦n es listo?
R. He tenido que aprender porque, si no, no estar¨ªa en Primera. He cambiado en la forma de entrenar. Ahora est¨¢ todo m¨¢s estructurado, con objetivos claros en lo t¨¢ctico, lo f¨ªsico o lo ps¨ªquico. Los entrenadores ahora son muy estudiosos. El ex jugador que alineaba y pegaba cuatro gritos ya no tiene cabida.
P. ?C¨®mo mejora su formaci¨®n un entrenador? En otros deportes, como el baloncesto, se estilan los clinics, pero en el f¨²tbol no hay esa cultura de compartir.
R. Me encanta decir lo que hago y c¨®mo lo hago, dar charlas... No siempre encuentro reciprocidad, pero he mejorado aprendiendo a conocerme, sabiendo d¨®nde fallo y en qu¨¦ soy fuerte.
P. ?Cu¨¢les son sus fortalezas?
R. T¨¢cticamente, veo muy bien los partidos y me encanta trabajar todas las circunstancias que pueden presentarse. Otra cosa son los aspectos del trabajo diario o preparar los partidos, para lo que no he tenido escuela, pero tengo un gran ayudante, Jos¨¦ Luis Ribera. Tambi¨¦n en lo psicol¨®gico lleg¨® un momento en el que pens¨¦ que no era un buen motivador, que no llegaba a ser un l¨ªder, y por eso recurr¨ª a un psic¨®logo deportivo. Un entrenador necesita ganarse el respeto de sus jugadores.
P. Hay equipos que han ganado sin respetar a su t¨¦cnico.
R. S¨ª, y sin trabajar t¨¢cticamente, pero porque el f¨²tbol no es el balonmano o el baloncesto.
P. No se puede sistematizar.
R. Algo, s¨ª. Incluso las jugadas de ataque. Todos lo hacemos un poco. El que m¨¢s, el Bar?a, pero nadie les neutraliza por su calidad. Tengo diseccionada su manera de atacar. Lo que pasa es que cuando les cierras de una manera abren otra.
P. ?Y el Madrid?
R. Est¨¢ en ello. Nosotros, tambi¨¦n. El Madrid se est¨¢ conjuntando porque empez¨® jugando con seis atr¨¢s y cuatro delante y as¨ª ni se ataca ni se defiende. Ahora ocupa mejor los espacios.
P. ?Hay detr¨¢s un trabajo de entrenador?
R. Sin duda. Adem¨¢s, la exigencia que tiene Pellegrini es tremenda. Le piden que juegue uno u otro y lo est¨¢ sabiendo llevar. Yo no s¨¦ si sabr¨ªa. Igual no tendr¨ªa que cambiar el qu¨¦, sino el c¨®mo, porque en los equipos grandes importa el mensaje. No me gustar¨ªa vivir algunas situaciones que le rodean. Quiero ganar t¨ªtulos, pero tambi¨¦n sentirme a gusto.
P. ?Se vende mal?
R. Igual, s¨ª, pero es que aqu¨ª estoy encantado. No me traen fichajes, pero me hablan claro.
P. ?No le da pena tener al equipo arriba y que no haya recursos para darle un peque?o empuj¨®n?
R. S¨ª. Pido refuerzos, pero el presidente me dice: "Tranquilo, haz lo que puedas". Son dos mensajes. Por una parte, "tranquilo, no hay exigencia de quedar entre los cuatro primeros"; por otra, "haz lo que puedas", es decir, que no hay posibilidades de fichar.
P. ?Ni siquiera tras la lesi¨®n de Filipe le van a traer un lateral zurdo?
R. Lendoiro sabe que queda media Liga y no tenemos jugadores en ese puesto. Est¨¢ la opci¨®n de Del Horno. Vamos a esperar hasta el lunes a ver si es posible.
P. ?Seguir¨¢ en el Depor la temporada que viene? No parece tan animado como hace un a?o.
R. Estoy m¨¢s preocupado, s¨ª. La Primera es muy complicada y lo que no quiero es meterme en l¨ªos. Me gustar¨ªa tener una plantilla competitiva, saber que si se va gente se va a fichar, porque eso de jugar con cinco chavales de la cantera est¨¢ muy bien, pero estamos trabajando con un filial que el a?o pasado descendi¨® a Tercera. Escuchar¨¦ al club y tomar¨¦ una decisi¨®n, pero... ?estoy tan a gusto aqu¨ª! Me fastidiar¨ªa irme.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.