Ruido de cajas en Galicia

Para entender el conflicto que se ha abierto en Galicia a cuenta de las cajas de ahorros se puede empezar por una visita a YouTube. En uno de los v¨ªdeos, un malvado Se?or de las Caixas instalado en los montes de San Caetano (en la sede de la Xunta) forja un mont¨®n de anillos de poder que reparte entre sindicatos, empresarios y directivos para controlar "las oficinas libres del sur". ?l, c¨®mo no, se queda con el anillo "para gobernarlos a todos". Adem¨¢s de hacer gracia, la historia refleja hasta qu¨¦ punto los gallegos se han enrocado en la defensa de sus entidades de ahorro animados por pol¨ªticos que alimentan una especie de duelo Celta-Deportivo.

Tanto se han encendido los ¨¢nimos que hasta el alcalde socialista de Vigo, Abel Caballero, ha convocado una manifestaci¨®n ciudadana, el pr¨®ximo 9 de febrero, contra la fusi¨®n que promueve la Xunta. "No hay otra ciudad en Espa?a que est¨¦ sufriendo una agresi¨®n semejante", proclam¨® en varias ocasiones. Ayer los nacionalistas del BNG tambi¨¦n apelaron a la movilizaci¨®n social, aunque en sentido inverso: contra la pretensi¨®n del Gobierno de recurrir al Tribunal Constitucional la nueva ley gallega de cajas, una acci¨®n que frustrar¨ªa la fusi¨®n a corto plazo. La ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, sospecha que los visos de inconstitucionalidad "van m¨¢s all¨¢ de las cuestiones que provocaron en su d¨ªa el recurso contra la ley madrile?a".

El PP pact¨® con el BNG una ley de cajas que el Gobierno amenaza con recurrir

Las dos entidades representan a los dos polos de poder en Galicia

Desde mayo de 2009, tras la llegada del PP al Gobierno aut¨®nomo, que desbanc¨® a la coalici¨®n entre PSOE y BNG, el debate en la comunidad ha estado acaparado en buena medida por el futuro de Caixa Galicia, partidaria de una uni¨®n, y Caixanova, que se niega en redondo. El presidente, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, impuls¨® en los ¨²ltimos nueve meses el proyecto de integraci¨®n esquivando las consignas de la direcci¨®n nacional del PP, partidaria de unir cajas de distintas comunidades. Fue Rajoy quien dijo en verano que una fusi¨®n en Galicia "obligar¨ªa a cerrar un porr¨®n de oficinas". Basta que haya intervenido el Gobierno de Zapatero para que el l¨ªder del PP cambiase de opini¨®n ayer en Badajoz: "Si se quiere fusionar las cajas de Galicia, estoy de acuerdo. El Gobierno no tiene que poner pegas si sale una entidad solvente".

Entre una declaraci¨®n y la otra, Feij¨®o esper¨®, pidi¨® informes que le dijeron que la fusi¨®n era viable e intent¨® acercar posturas entre los gestores. Al no conseguirlo, con el apoyo de los nacionalistas de izquierda y la oposici¨®n a ¨²ltima hora del PSOE, sac¨® adelante en tiempo r¨¦cord una ley que ha provocado un tsunami en las asambleas de las cajas. En febrero est¨¢ previsto, si un recurso no lo impide, que el 75% de los consejeros cesen. Por primera vez, entrar¨¢n con el 20% de la representaci¨®n personas elegidas por el Parlamento aut¨®nomo, dominado por el PP. El texto rebaja la presencia de entidades locales, fundadoras (entre ellas el Ayuntamiento de Vigo) e impositores, y proh¨ªbe que los cargos p¨²blicos en activo gobiernen las cajas. La Xunta conf¨ªa en que el nuevo equilibrio de poder elimine la resistencia de Caixanova.

Las dos entidades financieras representan a las dos principales ciudades y los dos polos de poder en la comunidad. Caixa Galicia tiene sede en A Coru?a, 883 oficinas, casi 5.000 empleados y un activo de 46.170 millones de euros (a cierre de 2008). Roza, pero no llega, el tama?o que el Banco de Espa?a considera necesario para subsistir tras los procesos que se preparan al calor del fondo de reestructuraci¨®n bancaria (FROB). Al sur, en Vigo (la ciudad m¨¢s poblada e industrial) est¨¢ Caixanova. Mucho m¨¢s modesta en activos, 26.031 millones, tiene 577 oficinas y 3.464 empleados.

Ninguna de las dos puede seguir sola. La crisis las ha dejado tocadas, sobre todo por las deudas del ladrillo. Ahora pasan el trago como tantas entidades espa?olas, vendiendo activos, sacrificando beneficios e inyect¨¢ndolos en recursos propios. De forma muy discreta, el a?o pasado ya cerraron un centenar de oficinas. Para que la fusi¨®n sea viable, habr¨ªa que clausurar otras 280 oficinas y recortar 1.296 empleos, todo ello seg¨²n un informe que la Xunta encarg¨® a la consultora KPMG y que calcula que necesitar¨ªan 1.190 millones del FROB.

En verano estall¨® la noticia de que Caja Madrid pretend¨ªa hacerse con el control de Caixa Galicia y la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo, lo que desat¨® una cascada de especulaciones sobre qu¨¦ era mejor para el sistema financiero gallego: si una entidad fusionada, dos por libre o que cualquiera de ellas se integrase en un grupo mayor. En el tablero nacional, las comunidades controladas por el PSOE iniciaban procesos de concentraci¨®n en Catalu?a y Andaluc¨ªa. "Feij¨®o lo entendi¨® desde el primer momento como un tema de pa¨ªs para Galicia, un tema jodido pol¨ªticamente, pero de pa¨ªs", dice un dirigente del PP.

Enemigos hist¨®ricos de las fusiones, los sindicatos optaron por apoyar su proyecto antes que dejar a Caixa Galicia caer en manos de Rodrigo Rato. Pero surgi¨® el gran escollo. En Vigo, Caixanova enhebr¨® una f¨¦rrea oposici¨®n al plan en la que los empresarios, muchos de ellos vinculados a la caja, se involucraron de cabeza. Tambi¨¦n lo hizo el PSOE local, que vio una oportunidad para ganar votos con el mensaje de "vienen a quitarnos la caja". Una lluvia fina de rumores sobre la situaci¨®n de Caixa Galicia cal¨® en Vigo. Se extendi¨® el temor de que, en la pr¨¢ctica, Caixanova ser¨ªa absorbida, con el consiguiente traslado de poder hacia el norte, pese a que la Xunta garantiza una fusi¨®n "paritaria y equilibrada".

Fuera de los focos, sin decir una palabra en p¨²blico, se libra otra batalla personal entre dos veteranos contrincantes, dos de las personas m¨¢s influyentes en Galicia desde hace d¨¦cadas: Jos¨¦ Luis M¨¦ndez, 28 a?os al frente de Caixa Galicia, y Julio Fern¨¢ndez Gayoso, 44 en Caixanova.