Partida de demagogia
La gesti¨®n de los residuos nucleares no debe responder a criterios electoralistas sino t¨¦cnicos
Al menos una docena de municipios ha presentado su candidatura para albergar el almac¨¦n temporal centralizado de residuos nucleares (ATC), respondiendo a una solicitud del Gobierno cuyo plazo concluy¨® el pasado viernes. El n¨²mero podr¨ªa aumentar en los pr¨®ximos d¨ªas, por el posible desfase entre la adopci¨®n de la decisi¨®n municipal y la recepci¨®n de la documentaci¨®n requerida por parte del Ministerio de Industria. La existencia de candidatos ha disipado los temores del Gobierno, que recelaba del coste pol¨ªtico y econ¨®mico que conllevar¨ªa tanto renunciar al proyecto como verse obligado a fijar una ubicaci¨®n sin el acuerdo del ayuntamiento correspondiente. Pero, en contrapartida, la decisi¨®n de esos municipios ha desencadenado una interminable partida de demagogia en el interior de los dos grandes partidos.
La construcci¨®n del cementerio nuclear no responde tanto a las necesidades futuras de esta energ¨ªa, como a las pasadas. Aunque se cerrasen las centrales existentes ser¨ªa imprescindible abordar la gesti¨®n de los residuos ya generados, hasta ahora realizada de manera ineficiente y costosa. Por eso est¨¢n tratando de manipular a los ciudadanos los barones y dirigentes regionales que justifican su oposici¨®n a la construcci¨®n de un ATC en su comunidad con una apuesta por las energ¨ªas renovables. Y mucho m¨¢s cuando est¨¢n tratando de arrastrar la discusi¨®n al terreno del miedo, como est¨¢ haciendo de manera irresponsable el presidente de Castilla-La Mancha.
En su carrera por utilizar de manera electoralista la cuesti¨®n de los residuos nucleares, tanto socialistas como populares est¨¢n intentando invadir en nombre de la disciplina de partido el ¨¢mbito de decisi¨®n que corresponde al poder local; una decisi¨®n que, en contra de la demagogia que se ha impuesto, no se refiere a la ubicaci¨®n final del ATC, que corresponde exclusivamente al Gobierno, sino a la disposici¨®n para albergarlo. Bastaba con que las instancias nacionales y regionales de los partidos hubiesen respetado la autonom¨ªa municipal para no convertir en problema lo que, en realidad, es una soluci¨®n. Porque problema hubiera sido seguir confiando la gesti¨®n de los residuos a las propias centrales o a las instalaciones ubicadas en Francia, en este ¨²ltimo caso por el alto coste econ¨®mico que representa.
Pero a la partida de demagogia que se viene desarrollando entre partidos a¨²n le podr¨ªa restar una ¨²ltima jugada. Resultar¨ªa inaceptable que, despu¨¦s del espect¨¢culo de estas semanas, el Gobierno cediera adem¨¢s a la tentaci¨®n de decidir sobre el ATC en funci¨®n de criterios electorales, ya sea posponiendo el anuncio o escogiendo la ubicaci¨®n para favorecer sus intereses en las urnas. Los criterios t¨¦cnicos son los ¨²nicos que deber¨ªan tomarse en consideraci¨®n. No s¨®lo porque lo contrario podr¨ªa resultar en un agravio a los municipios que han optado por presentar su candidatura, sino tambi¨¦n porque as¨ª lo exige el deber de transparencia en el manejo de los recursos p¨²blicos.
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