Obama pasa de largo
El cambio de prioridades de Washington, m¨¢s que los errores propios, margina a la UE
Poco imaginaba el Ministerio de Exteriores, cuando anunci¨® la presencia de Barack Obama en Espa?a con motivo de la presidencia semestral de la UE, que los problemas dom¨¦sticos estadounidenses le har¨ªan desistir del viaje. Tampoco la secretaria de Organizaci¨®n del PSOE, Leire Paj¨ªn, sospechaba, cuando habl¨® de la "conjunci¨®n planetaria" entre Zapatero y Obama, que ¨¦ste ser¨ªa el primer presidente de EE UU en faltar a una cita de la cumbre transatl¨¢ntica en 10 a?os.
Pero el ¨¦nfasis con que se vendi¨® la piel del oso y la pat¨¦tica confianza en los efectos taumat¨²rgicos de la fotograf¨ªa que ya no ser¨¢ es lo ¨²nico que cabe reprocharle al Gobierno y al partido que lo sustenta en la cancelaci¨®n del viaje. Un viaje que, por otra parte, aunque encajaba al dedillo en la tradici¨®n en la agenda transatl¨¢ntica, nunca hab¨ªa sido confirmado.
El fiasco, mal que le pese al provincianismo refocilante, nada tiene que ver ni con Espa?a ni con el presidente de su Gobierno. Todo en cambio, con la recent¨ªsima mutaci¨®n registrada en el programa del presidente estadounidense y solemnizada en el discurso del estado de la Uni¨®n. Apremiado por el desgaste en los sondeos en v¨ªsperas de elecciones legislativas, Obama fij¨® como objetivo prioritario la recuperaci¨®n econ¨®mica y del empleo, relegando a un segundo plano la pol¨ªtica exterior que hab¨ªa caracterizado su primer a?o de mandato (en el que hizo m¨¢s viajes internacionales que cualquiera de sus antecesores).
Su asistencia a los grandes encuentros se ha hecho m¨¢s selectiva, concentr¨¢ndose en las zonas de fricci¨®n m¨¢s calientes, en las que m¨¢s necesidad tiene de resultados tangibles que coticen internamente: Oriente Pr¨®ximo, Asia, Rusia. La UE se ve sometida as¨ª a un grave rev¨¦s diplom¨¢tico, que se une al derivado del papel subalterno a que se vio relegada en la Cumbre del Clima de Copenhague.
O los nuevos cargos (el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la alta representante para la Pol¨ªtica Exterior, Catherine Ashton) aprietan el acelerador y la Uni¨®n demuestra que para tratar los focos de tensi¨®n mundial le conviene a EE UU frecuentar m¨¢s a sus amigos m¨¢s s¨®lidos y que m¨¢s le pueden aportar colectivamente (no s¨®lo en formato bilateral, como pretenden Merkel, Brown o Sarkozy), o ser¨¢ dif¨ªcil detener el deslizamiento de la UE hacia la irrelevancia.
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