Uno de los mejores
La atenci¨®n que la Televisi¨®n de Galicia presta al "vasto mundo de la cultura" (son sus palabras) es bastante menos vasta porque "un poco de pasta basta", que dec¨ªa el anuncio de Gior. Es comprensible. Tiene que haber sitio para todos: el vast¨ªsimo mundo de los lepid¨®pteros no tiene tampoco la cobertura que se merece y nadie se rasga las vestiduras. Dos pilares de la industria cultural gallega, como son la literatura y el cine, no pod¨ªan pretender ocupar, ellos solitos y con programas especializados, cuatro horas al mes de las aproximadamente 1.440 que emiten los dos canales de la p¨²blica televisi¨®n. Las empresas de ambos sectores no se mesaron los cabellos ante el terrible dilema subvenci¨®n-difusi¨®n porque la reducci¨®n porcentual fue leve: pasamos de un vasto 0,3 % a un razonable 0%. Pero, como culturizar al respetable es una obligaci¨®n inexcusable, la tele se ve en la dif¨ªcil tesitura de abreviar los contenidos sin que por ello se vea alterada su profundidad.
La Cidade da Cultura es la concha vac¨ªa de una vieira que nadie sabe qui¨¦n se jal¨®
Una breve noticia en la nueva agenda cultural -el concierto dirigido por Ricardo Muti en Santiago- tiene, por lo tanto, que contener la mayor cantidad de informaci¨®n posible. Para conseguirlo, qu¨¦ mejor que recurrir al paternalismo did¨¢ctico siguiendo el modelo de "qu¨¦ buenas son las Madres Ursulinas que nos llevan de excursi¨®n". Y as¨ª se salv¨® el asunto: "Ricardo Muti, uno de los mejores directores del mundo...". Era una manera de abreviar porque lo que se quer¨ªa expresar ocupaba demasiado tiempo: "Como no sus enter¨¢is de n¨¢, nosotros ya sus lo contamos p¨¢ que ve¨¢is qu¨¦ gente sus traemos que no sus la merec¨¦is". Buen intento este de "uno de los mejores..." y muy parecido a las declaraciones de P¨¦rez Varela, el ex conselleiro de Cultura, anunciando el lujo asi¨¢tico que nos esperaba para un Xacobeo o similar con Davi Bovi y otros que ni so?ar¨ªan los de Benicc¨¤sim. De lo que no nos enteramos es de lo mucho que nos quieren, de tanto que les debemos y de lo dif¨ªcil que es bregar con el vasto mundo de la cultura.
Porque el mundo de la Cultura es tan vasto e imprevisible que ve como un borgiano bucle lleva a otro Varela a la conseller¨ªa que la atiende. (Tengo un muy buen amigo que se apellida Varela, as¨ª que no pierdo la esperanza de que alg¨²n d¨ªa llegue a ocupar el puesto). A este Varela II se le han malinterpretado unas declaraciones de altos revuelos. Dada la brevedad de la vida, V. decidi¨® resumir y tild¨® (?qu¨¦ verbo!) a la cultura gallega, como ya saben, de acomplejada y ensimismada. Es lo que tienen las ruedas de prensa, que son a todo filisp¨ªn y hay que largar r¨¢pido para salir zumbando a la siguiente.
El conselleiro quer¨ªa decir que la cultura gallega es compleja y, en s¨ª misma, es todo un universo. Si quiso decir acomplejada, que est¨¢ por ver, no defini¨® si era un complejo de superioridad o de inferioridad. (Otra dicotom¨ªa como la de subir y bajar en las escaleras o la de la subvenci¨®n y la difusi¨®n). Para complejo de inferioridad ya tenemos A Cidade da Cultura, a¨²n un cascar¨®n sin contenido -y por muchos a?os, si el Ap¨®stol no lo remedia-, as¨ª que debe tratarse del de superioridad. Desde Mart¨ªn Kodak hasta Carmi?a Burana, hemos escupido al mundo cl¨¢sicos eternos. Ahora parece que V. act¨²a como el vendedor que llama a la puerta y, cuando le abren, dice: "Mire, tengo aqu¨ª esta aspiradora, pero ni se le ocurra comprarla que es una puta mierda". No es as¨ª, Dios nos/le libre. Lo que quer¨ªa decir V. es que hay que aspirar a m¨¢s. Aunque no est¨¦ muy claro si este aspirar se refiere a escalar las m¨¢s altas cotas o a absorber lo que viene de fuera, el caso es que este tinglado cultural de empaque parece sacado de Nuestro hombre en La Habana donde el protagonista hace pasar los planos de una aspiradora por los de un arma secreta.
A Cidade da Cultura no es ni m¨¢s ni menos que la concha vac¨ªa de una vieira que nadie sabe qui¨¦n se jal¨®. Fue dif¨ªcil hacerla tan grande, pero ahora contamos con uno de los mejores y m¨¢s complejos m¨¦todos de ensimismamiento para rellenarla: un poco de pasta basta. Unos espaguetis preparados por Ricardo Muti y regados con abundante chianti ser¨ªan ideales para la inauguraci¨®n.
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