Del 'rock radikal' a los jardines
Un m¨²sico clave en la Euskadi de los ochenta es ahora instructor de jardiner¨ªa - Oki encabeza una cuadrilla de una empresa de inserci¨®n de Vitoria
Era una pieza indiscutible en la movida musical de los ochenta. Tocaba el saxo y los teclados y hab¨ªa recibido una formaci¨®n musical de relieve despu¨¦s de recibir clase del maestro Carmelo Bernaola, ex director del Conservatorio de Vitoria. Pero su pasi¨®n estaba en el rock'n'roll. Colabor¨® con grupos como La Polla R¨¦cords, Hertzainak, Kortatu y Potato, entre otros, que triunfaban en esos a?os en los escenarios vascos y del resto de Espa?a.
Sin embargo, en los noventa aquella m¨²sica dej¨® de sonar. La crisis que dur¨® hasta el 95 redujo los bolos musicales al m¨ªnimo y Javier Olloki, (Vitoria, 1955) se dio cuenta de que ya no pod¨ªa pagar ni el alquiler del piso en el que viv¨ªa. Se hallaba en la m¨¢s absoluta ruina. Algo impensable cuando daba clases de m¨²sica en su barrio, o cuando imparti¨® las primeras nociones de teclado al l¨ªder de La Polla R¨¦cords, Evaristo. Ni siquiera pod¨ªa imaginar que habiendo vivivido en el coraz¨®n de aquella movida que se conoci¨® como el rock radikal vasco iba a acabar frente a una asistenta social pidiendo ayuda. "Estaba con los de Hertzainak cuando lleg¨® una carta de unos chicos que dec¨ªan que se llamaban Kortatu y que hab¨ªan grabado una maqueta; nos ped¨ªan que la escuch¨¢ramos", recuerda.
A los 39 a?os, Javier Olloki, conocido por todo el mundillo musical como Oki, no hab¨ªa cotizado ni un solo d¨ªa a la Seguridad Social y en su bolsillo no hab¨ªa ni telara?as. El Ayuntamiento de Vitoria le prepar¨® la documentaci¨®n para que empezase a cobrar la Renta B¨¢sica, y a trav¨¦s del Inem comenz¨® a hacer algunos cursos. "Hice alguno de jardiner¨ªa, y me gust¨®, me gustaba estar al aire libre. No quer¨ªa ni o¨ªr hablar de la chapa y la pintura", relata. As¨ª, hasta que un d¨ªa le pregunt¨® a la asistente social si en lugar de hacer cursillos le autorizar¨ªan a estudiar Magisterio. La jardiner¨ªa y el Magisterio cambiaron entonces de verdad su vida.
La gerente de la empresa Garbinguru, la pedagoga Ana Isabel P¨¦rez Bengoa, explica que el caso de Oki resulta un modelo claro de integraci¨®n laboral. Ahora es el encargado de la formaci¨®n de la empresa, ense?a jardiner¨ªa a los acogidos en el albergue de transe¨²ntes del Ayuntamiento de Vitoria y les dirige para mantener el entorno y los jardines de esas instalaciones.
Adem¨¢s, ayuda a los drogadictos acogidos al Proyecto Hombre, ofreci¨¦ndoles nociones de jardiner¨ªa en su terapia de rehabilitaci¨®n. Y dirige una cuadrilla de jardineros cuando hacen trabajos para otras empresas.
Garbinguru emplea a ocho personas en inserci¨®n y su divisi¨®n de jardiner¨ªa ha trabajado para otras empresas, la Diputaci¨®n alavesa, el Ayuntamiento de Vitoria y consistorios como el de Elciego, donde lleva varios meses limpiando la ribera del Ebro.
"Bienvenido sea el cambio" apunta Oki, reconociendo que su vida ha dado un giro de 180 grados. "Hay algo que no ha cambiado, y es que sigo sin pagar una hipoteca; eso no va a suceder", recalca con un gesto de rebeld¨ªa. Sin embargo, pudo rehacer su vida, encontr¨® pareja y, una cosa lleva a la otra, a los 50 a?os fue padre por primera vez. Ahora tiene dos hijos de cuatro y dos a?os y disfruta estudiando los ciclos de las plantas arom¨¢ticas o la floraci¨®n de ciertas especies.
Este tipo de empresas tienen tambi¨¦n numerosas servidumbres derivadas del apoyo p¨²blico que reciben, como la imposibilidad de generar beneficios, ya que dependen de asociaciones sin ¨¢nimo de lucro. Los beneficios se reinvierten en nuevas sociedades. Adem¨¢s, est¨¢n atadas a un c¨®digo ¨¦tico en el que se comprometen a luchar por la responsabilidad social y la formaci¨®n, por la participaci¨®n y la renuncia al lucro econ¨®mico. Un marco de actuaci¨®n en el que cobran especial relevancia batallas como la igualdad de oportunidades y de sexo.
"El caso de Olloki, de Carmen o de Jassine suponen la punta del iceberg de un sector que por justicia social tiene que crecer", asegura Pedro S¨¢nchez.
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