?Jubilarse y cobrar?

Intentemos un debate claro, ordenado y sereno sobre las pensiones. ?Vamos a probarlo?

Lo primero que hay que decir es que la necesaria reforma del sistema de pensiones no tiene nada que ver con las pol¨ªticas anti-crisis. ?stas son urgentes y a corto plazo. La reforma tendr¨¢ efectos dentro de unos 15 a?os. Su aprobaci¨®n puede ser m¨¢s reposada. La ¨²nica relaci¨®n es que una buena reforma mejorar¨¢ la confianza interna en el futuro y la imagen externa de la econom¨ªa espa?ola.

La segunda es que el sistema de financiaci¨®n de la jubilaci¨®n es, actualmente, un fondo de la Seguridad Social independiente de otras prestaciones, por ejemplo de la sanidad p¨²blica. Hace varias d¨¦cadas, ¨¦sta iba ligada a la condici¨®n de cotizante a la Seguridad Social (si no eras trabajador, no ten¨ªas derecho a la atenci¨®n sanitaria). La universalizaci¨®n del derecho a la Sanidad, conseguida en la d¨¦cada de 1980, convirti¨® este derecho en un derecho general, financiado por los impuestos.

Es necesario acabar con la facilidad que se ha dado a las empresas para prejubilar mucho antes de los 65 a?os

La tercera es que el Fondo de Pensiones de la Seguridad Social funciona como en otras partes, por el sistema de reparto. En algunos pa¨ªses funciona por el sistema de capitalizaci¨®n. ?ste consiste en que se cotiza durante toda la vida laboral y al jubilarse se recibe una pensi¨®n a partir del capital acumulado. (Es, tambi¨¦n, el sistema de los fondos de pensiones privados). En el sistema de reparto, las cotizaciones de los trabajadores activos sirven cada a?o para financiar las pensiones de los ya jubilados. Es, de alguna forma, una solidaridad intergeneracional. Aparte de otras ventajas, este sistema tiene una caracter¨ªstica. Si durante un periodo crece m¨¢s el n¨²mero de personas activas que el de jubilados, el sistema genera super¨¢vit y puede constituir un fondo de reserva. Si aumenta m¨¢s el n¨²mero de jubilados que el de activos, se genera d¨¦ficit.

Dicho esto, repasemos la historia reciente espa?ola. En la d¨¦cada de 1970, cuando se fij¨® la edad de jubilaci¨®n a los 65 a?os, la esperanza de vida no llegaba a 70 y la incorporaci¨®n al trabajo se produc¨ªa a alrededor de los 15 a?os, por lo que el n¨²mero de personas activas era muy superior al de jubiladas, que adem¨¢s viv¨ªan poco tiempo. Desde entonces ha ido aumentando extraordinariamente la esperanza de vida (ahora pasa de 80 a?os) y se ha ido retrasando la edad de empezar a trabajar. Esto supone acortar el periodo laboral y aumentar el de jubilaci¨®n. El crecimiento demogr¨¢fico y, sobre todo, la incorporaci¨®n de la mujer y la llegada de inmigrantes, han permitido que el gran aumento de jubilados quedara compensado por el aumento de trabajadores activos, por lo que el sistema seguir¨¢ en equilibrio por lo menos durante 10 a?os, pero empezar¨¢ a generar d¨¦ficit hacia 2023.

El fondo de reserva acumulado (unos 60.000 millones de euros) permitir¨ªa cubrir el d¨¦ficit y continuar garantizando las pensiones hasta 2030, pero a partir de esta fecha el sistema entrar¨ªa en una situaci¨®n insostenible, ya que con la tendencia actual el n¨²mero de personas jubiladas crecer¨¢ mucho m¨¢s que el de las activas, y las cotizaciones no podr¨¢n cubrir las pensiones.

Hay que adelantarse y, con tiempo, reequilibrar la situaci¨®n para garantizar las pensiones. No es razonable pensar en aumentar mucho la poblaci¨®n activa; ser¨ªa imprudente aumentar las cotizaciones, y hay que intentar no reducir las pensiones. Lo m¨¢s l¨®gico es evitar un crecimiento tan grande de la poblaci¨®n jubilada y la medida m¨¢s adecuada es un retraso progresivo en la edad de jubilaci¨®n, que est¨¢ muy acorde con el retraso en la incorporaci¨®n al trabajo y con las actuales capacidades tanto f¨ªsicas como mentales de las personas de edad madura. Es cierto que esta presunci¨®n no se puede generalizar a todo tipo de personas, ni de trabajos, por lo que se debe introducir flexibilidad sectorial y personal.

La primera medida no es reducir la edad legal de jubilaci¨®n, sino la edad real, es decir, acabar con la facilidad que se ha dado a las empresas para prejubilar mucho antes de los 65 a?os, con lo que se dilapida un enorme capital humano y se hace caer sobre la comunidad los costes de las reestructuraciones.

Pactar estos temas es la ¨²nica forma de infundir confianza en el futuro, al dejar la reforma blindada ante los cambios de gobierno que tendr¨¢n lugar en los pr¨®ximos 20 a?os. ?Somos un pa¨ªs suficientemente responsable para conseguirlo? Ni me atrevo a pensar que no sea as¨ª.

Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.