La obsesi¨®n de ganar a Contador

Oy¨¦ndoselo contar a Bradley Wiggins en el Times, las sesiones de entrenamiento del ciclista brit¨¢nico las pasadas semanas en las monta?as de Mallorca debieron de ser, cuando menos, curiosas. Para que mejore como escalador, a Wiggins, un pistard reciclado, cuarto en el ¨²ltimo Tour, estrella del supertecnol¨®gico Sky, la revoluci¨®n del siglo XXI, su jefe, Dave Brailsford, le entreg¨® un DVD con un an¨¢lisis detallado de las etapas de monta?a de la carrera francesa, los ataques de Alberto Contador, Andy Schleck y Lance Armstrong. Lo conoce todo de ellos: la duraci¨®n de sus arrancadas, la velocidad, el tiempo del hachazo... "Y, conoci¨¦ndolo, salimos a entrenarnos con un motociclista y, llegado el momento, le decimos que acelere y monte un ataque a lo Contador, a lo Schleck: 20 o 30 segundos a tope. La moto ataca y salgo a por ella", dice Wiggins, que cumplir¨¢ 30 a?os en abril y sue?a con convertirse en el primero de su pa¨ªs que gana el Tour: "Contador es el mejor escalador, pero es humano, batible".

"Me entreno lo mejor posible para estar m¨¢s fuerte que en 2009", advierte el espa?ol

En tan ins¨®lita estrategia de entrenamiento se ligan por un lado el car¨¢cter obsesivo, compulsivo, de Wiggins y el alma perfeccionista de Brailsford, a quien, por su atenci¨®n al detalle y su forma de irrumpir en el ciclismo profesional como un elefante en una cacharrer¨ªa de prejuicios y malos h¨¢bitos heredados, se le podr¨ªa considerar el nuevo Manolo Saiz. Otras de sus innovaciones que han fascinado al mundo del ciclismo son el dise?o de los cuellos de los maillots del Sky para evitar molestos roces en la nuez o el faro del techo del autob¨²s para que, terminadas las etapas, los corredores sepan ad¨®nde dirigirse.

Sin llegar a tanto, lo de las motos deja fascinado a Contador. "?Que hace eso contra la moto?", pregunta incr¨¦dulo el campe¨®n del ¨²ltimo Tour; "en teor¨ªa, no es mala idea, pero es imposible reproducir todo lo que pasa en una carrera: el cansancio acumulado, el viento en la monta?a... Y, sobre todo, el momento del ataque, para lo que cuenta tanto c¨®mo va el que va a atacar, sus piernas, y el an¨¢lisis instant¨¢neo que hace de c¨®mo van sus rivales estudiando sus caras, sus gestos, sus tics...".

A¨²n no hay m¨¢quina para tanto, pero, llegado el tiempo, Brailsford la conseguir¨¢, seguramente, aunque le cueste tener que aguantar los sarcasmos de la gente del ciclismo de toda la vida.

Gente como Jonathan Vaughters, el director del Garmin, el equipo con el que Wiggins roz¨® el podio del Tour gracias a su regularidad en la monta?a y con el que rompi¨® su contrato este invierno guiado por las libras esterlinas del Sky. "Pero el Tour de 2010 no se parece en nada al de 2009, que le iba muy bien al estilo regular de Wiggins, que resisti¨® muy bien las etapas de monta?a porque casi todas consist¨ªan en una buena dosis de terreno llano y una dura subida final", dice Vaughters; "en el Tour pasado, adem¨¢s, la t¨¢ctica de Bruyneel de frenar a Contador para que no se quedara fuera del podio Armstrong le vino muy bien. No hubo grandes batallas".

Las ¨²nicas batallas las intentaron organizar los hermanos Schleck: Andy, segundo finalmente, y Frank, quinto. Contador piensa que Andy ser¨¢ el rival m¨¢s peligroso en 2010 y el joven luxemburgu¨¦s acepta la nominaci¨®n. "Contador es el mejor ciclista del mundo", dice el peque?o de los Schleck; "tendr¨¦ que usar todos los medios para estar a su nivel, para progresar. Mi objetivo sigue siendo ganar el Tour".

Para progresar, Andy, quien estos d¨ªas se ha bajado de la bicicleta por una tendinitis en una rodilla -la misma afecci¨®n que su compa?ero Fuglsang, un joven, fino y extraordinario escalador dan¨¦s-, tambi¨¦n se ha empapado este invierno de los v¨ªdeos del Tour y ha llegado a una conclusi¨®n inevitable: "He comprendido que, cuando ataca en la monta?a, a Contador no se le puede dejar ni un metro. Si no, est¨¢s perdido".

Lo que no dice es lo que har¨¢ para evitar que Contador -"me entreno lo mejor posible para estar m¨¢s fuerte que en 2009", advierte el de Pinto- salga disparado cuando el coraz¨®n y el cuerpo se lo pidan en los Pirineos. ?Montarse en una moto, quiz¨¢s?