Caipiri?as en Bah¨ªa
El director valenciano Miguel Albaladejo, que ayer estren¨® su ¨²ltima pel¨ªcula, Nacidas para sufrir, logr¨® superar por fin sus trastornos horarios cuando viaj¨® a la ciudad brasile?a de Salvador de Bah¨ªa.
?Tanto sufre al cambiar de continente?
Aunque me pasara semanas en un pa¨ªs, si ¨¦ste ten¨ªa mucha diferencia horaria con Espa?a siempre me despertaba como un clavo a las tres o cuatro de la ma?ana y era incapaz de volver a dormir. As¨ª que cuando me invitaron a Salvador de Bah¨ªa, fui al m¨¦dico y ¨¦l me recomend¨® que tomara medio tranquilizante al despertarme.
?Funcion¨®?
S¨ª, aunque tuvo sus efectos secundarios. Al despertar me lo tomaba y, efectivamente, recobraba el sue?o. Pero luego, en la playa, bastaba con que me tomara una caipiri?a para quedarme alelado. Yo creo que gracias a eso disfrut¨¦ de la playa como no lo hab¨ªa hecho nunca.
?Y le dio el cuerpo para moverse por la ciudad?
No todo fue sol y playa. Como me invitaron a la ciudad a presentar mi filme Cachorro, conoc¨ª a dos osos con los que trab¨¦ amistad y que, aparte, fueron unos gu¨ªas maravillosos.
Lo llevaron al Pelourinho, el antiguo barrio colonial.
?Es fant¨¢stico! Est¨¢ fenomenalmente conservado, por todos lados suenan las batucadas y en sus iglesias se celebran las misas m¨¢s coloridas que he visto jam¨¢s. Tambi¨¦n hay unos restaurantes estupendos donde prob¨¦ el famoso acaraj¨¦, una especie de bollo hecho de jud¨ªas y frito en aceite de palma. Por otro lado, tambi¨¦n sal¨ª de noche con estos amigos.
?Se lo pasar¨ªa en grande!
Estuve en un mont¨®n de bares y discotecas de todos los ambientes imaginables. Pero lo que m¨¢s recuerdo fue un susto nocturno en la playa; resulta que nos fuimos los tres a ba?ar y cuando dos nos salimos del agua, vimos que el otro chico no aparec¨ªa. Me lanc¨¦ al agua y lo encontr¨¦ con un ataque de agotamiento. A duras penas logr¨¦ llevarlo a la orilla.
?Pues vaya susto!
?Y yo que pensaba que los cursillos de nataci¨®n que hice en la piscina municipal de Arganzuela no me iban a servir de nada!
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