A Grecia se le acaba el tiempo
El Gobierno est¨¢ obligado a adoptar reformas profundas para evitar una cat¨¢strofe
"S¨®lo hay dos maneras de salir de una crisis: o la recuperaci¨®n o la bancarrota. No hay una v¨ªa intermedia, as¨ª que dependiendo de la gesti¨®n que se haga seguiremos adelante o volveremos a la Edad de Hielo. ?Qui¨¦n quiere esto? Nosotros no, desde luego, pero tampoco Bruselas". Quien as¨ª habla es uno de los cerebros grises de Grecia, Giannis Stournaras, que fue jefe del equipo econ¨®mico del Gobierno de Kostas Simitis, primer ministro socialista entre 1996 y 2004, y hoy dirige el Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica e Industrial, el think tank m¨¢s prestigioso del pa¨ªs.
Grecia es hoy el enfermo de Europa, t¨ªtulo de dudosa dignidad que hace un siglo correspond¨ªa al imperio otomano, cuyo cascar¨®n estaba a punto de romperse para dar paso a la Turqu¨ªa independiente. Pero el estado de coma profundo de la econom¨ªa griega no tiene nada que ver con una acuarela ex¨®tica y s¨ª con una amenaza real, la de arrastrar en su ca¨ªda a la zona euro. Al contrario que en el caso de la Turqu¨ªa de principios del siglo XX, a Grecia se le est¨¢ acabando el tiempo.
En plena tormenta, Defensa compra 6 fragatas y 30 aviones Eurofighter
El sindicato de funcionarios amenaza con m¨¢s huelgas
Una de las peores facetas de la crisis es la p¨¦rdida de la credibilidad
Europa se percibe a la vez como la panacea y la madre que ri?e a su hijo
Para empezar a salir del atolladero -con el cuello de botella de un d¨¦ficit fiscal equivalente al 12,7% del PIB y una deuda p¨²blica de 300.000 millones de euros-, la Comisi¨®n Europea aprob¨® el pasado 3 de febrero un plan de estabilidad presentado por el Gobierno de Atenas. Pero ¨¦ste no deja de anunciar propuestas; las ¨²ltimas, el martes, consistentes en una ambiciosa reforma fiscal, un draconiano ajuste del sector p¨²blico y una impopular revisi¨®n del sistema de pensiones. La proliferaci¨®n de medidas, y las demoras y los ejercicios de estilo que implica discutir en torno a ellas, son tan peligrosos como los riesgos que entra?a la crisis, se?alan los expertos. "El Gobierno est¨¢ debatiendo lo obvio, pero en una situaci¨®n como ¨¦sta no cabe ning¨²n di¨¢logo sobre asuntos de sentido com¨²n. S¨®lo hay que actuar", asegura Stournaras, indicando que tambi¨¦n conviene evitar los experimentos y los titubeos. Por ejemplo, la propuesta de presentar facturas por importe proporcional a los ingresos, una medida destinada a combatir el fraude fiscal que adelant¨® el ministro de Econom¨ªa el pasado martes y que s¨®lo tres d¨ªas despu¨¦s se anuncia que ser¨¢ revisada.
Una de las peores facetas de la crisis que atraviesa Grecia es la p¨¦rdida de la credibilidad. "Cuando pasa eso hay que empezar de cero, y con un lastre, el de la desconfianza", se?ala Stournaras. El descubrimiento de que las estad¨ªsticas oficiales sobre deuda p¨²blica y d¨¦ficit hab¨ªan sido maquilladas para pasar el examen en Bruselas -aunque Eurostat les diera en su d¨ªa el visto bueno- ha generado en Europa un esc¨¢ndalo que en Grecia pasa completamente inadvertido. ?Qui¨¦n va a rasgarse las vestiduras si en 1987 el Gobierno de Atenas export¨® a Europa ma¨ªz yugoslavo haci¨¦ndolo pasar por griego para obtener subvenciones? A nadie llama tampoco la atenci¨®n que algunas cooperativas olivareras de Creta falseen las cifras de negocio para seguir recibiendo el man¨¢ comunitario. Lo ¨²nico que de verdad preocupa aqu¨ª estos d¨ªas es el estado del tiempo, las lluvias copiosas que amenazan con arruinar el puente de tres d¨ªas que ha paralizado, por segunda vez en una semana -el mi¨¦rcoles hubo huelga del sector p¨²blico-, el pa¨ªs.
En la cuna de la democracia y de Occidente, Europa se percibe a la vez como la panacea y la madre que rega?a de vez en cuando al hijo que no hace los deberes o sale un poco zascandil. Pero tambi¨¦n se ve muy lejos, y en la realidad cotidiana de muchas calles de Atenas ha terminado por imponerse una atm¨®sfera de bazar, de negocios de menudeo cercanos a la econom¨ªa de supervivencia, que recuerda m¨¢s a las calles de Pristina o Tirana que a Bruselas o Par¨ªs.
Si Europa acude efectivamente al rescate de Grecia -aun exigi¨¦ndole nuevas medidas de emergencia, como se especula en Atenas-, no ser¨¢ gratis. El mi¨¦rcoles pasado, cuando el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, recib¨ªa en el El¨ªseo al primer ministro Yorgos Papandreu, el Ministerio de Defensa griego anunciaba un principio de acuerdo para comprar a Francia seis fragatas y a Alemania 30 aviones Eurofighter. Francia y Alemania son, precisamente, los pa¨ªses que han impulsado en la UE un plan de rescate de las finanzas griegas. "La relaci¨®n entre la petici¨®n de ayuda, la atenci¨®n que la UE est¨¢ prestando a Grecia y la compra de Defensa es evidente", considera Jristos Memes, director del diario Ta Nea. "Grecia tiene el presupuesto militar m¨¢s alto de la UE, el 4,3% del PIB, y desde luego ¨¦ste no parece el momento adecuado para un desembolso de ese calibre. Pero la otra oferta de venta proced¨ªa de EE UU, y los Gobiernos de Par¨ªs y Berl¨ªn vieron la ocasi¨®n en bandeja, seg¨²n mi punto de vista". El programa de estabilidad griego contempla un recorte de 547 millones de euros en gastos militares.
La certidumbre de que el Gobierno no ha acabado a¨²n de hacer los deberes es general. Spyros Papaspyros, l¨ªder del sindicato Adedy (funcionarios, con alrededor de 450.000 afiliados), adelanta que "a mayor n¨²mero de medidas, mayor n¨²mero de movilizaciones; d¨ªa tras d¨ªa nos enteramos de alg¨²n escenario nuevo de actuaci¨®n, de propuestas que se suman a otras reci¨¦n presentadas. Eso, sin asegur¨¢rselo al cien por cien, significa sindicalmente hablando que habr¨¢ m¨¢s movilizaciones y huelgas". Papaspyros cree que ninguna situaci¨®n de crisis justifica el intento del Gobierno Papandreu de recortar hasta un 10% del gasto p¨²blico, o descensos salariales de hasta un 20% en los sueldos de los funcionarios. "Eso es innegociable", insiste, "una l¨ªnea roja que no se puede cruzar".
Giannis Panagopulos, secretario general de la Confederaci¨®n General de Trabajadores Griegos (socialista), aboga por esperar. "Cuando el Gobierno presente todas las medidas que propone en un proyecto de ley, nos sentaremos a estudiarlas y haremos todo lo que est¨¦ en nuestras manos para perfeccionarlas", a?ade el l¨ªder del mayor sindicato griego (un mill¨®n de afiliados). El gesto de estudiar soluciones con el Gobierno que propone Panagopulos es justo lo que el experto Stournaras contraindica: debatir lo obvio.
Para superar el peor trance de su historia reciente, Grecia va a tener que apretarse el cintur¨®n durante mucho tiempo. "Diez a?os. Porque el Gobierno de Atenas no ha terminado a¨²n con las medidas de ajuste", apunta el economista Yorgos Vitros; el mismo periodo de tiempo que las autoridades de Hait¨ª creen que llevar¨¢ la completa reconstrucci¨®n del pa¨ªs tras el terremoto. ?Grecia igual que Hait¨ª, en t¨¦rminos de da?os casi irreparables? Gr¨¢ficamente, es una medida de devastaci¨®n muy poderosa, pero no todo el mundo es tan pesimista. Dimitris Asimakopulos, presidente de la poderosa Confederaci¨®n Griega de Aut¨®nomos, Artesanos y Comerciantes, que representa a la mayor¨ªa de pymes del pa¨ªs, cree que las primeras se?ales de recuperaci¨®n empezar¨¢n a notarse a fines de 2011. "Hemos reaccionado tarde, porque las primeras se?ales de alarma se remontan a cinco o seis meses atr¨¢s. Los pr¨®ximos dos a?os van a ser cr¨ªticos, pero creo que es una oportunidad para Grecia, ahora que tocamos fondo, de dar con un modelo de desarrollo viable", opina. En ese modelo deben tener un protagonismo sustancial las pymes, propone Asimakopulos. "En los ¨²ltimos 15 a?os hemos engordado en exceso el sistema financiero, los bancos, y en cambio hemos descuidado el comercio. En Grecia, el 93% de las pymes tienen menos de 10 empleados y, seg¨²n datos de Eurostat, las empresas de 0 a 10 empleados proporcionan el 56,5% de los puestos de trabajo en el sector privado". Pese al optimismo, la confederaci¨®n cree que corren peligro 100.000 puestos de trabajo.
"El Estado griego hasta ahora ha sido un modelo de ineficiencia, debilidad y opacidad, una verdadera carga, pero estoy seguro de que todo eso va a cambiar", apunta Asimakopulos. De la misma opini¨®n es Giannis Stournaras: "Es algo mastod¨®ntico que no funciona".
Sin embargo, los analistas consideran que la p¨¦rdida de control estatal sobre sectores estrat¨¦gicos de la econom¨ªa tambi¨¦n es un error. "Cuando Papandreu lleg¨® al poder, en octubre de 2009, se planteaba acortar la brecha que separa el Estado de sectores clave de la econom¨ªa, como la compa?¨ªa telef¨®nica estatal, OTE, que pertenece en un 20% a la alemana Deutsche Telekom; la aerol¨ªnea Olympic Airways, privatizada en parte, o, sobre todo, la falta de control sobre los principales puertos del pa¨ªs, que han sido comprados por la gigantesca compa?¨ªa china Cosco. Estamos hablando de los puertos por donde entran y sale la mayor¨ªa de las mercanc¨ªas que se generan o pasan por Grecia, y eso, para un pa¨ªs orgulloso de su independencia como ¨¦ste, es un hueso muy duro de roer", apunta Jristos Memes. Y para un pa¨ªs situado en la frontera de Europa con Asia, tambi¨¦n. "El Estado griego ha perdido peso no s¨®lo por la ineficacia, sino tambi¨¦n por dejaci¨®n de funciones en lo que respecta a estos y muchos otros sectores", se?ala Stournaras.
El coste social que tendr¨¢n las medidas propuestas es a¨²n una inc¨®gnita. A juzgar por episodios recientes como las revueltas callejeras de diciembre de 2008, en el polvor¨ªn de Grecia puede encenderse de nuevo la mecha en cualquier momento. Pero, si se tienen en cuenta las encuestas (un 65% de los griegos respalda la adopci¨®n de medidas dr¨¢sticas; la valoraci¨®n de Papandreu se halla en el 54%), la ciudadan¨ªa est¨¢ dando muestras de un sentido de la responsabilidad encomiable. "Obviamente, nadie quiere perder capacidad de compra o calidad de vida, pero son la ¨²nica decisi¨®n posible. El Gobierno est¨¢ preparado, quiere transparencia, dejar de llenar bolsillos a derecha e izquierda, como decimos en Grecia... [en alusi¨®n a los sobornos] Ahora se trata exactamente de lo contrario: de llenar las arcas del Estado, que est¨¢n exhaustas", se?ala Asimakopulos. Y el maletero de los coches, rumbo a un largo fin de semana. -
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