Palacio de invierno
La propuesta de Jordi Hereu de candidatura para acoger los Juegos de Invierno de 2022 no tiene ni visos de realidad ni sentido: demuestra muy poca imaginaci¨®n para afrontar la crisis econ¨®mica general y la previsi¨®n de p¨¦rdida de votos en concreto. Adem¨¢s de lo inveros¨ªmil que es que Barcelona gane otros juegos ol¨ªmpicos, cuando a la megal¨®mana Madrid ya se los han negado dos veces y cuando Jaca-Zaragoza ya compet¨ªan antes por lo mismo, la expectativa que se se?ala es totalmente rechazable.
El horizonte de otros juegos ol¨ªmpicos, con sede en el n¨²cleo de Barcelona y pistas de competici¨®n en los Pirineos, es un intento de continuar con el modelo urbano y territorial neoliberal. Va en contra de los objetivos de una movilidad sostenible que economiza desplazamientos y energ¨ªa, y es otra apuesta por colmatar el territorio de infraestructuras como v¨ªas r¨¢pidas, t¨²neles y acueductos, con lo que conlleva de encarecimiento de la calidad de vida y destrucci¨®n de los ecosistemas. Adem¨¢s, pretende trasladar los mecanismos de la especulaci¨®n inmobiliaria urbana a enclaves en el paisaje, para subir el precio del suelo con intervenciones estrat¨¦gicas a favor de los sectores inmobiliarios, financieros y hoteleros.
Por suerte, los socios de gobierno, ICV-EUiA, adem¨¢s de ERC, han tenido el sentido com¨²n de considerar innecesaria la propuesta, y la CUP ha lanzado una campa?a para oponerse a los Juegos desde los barrios y a favor de la calidad de vida cotidiana.
Ciertamente, Hereu, en vez de intentar aprender de los errores ajenos (el fiasco de accidentes, protestas y falta de nieve y fr¨ªo en la templada Vancouver), de los propios (F¨®rum 2004) y de lo que sucede en su ciudad, para poder entender lo que le falta, es decir, rehacer los tejidos sociales en vez de destruirlos, crear equipamientos de proximidad, potenciar las cooperativas y las ONG, fomentar centros de reparaci¨®n y reciclaje, favorecer el trabajo y el acceso a la vivienda para j¨®venes, lejos de hacer esto, prefiere encerrase en su palacio de invierno para so?ar en una imaginaria Barcelona cubierta de nieve.
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