Otros indicadores
El pasado 24 de junio el Partido Popular present¨® una querella contra Manuel Chaves, vicepresidente tercero del Gobierno de la Naci¨®n, y contra su hija Paula. Delitos que atribu¨ªa: prevaricaci¨®n y tr¨¢fico de influencias con motivo de una subvenci¨®n que la Agencia Idea dio a la empresa en la que trabajaba la hija de Chaves. Desde el mismo instante en que se conoci¨® que esta querella se hab¨ªa presentado, se dec¨ªa en Sevilla, incluso por algunos dirigentes del PP, que no hab¨ªa raz¨®n para esta actuaci¨®n penal. Que Paula era trabajadora por cuenta ajena y que a Manuel Chaves no se le deb¨ªan atribuir actitudes deshonestas pues durante los a?os que ha gobernado en Andaluc¨ªa -y han sido 19- ha demostrado d¨ªa a d¨ªa su honradez personal y pol¨ªtica. As¨ª lo he escuchado en m¨¢s de una conversaci¨®n y no, precisamente, de personas pr¨®ximas al PSOE.
Es verdad que puede pensarse que estas afirmaciones son fruto del respeto que tengo a este presidente. Por supuesto que se lo tengo, como se lo han tenido y se lo tienen todos los andaluces que legislatura a legislatura le han elegido. No obstante, con la finalidad de despejar cualquier duda de mis afirmaciones, me permito recomendar la lectura, el pasado domingo, de art¨ªculos en la prensa m¨¢s n¨ªtidamente conservadora, en la que, citando fuentes del PP, se reconoce la inconveniencia de acudir a la v¨ªa penal: "No es un asunto penal. Est¨¢ claro que no hab¨ªa nada que hacer, pero hab¨ªa mucha presi¨®n medi¨¢tica". Sin comentarios.
Pues bien, lo mismo que han dicho algunos dirigentes del PP y muchos andaluces m¨¢s, es lo que han dicho la Fiscal¨ªa y el Tribunal Supremo en su auto de 17 de febrero. As¨ª, se lee en esta resoluci¨®n: "No existe un m¨ªnimo indicio de que el querellado, en su condici¨®n entonces de presidente de la Junta, haya influido sobre otro u otros funcionarios (...), para que el expediente se resolviera de una forma determinada"; "la parte querellante en su esfuerzo acusador no ha logrado designar un solo acto resolutivo que pudiera considerarse injusto"; "el planteamiento de los querellantes es excesivamente gen¨¦rico"; "la querella no participa hechos que puedan ser tenidos como indicios de la comisi¨®n de un delito de tr¨¢fico de influencias". ?Vamos! que no hay duda alguna del recto proceder del entonces presidente. Y que lo sab¨ªan algunos dirigentes del PP, como tambi¨¦n que la querella carec¨ªa de la m¨¢s m¨ªnima base y rigor para acusar, primero, a padre e hija y, despu¨¦s (cuando el da?o ya estaba hecho), al padre.
Es normal, pues, que si a padre e hija les acusan de delitos sin basarse en hecho alguno, se diga por Manuel Chaves que la querella ha sido un acto obsceno. Es lo menos. Despu¨¦s de todo les han sido atribuidos injustificadamente la comisi¨®n de delitos que dar¨ªan lugar a su persecuci¨®n de oficio, y lo han hecho sin un solo indicio de haberlos cometido, dice el Supremo.
Claro que tambi¨¦n es normal que algunos dirigentes del PP no se disculpen. Si para referirse a alguno de los suyos lo hacen con el calificativo de "el hijoputa" (Esperanza Aguirre). Si al alcalde de Becerril de la Sierra, tambi¨¦n Esperanza Aguirre, le dice "c¨®mo has podido inaugurar esta puta mierda". S¨ª el ¨ªdolo Aznar emplea su tiempo en hacer la peineta o meterle un boli en el escote a una periodista de Cuatro (octubre de 2006), y no se disculpan, no van a hacerlo con sus adversarios.
De ah¨ª que ni la Esperanza de aqu¨ª -O?a- ni Javier Arenas ni ning¨²n otro dirigente se atrevan a dar una m¨ªnima disculpa. Son los modos y las formas de quienes estando en la oposici¨®n creen que con ellas van a poder gobernar. Pueden creerlo pero con estos otros indicadores de prepotencia, desprecio y se?oritismo -que no valoran las encuestas- lo tienen dif¨ªcil para gobernar en Andaluc¨ªa. Con raz¨®n Manuel Chaves no ha parado de ganar elecci¨®n tras elecci¨®n. Debe ser que Andaluc¨ªa, despu¨¦s de tanto se?oritismo hist¨®rico, ha demostrado que sabe elegir.
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