Respuesta emocional
El Gobierno debe mantener su propuesta sobre la edad de jubilaci¨®n a pesar de la presi¨®n sindical
Las manifestaciones sindicales contra la ampliaci¨®n de la edad de jubilaci¨®n desde los 65 a los 67 a?os suponen el primer conflicto pol¨ªtico entre el Gobierno y los sindicatos. No es casual que en varias intervenciones de los convocantes se pusiera en valor la paz social disfrutada durante las ¨²ltimas legislaturas y se amenazara con que "esto no quedar¨¢ as¨ª" si el Gobierno no retira la propuesta. Saben los sindicatos que el Gobierno es sensible a la amenaza de una huelga general; y calcula el Gobierno que los sindicatos no se atrever¨¢n a convocarla como respuesta a una reforma a largo plazo de las pensiones. Los sindicatos se han comportado sensatamente al firmar el pacto salarial con la CEOE y est¨¢n dispuestos a negociar una reforma laboral (sin abaratamiento del despido); pero han cavado las trincheras para oponerse a cualquier reforma de las pensiones contributivas, que ellos denominan pensionazo.
La respuesta sindical parece emocional y desproporcionada. Eso es lo que se deduce de las acusaciones de "agresi¨®n injustificada a los derechos sociales" o de los temores expresados ayer sobre una supuesta privatizaci¨®n del sistema. Arguyen CC OO y UGT que la propuesta del Gobierno "crea una alarma injustificada" en la solvencia del sistema; pero el caso es que el Gobierno no propone una reducci¨®n inmediata de las pensiones, sino que se abra una discusi¨®n en las instituciones pol¨ªticas y sociales pertinentes para aplicar cambios que se han probado en otros pa¨ªses. Ese debate se har¨¢ en el Pacto de Toledo y si se llega a un acuerdo por mayor¨ªa, se negociar¨¢ con los agentes sociales. No habr¨¢ pues decretazos (el presidente del Gobierno ha insistido en ello) y, por tanto, la respuesta sindical parece desmedida.
El argumento sindical de que hay que rechazar el recorte de los derechos tropieza con la realidad. Los espa?oles se incorporan tarde al mercado de trabajo, lo abandonan pronto y su expectativa de vida tras la jubilaci¨®n es elevada. Cualquier simulaci¨®n razonada de la evoluci¨®n de la Seguridad Social con previsiones moderadas de envejecimiento permite asegurar que el super¨¢vit actual ir¨¢ disminuyendo poco a poco y que en torno a 2020 se corre el riesgo de incurrir en d¨¦ficit. No es que el sistema vaya a quebrar, como dicen los catastrofistas y ridiculizan los sindicatos; es que si no se corrigen las prestaciones y el periodo de c¨¢lculo (reforma a la que ha renunciado por ahora el Gobierno), las pensiones que percibir¨¢n los jubilados durante las pr¨®ximas d¨¦cadas se reducir¨¢n a la mitad.
Puesto que prorrogar la edad de jubilaci¨®n no es una medida irracional, ni un tr¨¢gala pol¨ªtico, el Gobierno debe mantener su propuesta y aceptar el riego de que el conflicto con los sindicatos se encone. Y no s¨®lo porque los inversores internacionales vigilen el gasto p¨²blico futuro, sino porque la reforma de las pensiones, junto con la del mercado laboral y la de las cajas de ahorros son las que toca hacer en este momento. La laboral y la financiera son urgentes; la de las pensiones puede y debe pactarse con tiempo y serenidad.
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