Universidad p¨²blica y dimensi¨®n social

El comunicado de la conferencia de ministros de Londres (2007) para el seguimiento del proceso de Bolonia puede considerarse un hito en la construcci¨®n del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, porque marc¨® un antes y un despu¨¦s en la defensa de lo que se conoce como dimensi¨®n social de la educaci¨®n universitaria. El documento dice que "la educaci¨®n superior deber¨¢ jugar un papel esencial en la promoci¨®n de la cohesi¨®n social, en la reducci¨®n de las desigualdades y en la elevaci¨®n del nivel del conocimiento, destrezas y competencias en el seno de la sociedad" y que para ello es necesario avanzar en los esfuerzos "para facilitar servicios adecuados a los estudiantes, crear itinerarios de aprendizaje m¨¢s flexibles, tanto para acceder como una vez dentro de la educaci¨®n superior, y ampliar la participaci¨®n a todos los niveles sobre la base de la igualdad de oportunidades".

La universidad p¨²blica debe ser universal, abierta a todos, y facilitar oportunidades y recursos

Durante los a?os ochenta y noventa se asisti¨® a una masificaci¨®n de las aulas, se pudo generar la impresi¨®n de que la Universidad se hab¨ªa democratizado. Pero los datos de la encuesta Eurostudent muestran que esta democratizaci¨®n es muy relativa y var¨ªa mucho de unas carreras a otras. Adem¨¢s, dado el car¨¢cter inacabado de nuestro Estado de Bienestar, al sistema de becas y especialmente de becas-salario le queda mucho camino por recorrer para corregir las diferencias de oportunidades en el sistema educativo.

Cuando en nuestro programa propugnamos una universidad p¨²blica de calidad nos estamos refiriendo a aspectos que tratan de abordar estas cuestiones y que, tanto por la perspectiva adoptada como por el grado de concreci¨®n en las iniciativas propuestas, nos diferencian de otras candidaturas.

Tomar en serio el car¨¢cter p¨²blico supone: centralidad de los estudiantes en los procesos de ense?anza/aprendizaje, ofrecer recursos para abordar la dimensi¨®n social, defender un concepto determinado de calidad y excelencia y estar dispuestos a adoptar esta perspectiva en los nuevos escenarios de la cultura digital.

La universidad p¨²blica debe ser una universidad -desde el punto de vista del acceso- universal, es decir, abierta a todos, y que facilite oportunidades y recursos para que la trayectoria por las aulas no se vea condicionada por las diferencias de estatus socioecon¨®mico. Es cierto que las desigualdades se han fraguado en otras etapas del sistema educativo, pero la universidad debe contribuir a reducir sus efectos y a adoptar pol¨ªticas de equidad participativa. Por ello, defendemos una oferta de plazas capaz de atender las demandas de la sociedad y que puedan cursarse en la universidad p¨²blica titulaciones que son estrat¨¦gicas acad¨¦micamente; nos proponemos realizar un seguimiento de las condiciones de vida y de las formas de participaci¨®n de las y los estudiantes, de manera que podamos dise?ar itinerarios flexibles y recursos adecuados a las necesidades detectadas.

Cuando en nuestro programa hablamos de calidad y de excelencia no estamos ante una traslaci¨®n mec¨¢nica de conceptos de otros marcos organizativos a la universidad, sino planteando el significado espec¨ªfico que deben tener en una instituci¨®n p¨²blica. Para nosotros la calidad y la excelencia se refieren a los servicios y recursos ofrecidos y a las pr¨¢cticas desarrolladas por la instituci¨®n al atender a los destinatarios de nuestras actuaciones.

Nuestro programa pone un ¨¦nfasis singular en la universidad digital y lo hace no s¨®lo por cumplir la legalidad ni mucho menos porque haya que estar a la moda de los ¨²ltimos gadgets electr¨®nicos, sino por dos razones m¨¢s importantes: en primer lugar, las oportunidades profesionales y personales del futuro tienen que ver significativamente con la inclusi¨®n en la cultura digital; y en segundo lugar, y m¨¢s importante a¨²n, la Universitat puede jugar un papel relevante en la defensa de una cultura abierta y la construcci¨®n de una nueva esfera p¨²blica en la era digital.

Hablar de procesos de ense?anza-aprendizaje, de equidad participativa, de dimensi¨®n social, de resultados de aprendizaje, de centralidad de los estudiantes, de servicios de calidad y excelencia, de cultura abierta (tanto en docencia como en investigaci¨®n), no es una moda ret¨®rica ni una operaci¨®n de marketing electoral, es el resultado de comprender qu¨¦ es lo que est¨¢ en juego, de asumir los desaf¨ªos de la universidad p¨²blica en el siglo XXI y de plantear las propuestas adecuadas para ofrecer la mejor formaci¨®n para quienes acceden a nuestras titulaciones.

Esteban Morcillo es catedr¨¢tico de Farmacolog¨ªa y candidato a rector de la Universitat de Val¨¨ncia.