La deuda externa atenaza a Espa?a
El castigo de los mercados tras la crisis griega obedece tanto al s¨²bito empeoramiento de las finanzas p¨²blicas como al crecimiento de los pr¨¦stamos en los a?os de bonanza
En econom¨ªa hay momentos que constituyen una revelaci¨®n. El pasado 29 de enero el Gobierno presentaba un severo plan de austeridad y el esbozo de las reformas laboral y de pensiones. Pese a los volantazos posteriores, esa es la prueba de que algo grave est¨¢ pasando. Ese d¨ªa comienza una suerte de conversi¨®n: tras poner el acento durante meses en que la crisis no va a drenar derechos sociales, el presidente Zapatero se aviene a anunciar los primeros y dolorosos recortes. Es hora de empezar a mimar a los mercados, no s¨®lo a los votantes. No hay m¨¢s remedio: los inversores han empezado a atacar a los pa¨ªses m¨¢s endeudados, empezando por Grecia, y Espa?a es vulnerable por ese flanco.
Las elevadas cifras de endeudamiento 'condenan' a una recuperaci¨®n lenta
Toca ajustarse el cintur¨®n, y familias y empresas ya han empezado a hacerlo
Los expertos no auguran problemas mientras los tipos de inter¨¦s sigan bajos
La banca y el Estado preocupan por el agujero inmobiliario y la credibilidad
El r¨¢pido aumento de la deuda p¨²blica ha encendido las alarmas de los inversores, que parecen haber perdido la fe en la econom¨ªa espa?ola. Y sin embargo, el endeudamiento p¨²blico no es preocupante. Es el m¨¢s bajo de la eurozona. Pero los mercados saben que las finanzas p¨²blicas son s¨®lo la punta de un iceberg: la enorme deuda total amasada durante los a?os de bonanza, p¨²blica y sobre todo privada, es lo que preocupa a los inversores; buena parte de ella est¨¢ adem¨¢s en manos de extranjeros, que empiezan a dudar de la capacidad de Espa?a para hacer frente a sus compromisos.
Deuda es ya, sin discusi¨®n, la palabra del a?o en econom¨ªa. El endeudamiento en Espa?a es enorme, tras los a?os de boom financiado con cr¨¦dito barato y abundante. Las familias, las empresas y la banca se entramparon hasta las cejas mucho antes de que llegara la crisis y el d¨¦ficit p¨²blico se desbocara. En torno a la mitad de esa deuda p¨²blica y privada est¨¢ en manos de extranjeros: la deuda externa es de 1,7 billones de euros, casi el 170% del PIB, tras una d¨¦cada de abultados d¨¦ficit comerciales. Pocos pa¨ªses presentan cifras m¨¢s elevadas y en muy pocos casos ese proceso ha sido tan r¨¢pido, a juzgar por los datos del FMI: se trata de una situaci¨®n compleja, seg¨²n una decena de expertos consultados, que explica parte de la reacci¨®n de los mercados, siempre dispuestos a hacer sangre, y que augura una lenta reactivaci¨®n.
La crisis tiene ingredientes dignos del cine: un gui¨®n endiablado, villanos como Bernard Madoff, esas cosas. Los banqueros han proclamado que hacen "el trabajo de Dios" (seg¨²n Goldman Sachs) mientras los incendios causados por los propios bancos (el mismo Goldman Sachs es un gran ejemplo) hacen mella en las finanzas p¨²blicas: en las arcas de los mismos Estados que se vieron obligados a rescatar a las entidades financieras y evitaron as¨ª una Gran Depresi¨®n. Pero ah¨®rrense parte del suspense: de todas las crisis, mal que bien, se sale. Espa?a no va a suspender pagos. Ni, Portugal, ni Irlanda, ni siquiera Grecia (aunque atenci¨®n: esa hip¨®tesis ha dejado de ser inveros¨ªmil). La eurozona no va a romperse salvo un cataclismo muy improbable.
Y sin embargo los mercados llevan semanas muy nerviosos y han obligado a Bruselas, a Atenas, a Dubl¨ªn, a Lisboa y a Madrid a tomar medidas dr¨¢sticas, ante la constataci¨®n de que la deuda p¨²blica es probablemente la pr¨®xima burbuja. Y ante el hecho de que esa burbuja llega incluso antes de que termine de salir el aire de la anterior: "Las ra¨ªces de esta crisis fiscal son las enormes deudas privadas embalsadas durante a?os de tipos de inter¨¦s muy bajos y que en pa¨ªses como Espa?a est¨¢n en gran parte en buena parte en manos de extranjeros", resume Jordi Gal¨ª, de la UPF.
Nada es gratis. Esa deuda externa habr¨¢ que pagarla, o refinanciarla a un coste mayor. En realidad con toda la deuda va a suceder eso, en un proceso con un nombre tan feo como lacerante: desapalancamiento. "Toca adelgazar, ajustarse el cintur¨®n. Familias y empresas van a reducir su gasto -y ya han empezado a hacerlo- justo en el momento en que Espa?a encara una subida de impuestos, lo que supone un doble problema para reactivar la econom¨ªa. Los bancos y el sector p¨²blico presentan sus particulares problemas para empezar a andar por esa senda del desapalancamiento. Eso hace a¨²n m¨¢s incierta la salida del t¨²nel", advierte Guillem L¨®pez Casasnovas, consejero del Banco de Espa?a.
En condiciones normales, no debe haber problemas para pagar esa deuda, "que est¨¢ asociada a una gran modernizaci¨®n de la econom¨ªa, a grandes inversiones aqu¨ª y en el exterior", apunta Federico Steinberg, investigador del Instituto Elcano. Las aventuras del Santander, BBVA, Telef¨®nica, Iberdrola y tantas otras empresas en Europa y Am¨¦rica Latina han sido un salto adelante fenomenal para la econom¨ªa espa?ola, aunque haya tambi¨¦n p¨¦simos ejemplos, casi siempre asociados al ladrillo. Metrovacesa pag¨® m¨¢s de 100 millones de euros por abandonar un proyecto fara¨®nico en la City de Londres; algunas cajas tienen una gran concentraci¨®n de riesgo en las denominadas subprime espa?olas: determinados activos inmobiliarios de la costa.
Pese a que el ajuste ya ha comenzado, las dudas est¨¢n ah¨ª. "Si, como parece, la crisis va para largo, entonces ser¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil y cada vez m¨¢s caro refinanciar la deuda, que est¨¢ en todos los rincones de la econom¨ªa: familias, empresas constructoras y no constructoras, bancos y sector p¨²blico. Y ah¨ª juega un papel importante, cada vez m¨¢s importante, un componente psicol¨®gico: si los mercados se convencen de que Espa?a va a tener dificultades, las dificultades llegar¨¢n. As¨ª que vale la pena persuadirles de que Espa?a tiene capacidad para devolver o refinanciar ese cr¨¦dito", a?ade Santiago Carb¨®, asesor del banco central de EE UU.
Hasta ahora los mercados s¨®lo parecen desconfiar. Los analistas y los medios anglosajones llevan semanas cargando contra las deficiencias de la zona euro, aludiendo sin ambages a Espa?a como la pr¨®xima v¨ªctima. Y sin embargo, en la ¨²ltima subasta de deuda p¨²blica espa?ola, casi el 20% de los bonos fueron comprados por brit¨¢nicos. Con la deuda privada empieza a pasar algo parecido: la veda del catastrofismo est¨¢ abierta: "Espa?a est¨¢ como los pa¨ªses asi¨¢ticos antes de la crisis de los noventa. Los bancos y las empresas est¨¢n tremendamente endeudados. Quien piense que la banca espa?ola est¨¢ entre las m¨¢s fuertes de Europa debe estar fumando crack: no habr¨¢ problemas mientras el BCE mantenga la barra libre de liquidez, pero cuando eso acabe se ver¨¢n los agujeros y se conocer¨¢ la aut¨¦ntica dimensi¨®n del problema en las cajas de ahorros", asegura desde Londres Jonathan Tepper, de Variant, autor de un informe demoledor que ha corrido como la p¨®lvora.
La mayor¨ªa de expertos no comparte ese extremo pesimismo. Los analistas consultados destacan que la fenomenal deuda externa -la deuda, en general- va a endurecer el ajuste que necesita la econom¨ªa, pero no va a causar estragos. "El riesgo de impago es bajo, pero eso no significa que el ajuste no vaya a ser doloroso, con reca¨ªdas en la recesi¨®n", sostiene Gilles Moec, de Deutsche Bank. "La historia demuestra que un pa¨ªs que haya alcanzado esa deuda externa va a sufrir un ajuste muy fuerte de su demanda y de sus costes: de lo contrario se eleva el riesgo de una parada s¨²bita en la financiaci¨®n externa. Pero todo ese dinero lo deben miles de individuos, miles de empresas, y adem¨¢s est¨¢ respaldada con activos; ser¨ªa diferente si estuviera en manos de un solo deudor, si todo fuera deuda p¨²blica", abunda.
Carlos Trascasa, socio director de la consultora McKinsey, afirma que la prueba de la relativa buena salud financiera espa?ola es que las familias y las empresas ya han iniciado el ajuste. "La deuda es excesiva a todas luces, pero est¨¢ sustentada con viviendas en Espa?a -y una hipoteca es lo ¨²ltimo que se deja de pagar- y en el caso de las empresas con activos de calidad, porque ese dinero se dedic¨® a inversi¨®n, no a consumir a lo loco. No hay tontos invirtiendo por ah¨ª ni bancos dando dinero a los tontos", afirma. Eso s¨ª, "el ajuste inmobiliario va para largo, y la banca va a sufrir durante a?os si no acelera la reestructuraci¨®n; con el Estado sucede algo parecido: si no aplica las reformas de inmediato tendr¨¢ problemas de credibilidad. Eso significa, simplemente, pagar la deuda mucho m¨¢s cara y de retruque encarecer tambi¨¦n la deuda privada. Y, en definitiva, crecer menos".
Una vez m¨¢s se trata de una vieja historia: "Espa?a creci¨® por encima de sus posibilidades, a base de cr¨¦ditos, y ahora hay que pagar esos excesos", dice el economista Jaime Requeijo. Y a?ade que en estos ¨²ltimos a?os el euro ha funcionado como escudo, "pero ha tenido un efecto hipn¨®tico: muchos pensaron que los d¨¦ficit no tendr¨ªan consecuencias, y ese cuento est¨¢ pasando factura. Espa?a empieza a ser menos fiable".
Carmen Reinhart, coautora junto a Kenneth Rogoff de Esta vez es diferente, un manual sobre crisis en los ¨²ltimos 800 a?os, alinea a Espa?a con Irlanda. "Grecia y Portugal se enfrentan a la posibilidad de una crisis fiscal y los mercados han metido en el mismo saco a Espa?a e Irlanda, que tienen problemas diferentes. Ni en Espa?a ni en Irlanda la deuda p¨²blica est¨¢ al nivel de la griega, pero los mercados saben que esos dos pa¨ªses tienen enormes deudas privadas. Y lo que ocurre en todas las crisis graves es que la deuda privada acumulada antes de un hurac¨¢n como este acaba convirti¨¦ndose en deuda p¨²blica". Reinhart no acaba ah¨ª: "En realidad se trata de un problema global. Hay una deuda enorme que va a tener que refinanciarse pagando m¨¢s y m¨¢s. Y algunos est¨¢n peor situados que otros: Reino Unido, por ejemplo".
Al final, al Gobierno tiene ante s¨ª un dif¨ªcil equilibrio. Se trata de complacer a los sindicatos, que han empezado a ense?ar los dientes, y a los mercados, cuya poderosa dentadura est¨¢ siempre a la vista. "Todo ir¨¢ bien mientras los tipos de inter¨¦s sigan bajo m¨ªnimos y los bancos centrales mantengan la financiaci¨®n de emergencia", augura Emilio Ontiveros, presidente de AFI. "Pero aun as¨ª conviene ir preparando los diques para cuando eso se retire", apostilla. Al cabo, las deudas no se esfuman de la noche a la ma?ana. Ni aun despu¨¦s de una revelaci¨®n.
Burbuja de cr¨¦dito
- La deuda externa de Espa?a (endeudamiento p¨²blico y privado en manos de extranjeros) asciende al 167,5% del PIB, similar a la de Alemania y Grecia, pero muy superior a la de EE UU (94%) o Jap¨®n (42,2%). Pero muy por debajo de la que registran pa¨ªses como Reino Unido (413%) o Irlanda (1.052%, es decir, m¨¢s de 10 veces el PIB), seg¨²n el FMI.
- La deuda total de la econom¨ªa espa?ola (p¨²blica y privada, en manos de todos los agentes econ¨®micos: empresas, familias y bancos) alcanza el 400%, seg¨²n Analistas Financieros Internacionales, o el 342%, seg¨²n un informe reciente de McKinsey Global Institute. Esa cifra s¨®lo es inferior a la de Reino Unido y Jap¨®n.
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