Hacer pis en Noia cuesta 750 euros
El Ayuntamiento endurece las sanciones por ensuciar la villa, pero las ordenanzas existen desde el siglo XVI. En 1898, la multa por orinar en la v¨ªa era de una peseta
Hasta ahora, aliviarse contra una fachada en Noia costaba s¨®lo seis euros. Cuenta el alcalde, Rafael Garc¨ªa Guerrero, que cuando un polic¨ªa local pillaba in fraganti a un ciudadano, el infractor "se re¨ªa", precisamente por lo irrisorio de la multa. "Tome usted los seis euros, se?or agente", dec¨ªan con alegr¨ªa los chicos del botell¨®n despu¨¦s de cerrarse con parsimonia la bragueta. Los polic¨ªas, ¨²ltimamente, ya prefer¨ªan no llamarle la atenci¨®n a nadie. As¨ª que, el viernes, el pleno municipal acord¨® "actualizar" los precios, tan "desfasados", de la norma redactada por el PP en el a?o 98. Y en adelante, hacer pis en las r¨²as de Noia va a costar entre 50 y 750 euros, dependiendo no de los decilitros, o litros, evacuados, sino del lugar en el que se orine (esculturas, edificios catalogados, lugares concurridos por menores) y de la reincidencia.
"No es m¨¢s limpio el que m¨¢s se lava", defiende el alcalde de la villa
El que no pague, limpiar¨¢ hasta saldar la deuda, a raz¨®n de 21 euros al d¨ªa
El reglamento pretende ir "a lo m¨¢ximo que permite la ley"
El gobierno local quiere poner orden en la higiene del botell¨®n
Los muros de la iglesia de San Marti?o, monumento nacional, ser¨¢n las paredes m¨¢s protegidas. Aqu¨ª, hacer aguas menores ser¨¢ un sacrilegio, y decorar los sillares del templo con una pintada conllevar¨¢ una multa de 3.000 euros, cuando hasta ahora costaba 30. Los que provoquen manchas o vertidos de cualquier tipo en Noia tendr¨¢n que eliminarlos, y si no quieren o no pueden pagar la multa saldar¨¢n sus cuentas limpiando para la comunidad. En oto?o, recogiendo hojas, y el resto del a?o, barriendo aceras o fregando "con esponja" las papeleras cinco horas al d¨ªa. La deuda ir¨¢ mermando a raz¨®n de 21,11 euros por jornada.
Con la nueva ordenanza municipal, el alcalde est¨¢ convencido de que ya nadie se va a re¨ªr de los agentes. "La polic¨ªa quiere colaborar", as¨ª que se van a imponer m¨¢s multas hasta que todo el mundo se aguante las ganas mientras busca un urinario. La normativa es detallad¨ªsima. Tanto, que hasta proh¨ªbe "depositar, arrojar o abandonar" en la calle cualquier sustancia en estado "gaseoso". Adem¨¢s de no poder satisfacer las necesidades fisiol¨®gicas, s¨®lidas o l¨ªquidas, tampoco se podr¨¢n sacudir alfombras o manteles, ni barrer hacia la calle, ni escupir, ni dar de comer a animales, ni prender hogueras, ni soltar desperdicios por la ventanilla del coche "tanto parado como en marcha", ni lavar el perro o el autom¨®vil, ni cambiar el aceite en plena r¨²a. Tampoco tirar c¨¢scaras de pipas, chicles o cigarrillos. Ni ba?arse en las fuentes, ni regar las plantas de los balcones si no es entre la medianoche y las siete de la ma?ana.
"La villa est¨¢ bastante sucia", reconoce el alcalde socialista, "ahora tambi¨¦n vamos a aumentar la limpieza. Y estamos concienciando a la gente. Acabamos de gastar 12.000 euros en una campa?a que nos subvencion¨® la Xunta. Porque no es m¨¢s limpio el que m¨¢s se lava, sino el que menos se ensucia".
"Estamos yendo a los m¨¢ximos que permite la ley", explica el alcalde respecto de las sanciones. Con este reglamento, Noia equipara sus multas a las de las ciudades donde se paga m¨¢s por manchar la v¨ªa p¨²blica. En Santiago y Vigo, miccionar en la calle tambi¨¦n puede llegar a costar 750 euros, mientras que en A Coru?a se pusieron el a?o pasado las primeras multas de 120 euros por la misma infracci¨®n. Otras localidades de tama?o aproximado al de Noia tambi¨¦n han vedado la calle a los incontinentes. Por ejemplo Sanxenxo, que en 2009 sancion¨® a 31 personas por ensuciar la calle con multas de entre 90 y 450 euros, nueve de ellas por orinar.
Pero quiz¨¢s el de Noia haya sido de los primeros ayuntamientos de Galicia en regular la higiene viaria. Sus m¨¢s vetustas ordenanzas datan del 23 de febrero de 1589, despu¨¦s de que la villa sufriese varias epidemias. La peste, la viruela o la gripe inspiraron unas ordenanzas que castigaron, seg¨²n las ¨¦pocas, desde la venta de ostras hasta el lavado de "ropa, pescado y verdura" en las fuentes. En 1793, se obligaba a los vecinos del casco hist¨®rico a "limpiar y componer" la calle frente a sus casas y a retirar "la maleza, las piedras y los cascajos de las obras". Y a partir de 1898, del 1 de abril al 30 de septiembre, todos tendr¨ªan que regar, mi¨¦rcoles y s¨¢bados, las aceras.
Ese mismo a?o del Desastre, Noia ya prohib¨ªa a sus habitantes "hacer aguas en sitio alguno de la v¨ªa" no siendo en los retretes p¨²blicos que se hab¨ªan montado a tal fin en varias zonas. Los infractores tendr¨ªan que pagar una peseta. Las estrictas ordenanzas de la villa tambi¨¦n multaban el tener "m¨¢s de dos cerdos dentro de casa", y hasta se met¨ªan en la limpieza interior de las viviendas (que deb¨ªan estar en un "perfecto estado de aseo") y en "la ventilaci¨®n y el aislamiento de los excusados".
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